La verdadera libertad en Cristo
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La verdadera libertad en Cristo

Libre es alguien que decide entregar su libre albedrío, cuando decides que no te vas a dejar controlar por el mundo. sino que por el contrario has decidido romper los esquemas que el mundo espera que tú cumplas. Entender que en el mundo no eres libre y que la verdadera libertad está en Cristo.

Estamos estudiando acerca del tema “Conociendo a Dios” y quiero llevarte una idea en el día de hoy. Buscaba una manera de poderte explicar un punto y recordaba en estos días la famosa historia de cómo se escribió el himno que se conoce como “He decidido seguir a Cristo”. Ese famoso himno que dice:

He decidido seguir a Cristo He decidido seguir a Cristo He decidido seguir a Cristo No vuelvo atrás, no vuelvo atrás.

Y por supuesto, tiene otra estrofa y demás, pero todo el mundo conoce ese himno. Es un himno, podemos decir, de la iglesia que identifica la iglesia cristiana.

La historia de ese himno es bien interesante porque esas palabras fueron las declaraciones de un hombre que se encontró en un momento complicado. Durante el tiempo del avivamiento de Gales, allá por toda esta área de Europa, se comienza a evangelizar a un grupo de indígenas que eran muy agresivos. Se convierte uno de ellos y, estando convertido, esta persona le entrega su vida al Señor y decide entregarle su vida al Señor. 

El jefe de la tribu se entera y se molesta, lo manda a buscar a él con toda su familia y, delante de toda la tribu, le obliga o trata de obligarlo a que niegue su fe, comienza a decirle: “Tienes que negar. Tú no puedes creer en eso. Tú no puedes seguir en eso. Tú no puedes tomar esa decisión. Tienes que negar a Cristo”. Este hombre decide que no lo va a hacer y, cuando está en esa primera decisión y decide que no lo va a hacer, el jefe envía a toda su tribu a que le lance flechas a sus dos hijos. Sus dos hijos caen muertos al lado de él y el jefe le pregunta: “¿Estás dispuesto ahora a renunciar a tu fe viendo a tus dos hijos así?”. Él dice: “He decidido seguir a Cristo. No vuelvo atrás”. Aunque nadie me siga, le dice el hombre.

Seguro que sí, ahora manda a matar a su esposa y, delante de él, le tiran flechas a su esposa y muere. Ahora el hombre tiene al lado a sus dos hijos y tiene a su esposa muerta. Vuelven y le preguntan: “¿Estás dispuesto ahora a negar tu fe y decidir hoy cambiar tu vida y no creer en eso?”. Él dice: “La cruz delante”, que es la segunda estrofa, “y no vuelvo atrás. He decidido seguir a Cristo”. Y en ese momento lo matan. Ahí muere este hombre.

Pero la historia dice que por causa de la determinación de fe de este hombre, esa tribu completa eventualmente terminó convertida porque nadie podía creer que existiera alguien que tuviera tanta fe para creer en alguien que estuviera dispuesto a dar su vida por esa fe y eso impresionó tanto a todos que le entregaron su corazón al Señor.

Años después, muchos años después, en Estados Unidos alguien lo único que hizo fue simplemente ponerle música a las palabras que este hombre declaró en ese momento histórico.

Y es un momento muy crucial para nosotros, yo no creo que ninguno de los que estamos aquí estaremos en una posición como esa, verdad, puede ser que sí algún día, puede ser que no, pero la realidad hoy no es esa.

La idea detrás de esta historia no es únicamente ver el resultado de la decisión de este hombre sino, por un momento, ver el estado espiritual en el que este hombre se encontraba.

Y la pregunta que tengo que hacerme en el día de hoy es: ¿ese hombre era libre para escoger? ¿Era libre ese hombre para escoger en ese momento negar a Cristo o para seguir a Cristo? ¿Era libre realmente? ¿Tenía libertad para escoger?

La respuesta es no, este hombre había tomado una decisión que cancelaba la posibilidad de otras decisiones. Este hombre había tomado una firme determinación donde cualquier otra opción luego de esa decisión no causaba controversia en su mente, la decisión de seguir a Cristo no se puso en peligro por las circunstancias en las que estaba viviendo. 

El único hombre que es libre es aquel que decide entregar su libre albedrío, todo aquel que piensa que puede seguir escogiendo es esclavo del mero hecho de pensar que puede escoger y de escoger sus malas decisiones. El único libre es el que entrega su libre albedrío. 

La verdadera libertad se encuentra cuando ya yo dejo de decidir porque ya decidí. Todo aquel que piensa que todavía tiene muchas decisiones que tomar en su vida es esclavo de lo que lo debería hacer libre y hoy yo quiero hablarte por unos minutos de la verdadera libertad que solo se tiene conociendo a Dios. Ese es el único, la única persona que puede ser libre conociendo a Dios.

4 Comments
  • Jhon Mario Rojas
    Posted at 07:30h, 18 September Reply

    Gloria a Dios 🙏

  • Oswaldo Monier
    Posted at 14:34h, 18 September Reply

    Quiero conocer más sobre Tí AMADO PADRE CELESTIAL
    AMÉN 🙏🙏🙏

  • sadela jose latuff pineda
    Posted at 08:05h, 19 September Reply

    SOY LATUFF SADELA DESDE VENEZUELA,,,,,,GRACIAS PASTOR POR ESA MARAVILLOSA PALABRA……

  • marttha
    Posted at 00:54h, 24 September Reply

    Amén soy libre en el poderoso nombre de Jesús

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