05 Jan Una abundancia que transforma

Yo creo en la prosperidad porque es la única manera en que establecemos la agenda de Dios aquí en la tierra. 

La agenda de Dios no la establezco yo como pastor únicamente predicando, la estableces tú en tu casa, la estableces tú teniendo buenos hijos, teniendo buena esposa, cuidando de tu familia, proveyéndoles mejor educación, proveyendo mejores recursos, haciendo todo lo posible para que tu familia salga del ciclo de pobreza, salga del ciclo del abuso, de la maldición. 

Para que tus hijos aprendan a orar, aprendan a entender la palabra del Señor, para que aprendan a creer quién es el Señor, para que esto sea de generación en generación, que tu urbanización, que tu comunidad sea una totalmente diferente, que donde quiera que tú vayas puedas sembrar una semillita de fe de alguna forma u otra.

Esta semana mi hija y yo fuimos donde todos los vecinos y si toca la puerta les damos un regalito a todos de FExpresso y yo vi en un lugar bueno. Yo quisiera que usted viera esta gente que son gente próspera con un detalle como eso nada más, la sonrisa que pone en el corazón; y ayer me encontré con uno y es un caballero que él cuida de la urbanización, una persona tirada. Y él siempre está pintando la urbanización, es el que pone las lucecitas.

Yo nunca he puesto una lucecita en Navidad allí, pero el que las pone él cuida la ahí, no se le paga por eso. Los otros días estábamos en la fila de la lechonera y él estaba detrás de mí y le pagué el lechón,  ayer me vio y me dice: ‘Ya lleva dos, ya me ha regalado dos cosas’. Y él con una brocha en la mano pintándole urbanización y me dice: ‘No, yo tengo que regalarle algo a usted’. Yo le dije: ‘No se preocupe, usted hace más por mí de lo que usted piensa, con esa brocha en la mano y todo lo que usted hace, usted hace más por nosotros. Así que tranquilo, usted no me debe absolutamente nada’. ‘No, no, no, no, no, pero gracias’, me dice. Y qué es el proyecto, yo le dije: ‘Bueno, este proyecto es un proyecto de…’. Le expliqué que queremos levantar microempresas en otros países, aquí en Puerto Rico. Y me dice: ‘Pues deme, deme, deme la dirección para yo mandar una ofrenda’. Hasta eso, hermano, porque cuando uno utiliza los recursos que uno tiene para que la gente alrededor sea transformada, Dios siempre abre puertas nuevas.

Yo lo quiero que tú entiendas en el día de hoy la razón por la que tú tienes que prosperar es porque si tú y yo no prosperamos, el mundo lo va a seguir haciendo y la agenda que se está estableciendo es la del enemigo pero no conviertas la prosperidad en tu agenda, conviértela en la agenda de Dios, donde todo lo que haga sea para la gloria de Dios y que en cada paso que yo dé sea la agenda de Dios establecida aquí en la tierra.

Y por eso no debes sentir vergüenza nunca en decir: ‘Yo creo en prosperidad’ y cada vez que tengas algo para disfrutar, disfrútalo, porque en medio de todo qué bueno es que el hombre disfrute del bien de su trabajo, dice la palabra del Señor.