01 Apr Coram Deo: la revolución de vivir en su presencia

Vivir Coram Deo es mucho más que una frase teológica en latín. Es una revolución en nuestra comprensión de la vida cristiana, un cambio profundo que nos lleva a reconocer que cada momento, cada decisión y cada acción están bajo la mirada soberana de Dios. Sin embargo, muchos de nosotros hemos caído en la trampa de compartimentalizar nuestra fe, separando lo sagrado de lo secular, como si Dios estuviera presente en ciertos espacios y ausente en otros.

Esta división artificial nos lleva a pensar que Dios está en la iglesia los domingos, pero, ¿qué pasa con el lunes en la oficina? ¿O con el jueves en el supermercado? ¿Acaso Su presencia se limita a los momentos de oración y adoración? La realidad es que no existe una línea divisoria entre nuestra fe y nuestra vida cotidiana. Dios no opera dentro de los límites que a menudo establecemos; Su presencia es constante e inmutable. Como David declaró en el Salmo 139:7-8: ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, tú estás allí.

Dios en cada espacio de nuestra vida:

Cuando entendemos que la omnipresencia de Dios no es solo una doctrina abstracta, sino una realidad viviente, nuestra perspectiva de la vida cambia radicalmente. Ya no podemos ver nuestro trabajo, nuestro hogar o nuestras interacciones diarias como meros eventos sin importancia espiritual. Cada conversación se convierte en una oportunidad para manifestar la gracia de Dios. Cada decisión, por más pequeña que parezca, se vuelve un acto de adoración. Cada encuentro con otra persona es un momento sagrado.

Vivir Coram Deo significa que tu escritorio no es solo un lugar de trabajo, sino un altar donde ofreces tu labor a Dios. Tu hogar deja de ser un simple refugio terrenal y se convierte en un santuario donde Su presencia habita. Tu rutina diaria ya no es una serie de tareas mecánicas, sino una expresión continua de adoración y servicio.

Libertad en la transparencia con Dios:

Uno de los mayores temores del ser humano es el de ser expuesto. Vivimos en una sociedad donde la apariencia lo es todo, donde es fácil caer en la hipocresía de llevar máscaras diferentes según el contexto en el que nos encontramos. Sin embargo, la Escritura nos recuerda en Hebreos 4:13: Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

Este versículo, lejos de llenarnos de temor, nos ofrece una libertad incomparable. No necesitamos fingir, ocultar o mantener diferentes versiones de nosotros mismos en distintos escenarios. Podemos vivir con autenticidad, sabiendo que Dios ya conoce cada parte de nosotros. En Su gracia, él nos invita a caminar en transparencia, sin temor al juicio humano, porque nuestra identidad está firmemente arraigada en Él.

La revolución de vivir en Su presencia:

Cuando adoptamos la mentalidad de Coram Deo, dejamos de ver nuestra vida cristiana como un conjunto de actividades religiosas separadas del resto de nuestra existencia. Nos damos cuenta de que cada acción, cada palabra y cada pensamiento tienen un propósito divino. Nos movemos de la religión a la relación, de la rutina a la reverencia, de la distracción a la devoción.

Esta forma de vivir no es una carga pesada ni una obligación opresiva, sino un camino hacia la verdadera libertad. Nos libera del miedo a la opinión de los demás, nos aparta de la superficialidad y nos sumerge en una relación genuina y constante con Dios.

¿Estás listo para vivir Coram Deo?

Si este mensaje resuena en tu corazón, te invito a profundizar más en él. En nuestro canal de YouTube, exploramos cómo esta verdad revolucionaria puede impactar cada área de tu vida. Descubre cómo vivir conscientemente en Su presencia puede transformar tu manera de trabajar, de relacionarte y de enfrentar cada desafío.

Porque vivir Coram Deo no es solo un ideal teológico, es el llamado a una vida de verdadera intimidad con Dios. ¡Que cada día sea una oportunidad para reconocer Su presencia y caminar en ella con gozo y libertad!

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