09 Apr Una relación exclusiva

Vivimos en un mundo de relaciones efímeras, donde el concepto de exclusividad parece desvanecerse. Nos encontramos en un vaivén emocional, apareciendo y desapareciendo en la vida de los demás, sin comprender el valor de amar a alguien de manera incondicional y perpetua. Esta inconstancia también se refleja en nuestra relación con la divinidad. Muchas personas exploran diversas religiones, asisten a la iglesia, pero luego se sienten atraídas por otras creencias como el budismo, la filosofía china, o prácticas como el yoga, creando una amalgama de doctrinas que puede resultar confusa.

En el libro de Juan, capítulo 10, Jesús se identifica como el pastor y nosotros como sus ovejas, enfatizando la importancia de una relación exclusiva. No puede existir un verdadero corazón de pastor sin la exclusividad en nuestra relación con Él. En la sociedad actual, esta noción de exclusividad se ha diluido; las parejas buscan relaciones abiertas y los jóvenes no se percatan de cómo cada interacción afecta su valor emocional a largo plazo. A pesar de que el perdón y la misericordia divina están siempre presentes, la psicología moderna sugiere que un alto número de parejas pasadas puede disminuir el valor emocional de una persona en el futuro.

Existe un orgullo desmedido en la sociedad sobre las conquistas amorosas, tanto en hombres como en mujeres. Algunas mujeres buscan emular las acciones de los hombres, pero esto no debería ser motivo de celebración para nadie, ya que puede tener consecuencias negativas duraderas. Debemos aspirar a relaciones exclusivas y significativas, tanto amorosas como amistosas. La Biblia nos enseña que un verdadero amigo se muestra tal dedicando tiempo y cuidado a lo largo de la vida. Sin embargo, la sociedad promueve lo contrario.

El pastor ama a sus ovejas y se enorgullece de ellas, independientemente de sus defectos. Debemos comprender este principio si queremos tener éxito en nuestras vidas. En los matrimonios con hijos de relaciones anteriores, es crucial respetar el rol de los padres biológicos y enseñar a los niños sobre la exclusividad de ciertas relaciones. Las mujeres deben liberarse de la idea de que deben competir con los hombres en términos de relaciones pasadas, y en su lugar, enfocarse en construir vínculos exclusivos y respetuosos.

Mamá y papá, usted es mamá, usted es mamá. Punto. Porque hay relaciones que son exclusivas y cuando nosotros empezamos con esta mezcolanza y esta mezcla, ahí es que el mundo no sabe ni dónde está. No, no tengamos cuidado con las definiciones que damos y lo que hacemos. Yo puedo entender el corazón que tú tienes. Es como aquí, hay gente que quisiera decirme “papá”, que yo sea su papá espiritual porque Pablo tuvo hijos espirituales. Pablo lo que dice es “los traté como a hijos”. Yo te puedo tratar como a hijo, pero eso no significa que yo sea tu papá. Tú tienes dos papás en esta tierra: tienes tu Padre celestial y tienes un papá que tienes que honrar, sea bueno o sea malo. Tú tienes un papá en esta tierra que tienes que honrar.

Y si tú tratas de hacer tu pastor tu papá, estás tratando de transferir la honra que debes darle al que tienes, aunque no te agrade dársela. Esa es la verdad. Y por supuesto, para mí sería más fácil decirle a todos ustedes “ustedes son todos mis hijos, hijos queridos, hijos míos”, todo, pero yo no te puedo atender como hijo, no funciona. Yo quiero ser tu pastor, y tu pastor lo que hace es una cosa: dar una palabra que tú oigas, que tú reacciones y que camines a todo lo que Dios tiene para tu vida porque Dios te quiere llevar a pastos nuevos ya. Y lo que vamos a hacer es cuidarte de los lobos, vamos a cuidarte, vamos a guardarte, pero no hay otra, es una relación especial.