Muéstrame a Dios
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 Muéstrame a Dios

Los discípulos no entendían que Jesús les estaba mostrando a Dios a través de Él. Les costaba a ellos dejar aún lado su versión racional y poner por encima de ella su fe, y ahora te pregunto: ¿necesitas pruebas para creer?

Muéstrame al Padre. Déjame verlo ahora, y con eso nos bastaría”. Esa es la petición de todos los hombres a través de todos los tiempos. “Muéstrame a Dios. Quiero ver a Dios, quiero mirarlo, quiero verlo”. Fíjate que la Biblia dice en el Antiguo Testamento que el pueblo de Israel vio las obras de Dios, pero nunca pudieron ver a Dios. El único que pudo ver las espaldas de Dios fue Moisés; no lo pudo ver cara a cara. Pero a través de los tiempos, los hombres han querido ver a Dios porque quieren la prueba final de todas las cosas, para sentir seguridad en el camino que tienen que caminar.

Y yo vengo a decirte en el día de hoy: tranquilo, tú le entregaste tu vida al Señor y Él sabe que en el camino puede ser que un día lo niegues. Pero Él te dice: “Tranquilo, mi amor por ti es más grande que todas las cosas a perder. Hay espacio para ti en la casa de mi Padre”. Jesús le da cuatro promesas. En esa ocasión, para darle seguridad a ellos, Jesús les da cuatro cosas que ellos tienen que entender:

Número uno, Él les dice: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas”. En otras palabras, hay acceso, hay espacio para todos ustedes. Créanme, hay espacio para ustedes. No soy el único, hay espacio para todos ustedes.

Número dos, Jesús les dice: “Allí tienen un lugar seguro”. Jesús les quiere dar esa seguridad: “Yo estoy preparando ese lugar, y ese lugar es seguro”.

Jesús les dice a ellos: “Sabes qué, lo tercero que tienen que creer es que yo voy a regresar. Yo me voy a mostrar delante de ustedes”.

Y número cuatro, Jesús les promete: “Donde yo vaya, ustedes también van a estar”.

Es bien interesante esa expresión que Jesús les dice a los discípulos en Juan, capítulo 14: “Voy a regresar”. Ahora, si Jesús les está diciendo a ellos “voy a regresar” para darles paz y no regresa, les falló. Y por qué hago esta aclaración, porque para mucha gente estos versos los ponen en el término escatológico para nosotros en el día de hoy, pero Jesús les está dando una promesa a los discípulos que tienen el corazón turbado en ese momento y les está diciendo: “Óiganme bien, mírenme a mí, crean en mí que me han visto. Donde yo voy, hay espacio para todos ustedes. Donde comen uno, comen dos, comen tres, comen cuatro. Prepárense, y les estoy diciendo algo: esto es seguro, esto es seguro, esto es seguro, esto es seguro, porque yo voy a preparar el lugar para ustedes, yo voy a preparar ese sitio, y yo voy a regresar. Ustedes no me van a ver por unos días, pero yo voy a regresar y ustedes me van a ver. Yo se lo voy a mostrar”.

Y número cuatro, les dice: “Sabes qué, lo grande es que donde yo esté, ustedes van a estar conmigo”.

Qué pasó cuando Jesús murió, resucitó. Qué hizo él, regresó y fue donde sus discípulos, les dijo: “Aquí estoy, se los prometí, muchachos, que me iba a levantar, se los prometí que iba a regresar, aquí estoy”. Y por 40 días les enseñó la palabra, les enseñó el Evangelio del reino. Tenían paz en el corazón, ahora ellos podían entender lo que iba a pasar, lo que iba a ocurrir, lo que estaba sucediendo. Jesús les cumplió la promesa para que ellos pudieran tener la paz y la suficiente tranquilidad de que Él iba a cumplir su palabra y de que Él no los iba a dejar solos.

Y si algo grande tú y yo tenemos que entender en el día de hoy es que no importa la inseguridad que puedan traer en nuestra vida nuestras malas decisiones y los problemas a nuestro alrededor. Algo tenemos que tener siempre seguro: lo que Él tiene preparado para ti y lo que ha estado preparando para ti es algo seguro, y Él te va a mostrar en tu vida que va a cumplir su palabra sobre ti. Él es el camino, Él es la verdad, Él es la vida, y lo que Él dijo se va a cumplir en tu vida.

Ahí podríamos ver muchas cosas más, pero yo quiero llamar tu atención a dos o tres detalles que creo que hoy pueden cambiar nuestra manera de vivir y de ver la palabra del Señor. Hermanos, hay una frase que quisiera que ustedes memoricen, y es muy sencilla y es muy simple: ideas tienen consecuencias. Ideas tienen consecuencias, e ideas tienen consecuencias. Y ¿por qué es eso tan importante? Porque no hay tal cosa como un pensamiento que tú tengas que no tenga una consecuencia. Ideas tienen consecuencias. Si la iglesia no tiene claro lo que Cristo vino a hacer, lo que viene a hacer y lo que nosotros tenemos que hacer, vamos a vivir totalmente erróneos; vamos a vivir haciendo las cosas a lo loco.

Cuando nosotros observamos lo que Jesús está diciendo, y todo esto va para un punto: Jesús está mostrando la obra no tan solo redentora para el futuro, sino lo que Él pretendía que los discípulos entendieran para vivir una vida totalmente diferente durante el tiempo aquí en la tierra. Mira lo que dice Juan, capítulo 14. Búscalo ahí, por favor, Juan 14, y mira el verso 8 en particular. Dice Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”. “Señor, muéstrame al Padre”. Él le dijo: “Yo voy al Padre, yo voy al Padre, muéstranos al Padre

3 Comments
  • Marisol Santos
    Posted at 07:09h, 22 April Reply

    Amennnn!!! Yo creo en esa Palabra!

  • Marttha
    Posted at 11:56h, 22 April Reply

    Aleluya Gloria a Dios

  • SADELA JOSE LATUFF PINEDA
    Posted at 19:01h, 22 April Reply

    AMEN PASTOR ESTAMOS EN EL CAMINO CORRECTO

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