26 Apr El poder de la resurrección

Pastora, yo amo tanto al Señor; le he servido toda mi vida. ¿Por qué mi matrimonio terminó? Y mi respuesta tiene que ser: ¿puedes creer? Pastora, yo trabajé tan duro por este negocio, yo horré dinero. Trabajé de sol a sol, estuve un tiempo que estaba en mi trabajo las noches. Le metí el dinero al negocio, estaba ahí, hice todo lo que me dijeron, leí libros, hice cursos, hice todo. ¿Por qué mi negocio se perdió? Y mi respuesta tiene que ser: ¿puedes creer? Usted sabe, ¿cuántos padres, cuántas madres, yo he tenido delante de mí diciendo, pastora, yo di la vida por estos niños, trabajé de sol a sol para darles una buena educación, les dimos amor, les enseñamos, los llevamos a la iglesia y hoy son unos bandidos, están perdidos en el mundo? Y lo único que le puedo decir es: ¿puedes creer?

Primera de Corintios, capítulo 15, versos 12 al 15 dice: Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, y vana también nuestra fe. Escúchame bien, número dos: no existe el cristianismo si no creemos en la resurrección. Y a lo mejor tú, hoy año 2023, dices, pastora, pero claro, yo creo en la resurrección. Pero piensa en Pablo. Pablo andaba donde quiera que iba. Pero es que, ¿cómo ustedes pueden creer tal cosa si no creen en la resurrección? Tenemos que creer en la resurrección.

Una de las cosas que a lo mejor para usted no, porque esto es un cristiano evangélico que está en una buena iglesia que se predica buena palabra, pero nosotros tenemos hermanos Testigos de Jehová que no creen que Cristo resucitó. Tenemos a nuestros hermanos mormones que no creen que Cristo es el señor. Tenemos a nuestros hermanos los budistas, tenemos a nuestros hermanos los judíos. Por eso a mí me cuesta trabajo pensar que haya un cristiano que se convierta en mormón, judío, Testigo de Jehová. Porque ninguna de esas religiones tienen al Cristo al que tú y yo le servimos, que vino, vivió entre nosotros, Dios se hizo hombre, caminó por esta tierra, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió al infierno y al tercer día resucitó entre los muertos. Y la base del cristianismo está en entender el poder de la resurrección. Y dijo Pablo que si tú no entiendes el poder de la resurrección, tu fe es en vano.

Uno, vivir nuestra vida es Cristo. Dos, entender el poder de la resurrección. Para tres, yo poder terminar con la introducción del mensaje en estos versos. Cuando nosotros leemos Juan y vemos lo que está pasando con Lázaro, lo que ven los discípulos, los amigos, lo que ven a Jesús con sus amigos y lo que experimentó Marta, nos enseña el contraste que hay entre la fe y el amor. Y prepárate bien, porque tengo 4 minutos para explicar este punto: fe, el contraste entre la fe y el amor.

Los discípulos estaban conscientes de que Cristo amaba a estos muchachos porque eran sus panas, eran sus amigos, y por eso dice: “A prto, tu amigo va a estar bien”. No, no, no, es que está muerto. Y que bueno, para que ustedes crean, para qué crean. Y cuando llegó delante de Marta, que Marta le dijo: “Maestro, si tú hubieras estado aquí, todo hubiera sido diferente”. Cuando nosotros miramos estos versos, la experiencia que estaba viviendo Lázaro al morir, lo que vemos es cuestionando el amor de Dios. “Marta, si tú hubieras estado aquí, ay, todo hubiera sido diferente”. Los discípulos: “Pero si son tus amigos, Señor, los amas”.

