03 Apr La forma que Dios tiene de cuidarte

Pero el Buen Pastor va a buscarte, va a salir, va a hacer el trabajo que tiene que hacer y te va a rescatar. Y oye bien, Él es el Buen Pastor. No es lo mismo cuidar a mis hijas en casa que cuidarlas afuera. Cuando están en casa, no es que no haya peligro; cuando están encerradas en casa, hay que tener cuidado de que no aprendan nada indebido, que no dejen la puerta abierta; hay peligro de todas formas. Pero cuando salimos de casa con ellas a algún sitio, hay otro peligro; la forma de cuidarlas es diferente. Pues eso es lo que el Señor va a mostrar ahora. Mira lo que dice el verso 11: ‘Yo soy el buen pastor. El Buen Pastor su vida da por las ovejas. Más el asalariado, que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo, deja las ovejas y huye; y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. En el corral entra el ladrón, en el campo viene el lobo’, dice la Biblia.

En el verso 14, ‘Yo soy el buen pastor; conozco mis ovejas y las mías me conocen, así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y yo pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor’. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar; nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar; este mandamiento recibí de mi Padre.

Hermano, básicamente el Señor está diciendo: ‘Sabes qué, yo no solo te cuido cuando tú estás en el corral, yo no solo cuido de ti cuando tú estás en un lugar que tienes más protección. Yo te voy a cuidar cuando tú estés en el campo, cuando el lobo venga a atacarte, cuando el enemigo venga a atacarte. Yo voy a poner mi vida primero, que ya lo hice por ti y por mí’. Así que, sé fuerte en el Señor, primero que ya lo hizo, ya lo hizo. Todos nosotros estábamos en pecado, todos nosotros estábamos perdidos, y Él entregó su vida por ti y por mí. Él se dio por completo, Él decidió bajar y entregarse por completo para sacarnos a ti y a mí de las garras del lobo, sacarnos del pecado, sacarnos de la maldición. Y todavía el día de hoy, óyelo bien, Él va a pelear como una fiera. Después que tú le aceptas y que tú le entregas tu corazón a Cristo, Él no va a quedarse tranquilo. Por eso, Él te va a perseguir dondequiera que tú vayas, dondequiera que tú estés, Él te va a buscar, te va a tocar la puerta. Él sabe que hay peligros de lobo, Él sabe que hay peligro de que se dispersen las ovejas, pero el Buen Pastor va a buscarte, va a salir, va a hacer el trabajo que tienes que hacer y te va a rescatar.

Y oye bien, Él es el buen pastor. Por eso el Espíritu Santo va a estar encima de ti, buscándote, hablando en tu corazón, ese compás moral que hay dentro de tu corazón te va a estar diciendo constantemente: ‘Recuérdalo a Él, recuérdalo a Él. Recuerda que tienes que volver, recuerda que tienes que regresar’. Y esa es la obra del Espíritu Santo. Gloria a Dios por todos los que hemos recibido esa bendición, y yo no sé si hay alguien aquí que pueda levantar sus manos y darle Gloria a Dios porque un día recibiste ese rescate de la gracia de Dios en tu vida