Dios no se ha olvidado de ti
18059
post-template-default,single,single-post,postid-18059,single-format-standard,bridge-core-3.0.5,mec-theme-bridge,qi-blocks-1.2.7,qodef-gutenberg--no-touch,qodef-qi--no-touch,qi-addons-for-elementor-1.7.1,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-14558

Dios no se ha olvidado de ti

Para muchos, las diferentes circunstancias de la vida los han llevado a creer que Dios no siempre está con ellos, es extraño, pareciera que olvidan que Dios es omnipresente y omnipotente, que siempre está ahí, aún en los momentos oscuros y de dolor, Él está cuidándote como un padre a su hijo.

¿Me amas? Sí, Señor. Apacienta mis ovejas. Pedro, ¿me amas? Sí, Señor, cuida mis ovejas. Pedro, ¿me amas?” Comenzó a llorar Pedro y dijo: “Sí, Señor, tú sabes cuánto te amo. Cuida de mis corderitos.”

Cuando Jesús le hizo el primer llamado, lo llamó a ser pescador de hombres, pero el último llamado lo hizo pastor. En el libro de Juan nos cuenta la historia de que Pedro niega al maestro. Cuando niega al maestro, sufre amargamente antes de que el gallo cante: “Pedro, me habrás negado.” No sé cuántos recuerdan que cuando Jesús llamó a Pedro, le dijo: “Sígueme y te haré pescador de hombres.” Se acuerda porque él es pescador.

Pero en el último encuentro de Pedro con Cristo, cuando él lo niega, están en las barcas vacías. Y por un momento, transpórtate a la historia, trata de visualizarlo conmigo. Tengo un poquito de imaginación. Está Pedro frustrado, dice la Biblia que estaba casi desnudo, no había pescado nada. Oye la voz de Jesús a lo lejos. Jesús les dijo: “Mira muchachos, hijitos, ¿tienen algo que comer?” “No, no hemos pescado nada.” “Tiren al otro lado, tiren allí.” Tiraron y sale una gran cantidad de peces. Pedro, dice la Biblia, que se viste estando en la barca y se tira a nadar y llega a la orilla.

Imagínese a Pedro llegando a la orilla en chumbo y mira al maestro allí que tiene un barbecue al frente, le está cocinando un pescadito y Pedro se queda así, frío. Y Jesús le dice: “Pedro, tráete los peces, por favor, no me los dejes allá afuera.” Y traen y arrastran la red y había 153 peces porque los contaron exactamente, había eso, eso está en la Biblia.

Están allí, ahora siga imaginándose conmigo. Está Jesús allí, Pedro aquí, los peces aquí. Y Jesús le pregunta a Pedro: “¿Me amas? ¿Me amas?” “Sí, Señor, apacienta mis ovejas. Pedro, ¿me amas?” “Sí, Señor, cuida mis ovejas. Pedro, ¿me amas?” Comenzó a llorar Pedro y dijo: “Sí, Señor, tú sabes cuánto te amo. Cuida de mis corderitos.”

Cuando Jesús le hizo el primer llamado, lo llamó a ser pescador de hombres, pero el último llamado lo hizo pastor. Le quitó la profesión de pescador y lo hizo pastor porque el pastor y el pescador tienen una gran diferencia. El pescador sabe acumular pero no sabe nutrir y cuidar. El pescador sabe tener redes con montones de peces y el único beneficio que tiene es sacar un montón de veces que se mueran y comérmelos. Pero el pastor sabe acumular, sabe agrandar su rebaño pero sabe cuidar porque sabe que el mayor beneficio está en la lana y hay que cuidar a la oveja para que coma bien, para que produzca. Hay que cuidarla, hay que guardarla y la gran diferencia entre un pescador y un pastor es el corazón que nutre, el corazón que guarda.

Y yo lo que quiero que tú entiendas hoy con esto son tres cosas, tres cosas con esta parte uno. Eso es lo que Dios va a hacer contigo. Tú no eres un número más en el reino, él te conoce por nombre, él conoce quién tú eres y él cuida de ti, él te guarda. Por eso es que él te envió otro consolador que es el Espíritu Santo. Que en tus noches más oscuras, cuando tú te arrodillas y cuando no hay nadie, ahí está él, hablando a tu vida, trayendo paz, poniendo la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Dios no se ha olvidado de ti y la palabra dice que aunque tu madre y tu padre se olviden de ti, Dios nunca se olvidará de ti. Y yo quiero que tú sepas que él conoce tu nombre. La Biblia dice que él conoce cada cabello de tu cabeza, él los tiene contados. No se cae un cabello en el baño de tu casa sin que Dios no sepa que se cayó, que es tuyo, que te pertenece. Y tú eres para Él un tesoro especial y por eso él cuida de ti. 

2 Comments
  • Oswaldo Monier
    Posted at 05:53h, 11 April Reply

    Gracias Amado Padre Celestial Por Todo Tú Amor y Misericordias, porque se que Tu Amor y Misericordias son Eternas e Infinitas
    AMÉN 🙏🙏😘🙏🙏

  • SADELA JOSE LATUFF PINEDA
    Posted at 06:23h, 11 April Reply

    AMEN PASTOR DIOS NUNCA SE OLVIDA DE NOSOTROS

Post A Comment