Escúchame bien, todos los que estamos aquí, en algún momento de nuestra vida cuestionamos el amor de Dios. Y tú vas a decir: “No, pastora, no diga eso”. Y yo estoy segura que cuando los discípulos llegaron allí, vieron a Lázaro muerto, dieron diante, pero si era su amigo y lo amaba, así no fue como Empezó la premisa del verso: “Pero si Jesús amaba a Marta, su hermana, y a Lázaro…”. Y cuántos de nosotros, ante momentos difíciles en nuestra vida, hemos cuestionado: “Señor, si tú me amas tanto, ¿por qué mi negocio se perdió? Señor, si tú me amas tanto, ¿por qué mi pareja me dejó y terminé divorciado? Señor, si tú me amas tanto, ¿por qué mis hijos se apartaron y hoy están alcoholizados, con problemas en las drogas, y no quieren saber de mí? Señor, si tú me amas tanto, ¿por qué permitiste que a mi papá lo metieran preso? Señor, si tú me amas tanto, ¿por qué tengo que pasar por esta experiencia y por esta situación?”

Para entender el poder de “Yo soy la resurrección y la vida”, tienes que comprender que hay un contraste entre lo que es el amor de Dios, el amor que Dios siente por ti y el que tú sientes por Él, y nuestra fe. Para experimentar el poder de la resurrección, no se trata del amor de Dios; se trata acerca de la fe. Fíjate que cuando Cristo le habló a los discípulos, les dijo: “Él no está dormido, es que se murió. Y qué bueno, para que ustedes vean cuánto los amo, para que puedan creer”. Y cuando Marta vino donde Él y le dijo: “Maestro, si tú hubieras estado aquí, todo hubiera sido diferente”, Cristo le dijo: “Marta, yo soy la resurrección, yo soy la vida”. Y no le dijo: “Y tú sabes que yo los amo”. ¿Qué le dijo? “¿Crees?”

28 años he pastoreado, he atendido a miles de personas y he tenido delante de mí gente ante situaciones difíciles. “Pastora, yo amo tanto al Señor, le he servido toda mi vida. ¿Por qué mi matrimonio terminó?” Y mi respuesta tiene que ser: “¿Puedes creer?” “Pastora, yo trabajé tan duro por este negocio, yo ahorré dinero. Trabajé de sol a sol, estuve un tiempo que estaba en mi trabajo las noches, se le metía el dinero al negocio, estaba ahí, hice todo lo que me dijeron, leí libros, hice cursos, hice todo. ¿Por qué mi negocio se perdió?” Y mi respuesta tiene que ser: “¿Puedes creer?” Usted sabe, ¿cuántos padres, cuántas madres, yo he tenido delante de mí diciendo: “Pastora, yo di la vida por estos niños, trabajé de sol a sol para darles una buena educación, les dimos amor, les enseñamos, los llevamos a la iglesia y hoy son unos bandidos, están perdidos en el mundo?” Y lo único que le puedo decir es: “¿Puedes creer?”

Escúchame bien, el Señor que es la resurrección y la vida, cuando tú vives una vida de fe, tú puedes entender que aunque tu matrimonio esté muerto, si puedes creer, la resurrección y la vida va a ser un milagro. Cuando tú entiendes lo que es el poder de la resurrección y la vida, tú puedes entender que si tú crees, el milagro de tus hijos va a llegar; si tú crees, tu milagro financiero va a llegar; si tú crees, el milagro de tu cuerpo va a llegar; si tú crees, tu familia será restaurada y el Señor te va a mostrar que el amor es el poder fuerte.

Cuando no podemos entender que no hemos sido llamados a vivir por amor, hemos sido llamados a vivir por fe, y la resurrección y la vida es un acto de fe. Lázaro ya apestaba y, escúchame bien, hay cosas que apestan en nuestra vida, hay conversaciones que ya apestan en nuestra vida, hay gente que todavía está en ese pensamiento: “Si hubiera sido así, si yo hubiera hecho tal cosa, ay, si tal persona hubiera entendido cuánto yo lo amaba, todo lo que yo hice, todo lo que yo sacrifiqué, las horas que oré”. Esas conversaciones ya apestan. Óyeme bien, ¿puedes entender que no se trata de lo que hiciste, de lo que pasó, de cuánto sacrificio, de cuántas lágrimas? La pregunta hoy es: ¿puedes creer? ¿Puedes creer?