16 Apr Llevar el fruto

Dios ha puesto recursos en tu vida, desde tus talentos hasta recursos que ha puesto en tu mano. Todo lo que Él ha puesto en tu mano, Él espera que, no importa la circunstancia en la que te encuentres, dondequiera que estés, las cosas estén mejor, las cosas vayan mejor. Él dice que eso es lo que le trae gloria al Padre.

El tercer fruto que Dios quiere que tú tengas es el fruto de los resultados en esta vida de prosperidad y de bendición. Por lo general, la gente siempre habla del fruto del espíritu, del fruto de arrepentimiento. Pero hay dos parábolas, una en Mateo 25 y otra que vemos varias veces en los evangelios, donde claramente el Señor le da a unas personas unos talentos esperando que los multipliquen. Y cuando miramos esa palabra de talento, no está hablando de que toques música, de que cantes bien, de que seas un artista; no, ahí está hablando de dinero. Y el Señor está diciendo: “Yo pongo algo en tus manos, yo quiero que tú lo multipliques”. Y al que lo multiplica, le doy más, entra en el gozo del Señor, al que lo multiplica le doy autoridad.

Esos son frutos de multiplicación en tu vida. Dios ha puesto recursos en tu vida, desde tus talentos hasta recursos que has puesto en tu mano. Todo lo que Él ha puesto en tu mano, Él espera que, no importa la circunstancia en la que te encuentres, dondequiera que estés, las cosas estén mejor, las cosas vayan mejor. Y Él dice que eso es lo que le trae gloria al Padre.

Tú tienes que ser como José. Si te tiran en el hoyo, del hoyo Dios te va a sacar. Y si te ponen en la casa de Faraón y eres un sirviente, no vas a ser un sirviente, tú vas a ser el mejor sirviente, tú vas a ser el jefe de los sirvientes. Y si te tiran en la cárcel, tú vas a estar arriba de todos los demás y tú vas a ser el número uno en la cárcel. Y si te ponen en la casa de Potifar, allí vas a prosperar y el mundo va a ver que todo lo que ponen en tu mano prospera y tendrán que reconocer que Dios está contigo. Eso es llevar fruto en todo lo que hacemos.

Muchos cristianos se gozan en dar el fruto del amor, pero cuando los miras en su trabajo, son una porquería. Hermano, con amor no se come. Sé excelente en tu trabajo, haz las cosas correctas. Si te dan un lugar y te dan un escritorio, tu jefe que vea que el escritorio está más limpio, más recogido, y que tú seas el que llegue más temprano, que salgas más tarde, y que todo lo que pongan en tu mano prospere. Si hay un departamento en el lugar donde trabajas que no está funcionando y nadie lo quiere tomar, tú dices: “Póngalo en mi mano, que yo sé cómo podemos hacer eso. El Espíritu Santo y yo vamos a meterle mano a este asunto”. Ah, pero tú no tienes las calificaciones. No te preocupes, yo tengo a alguien más grande que las calificaciones de la universidad, y es el Espíritu Santo que me va a dar la sabiduría para hacer eso. Dame un año para que veas los resultados que vamos a tener y esto lo vamos a cambiar. Eso es lo que Dios quiere que tú hagas. Y eso es lo que le trae gloria al Padre.