15 Feb Eres bendecido
Hablemos de la bendición, la bendición no es importante por las palabras que se dicen, sino por el espíritu que llevan esas palabras en la vida.
Nosotros no podemos estar buscando la bendición que queremos, pero sí debemos dejar que sea Dios quien nos diga cuál es la bendición que necesitamos.
Un ejemplo claro es el diezmo, nosotros no diezmamos para ser bendecidos, para tener promesas. Yo diezmo porque soy bendecido, porque tengo promesas, y para permanecer en la bendición de lo que Dios me ha dado.
Porque aquel que solo da para ver si recibe algo, mientras no lo recibe, piensa que Dios no está con él. Los bendecidos caminamos con seguridad y certeza en nuestros corazones que la promesa de Dios es más grande a nuestras vidas y que por esa razón siempre tenemos futuro, tenemos esperanza.
Si yo le consagro a Dios mi tiempo, mi mente, mi casa y hay espacios que son para Dios y mi servicio con Él, entonces yo voy a permanecer en la bendición de Dios.
Solo entonces podré disfrutar de todo aquello que él ya me ha entregado.
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