La tentación del saber
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La tentación del saber

Nos quieren hacer creer que la mejor arma en este mundo es el conocimiento. Olvidamos qué eso fue lo que acabó con el paraíso. El saber nos da confianza, pero el exceso de este nos destruye. ¿Está el exceso de conocimiento llevándonos al fin del paraíso? ¿Es la inteligencia artificial consecuencia de ese exceso de conocimiento? Te dejo esas preguntas de reflexión.

La serpiente siempre nos enfoca lo contrario. Por eso hay tanta gente perdida en el día de hoy. La serpiente se enfoca, hoy por ejemplo, en promover el sexo. El sexo es bueno en el contexto correcto y de la manera correcta. Pero la serpiente nos hace ver lo malo como bueno, o nos hace creer que lo que no es permisible es lo mejor. 

Y eso es lo que ha provocado que la gente se salga del huerto del Edén, que la gente no entienda el balance y que no vea lo que Jesús vino a hacer. Dicho eso, continuemos en esa misma línea, pero mire lo que dice en el libro de Génesis capítulo tres, el verso 2:

“Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.”

¿Cuál fue la tentación? La tentación fue saberlo todo. Una de las peores actitudes que hay en la vida de una persona son dos niveles: el que se cree que lo sabe todo y el que piensa que necesita saber más para poder avanzar. No hay peor cosa que un hijo vaya a pedirte un consejo y tú le digas, y él te responda: Ya yo sé. ¿Para qué rayos me preguntas si ya sabes? Y cuando miro tu chequera me dice que no sabes, porque todavía yo pago las cuentas, ¿cierto? 

Mira la gente que viene a consejería. Necesitan un consejo, pero mira, déjame explicarte… No, ya yo sé. ¿Para qué rayos me haces perder una hora si ya lo sabes? Mejor dime: Pastor, yo lo que necesito es un café para que alguien me oiga. Entonces no hay problema, todo el mundo necesita un terapeuta. Lo único que yo no cobro como psicólogo para oírte. Págame un café y yo te oigo y te abrazo si te vas y te desahogaste. Pero si me pides un consejo, te daré uno.

Mire hermano, usted no sabe lo complicado que es, las hermanas saben aquí porque cuando tú le das a tu esposo un consejo él te dice: Ahora yo no voy a decir nada a nadie, háblale a tu hijo, a tus hijas. Espérate, ¿Cómo que ya sabes? Tú eres tan inteligente, pero cuando yo veo tu vida no tiene ningún tipo de resultado. Pues no sabes nada. No, sí yo sé porque lo aprendí en YouTube. 

Lo aprendí en TikTok. Y ese es el problema de las personas hermanos, de todos nosotros nos ha pasado porque es cierto conocimiento nos da cierta confianza pero cierto conocimiento nos destruye por ejemplo hay cosas que yo no necesito saber ni me interesa saber ni quiero saber ¿sabe por qué? Porque no cambiarían mi vida hoy y yo no sé cómo podría manejarlas. Me explico: Yo no quisiera ser juez del tribunal de Puerto Rico. 

Yo no quisiera hacerlo pastor porque yo no sé cómo dormiría sabiendo que alguien que mató a alguien salió libre porque no se pudo presentar toda la evidencia y yo sé todo lo que no se pudo presentar. Yo no podría dormir con eso. Yo, que me conozco, sí,  he tenido gente aquí que me dice: Pastor, déjeme contarle mi pasado. No, no necesito saberlo. O sea, sí pasó para que me conozca, no. Esta es mi regla: Usted es nuevo aquí, yo lo conozco de aquí para allá ¿Por qué no? No quiero saber. ¿Por qué? Porque no sé cómo manejarlo. Porque hay cosas que no necesito saber. No cambia mi vida ni la tuya.

La gente que busca saberlo todo, que tenemos que saber todo lo que saben los presidentes, todos los gobernadores. Yo no necesito saber todo lo que ellos saben y no me interesa. ¿Pero cómo que no afecta? 

Cuando uno escoge un líder tiene que confiar en que va a tener una información que yo no tengo y va a tomar buenas y malas decisiones. Nosotros juzgamos las decisiones, no lo que conoce, sino las malas decisiones de acuerdo a lo que conoció. Yo no necesito saber lo que conoció en su totalidad. Yo veo las malas decisiones o las buenas decisiones. Y no importa las buenas o malas decisiones que tome ningún líder. Mi vida no depende de las decisiones que tome el gobernador. Mi vida depende de que yo conozco a quien lo conoce todo. Que sabía que el gobernador iba a hacer eso y a pesar de todo eso Dios se encargó de cuidar nuestra vida. Y mi confianza no está en que yo sé o no sé sino en que conozco a alguien que sabe absolutamente todo y descanso en que Él que lo sabe todo.

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