Dale a Dios siempre lo mejor
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Dale a Dios siempre lo mejor

Pastor Otoniel Font: Uno de los problemas que tiene la Iglesia en la actualidad no es tan solo el pensar que lo importante somos nosotros y no es Él, sino que pensamos que lo que Él va a recibir de nosotros es lo que nosotros queramos darle. Y no funciona así, Dios quiere habitar en medio tuyo. ¿Por qué Dios nos mandó a hacer un templo en el desierto? Porque el pueblo estaba en carpa y Dios dijo “Yo no voy a tener un templo mientras mi pueblo está en carpas”, pero eventualmente se molestó porque lo tenían a él en carpas y la gente estaba en casas. Un día le dijo: ¿es justo que yo esté viviendo en una casa destruida y ustedes estén en esta casa? Eso no fue lo que yo les enseñé. Cuando ustedes estaban en la carpa, yo estaba allí, la mía era buena, estaba hecha de oro pero me encontraba en la de ustedes. Eventualmente el pueblo se olvidó de Dios y construyeron mejores casas para ellos que la casa de Dios. Aquí pasa algo bien importante, cuando tú construyes algo mejor para ti y pretendes encontrarte con Dios sin haber construido lo mejor para El Señor no funciona de la misma manera, porque Dios no pretende que tú hagas lo que Él ha hecho totalmente por ti, porque no lo podemos hacer pero por lo menos que lo imites.

No puede ser que cuando tú vas a trabajar al banco vayas mejor vestido que cuando vienes a ver a Dios. No puede ser que al mesero de la esquina tú le des más en la propina que la ofrenda que das. Ahora, si lo construyes y Él llega es porque Él quiere llegar, pero sólo si lo construyes; sin el corazón lo único que vas a tener es el monte. ¿Qué es lo que yo quiero mostrarte en el día de hoy? Que todos nosotros tenemos que tener un monte, el monte de Sion, donde un día lo veamos en estruendos, en esto, en aquello, y digamos “este hombre está en serio” . Sabes que todo esto es cosa seria,  eso que es tan poderoso, que quiere habitar en mi vida. Lo que tengo es que construir el lugar donde Él salga del monte y llegue donde yo estoy. Pero eso no implica que voy a hacerlo a mi manera y como yo quiera.

En una ocasión Dios le reclamó al pueblo y le dijo: ¿por qué no le llevas a tus reyes las ofrendas que tú me estás trayendo? ¿Por qué no le llevas a tus reyes a ver si él acepta? Llévasela a ver si te la recibe, ¿pero pretendes que yo la reciba? Hay gente que viene aquí a cantar y adorar a Dios y para cantar una canción hay que empujarlos, pero se saben la de Bad Bunny y las cantan con alegría. Entonces vienes cantando tus canciones de Spotify, pero en la iglesia hay que ponerte la letra en las pantalla porque dices “ay esas canciones de la iglesia no me las aprendo”, pero las de afuera te las aprendes rápido. Entonces quieres que cuando tú le llames, Él llegue pero no, Él quiere llegar si lo construyes. 

Ahora, yo quisiera por un momento llevarte algo más. El pastor Cintrón dijo algo en su último mensaje que a mí me chocó. Fue algo que cambió mi perspectiva para siempre porque cuando llegué a Puerto Rico logramos construir este pequeño edificio aquí y la meta era construir algo un poco más grande, eventualmente tuvimos que volver, pero bien, aquí todo el mundo conoce esa historia. Cuando vinimos a Puerto Rico, nos encontramos con una deuda con problemas; pero gracias a Dios logramos saldarla y tener el templo; yo dije “gracias a Dios que nunca tengo que construir”, “nunca construiré nada”. Ya he peleado, he batallado, yo no tengo que construir. Eso pensaba yo, seis meses después de saldar la deuda, viene el huracán María y destruye el templo.

Entonces cuando empezamos a trabajar con el gobierno, y con todas las cosas que teníamos que hacer le dije a mis pastores que no me interesaba, no voy a bregar con nada de eso, que no quería saber sobre eso; yo me quedaba en el templo pequeñito; pero ellos me decían “¿pastor, pero usted cree? ¿Y si nosotros la hacemos?” A lo que yo les respondí:
“Si ustedes lo hacen y no me molestan para nada, perfecto”. 
El punto donde voy, es el que yo no quería y todavía el día de hoy que el proyecto está corriendo, que el edificio está allí, que la la cosa fluyendo, que están los planos y que están bien bonitos, yo no quería. Hasta que vine aquí, hace dos o tres semanas atrás y sentado allí, escuché estas palabras del Pastor Cintrón: “Cualquiera puede predicar, cualquiera puede evangelizar, pero a unos pocos Dios le da el honor de construir un templo”. Eso me chocó el corazón, yo estaba rechazando el honor que Dios me estaba dando, de construir algo. Y si lo construimos, Él llegará. ¿Y si él llega? Lo llena todo. No tiene que ser algo majestuoso lo que hay que construir, pero hay que construir algo.  Ahora hay que hacerlo a la manera que Él quiere, a la forma que Él quiere. 

Mientras oraba pensaba en un hombre que quería tener el honor de construir y Dios no se lo dio. Y fue David, Él quiso construirle a Dios un templo y no lo dejó. Pero hoy  pensaba en la frase cuando Dios le dice en segunda de Crónicas
 “Tus manos están ensangrentadas, no me lo puedes construir” 
Entonces le pedí yo a Dios esta tarde; Señor, que mis manos no estén tan ensangrentadas, que no pueda construir lo que tú quieres llenar. Yo quiero que tú apliques esto a tu vida por un momento. ¿Qué quiere decir que él tenía las manos ensangrentadas? ¿Por qué Dios no dejó a David construir? ¿Por qué? Si David era un hombre que amaba a Dios y la Biblia nos dice que Él había conseguido un hombre conforme a su corazón, así que el problema de David no era el corazón, fue todo lo que hizo. Por ello, cuando no hay alineación entre lo que hago y el corazón, puedo tener la mejor intención, pero no construyo algo donde El Señor no pueda llegar. David si construía aquel templo, sería señal de dominio militar, no sería señal de la gloria de Dios. Por eso Dios dijo “tú no puedes construirlo”, porque ya tu reputación en el mundo entero es que tú eres un rey que conquista, que matas para avanzar, tus manos están tan ensangrentadas que todo lo que el mundo ve es tu poder militar por eso el pecado de David delante de Dios fue contar el ejército que él tenía, y eso a Dios le molestó porque David era un simple pastor. Un día se llenaron los ojos con el poder que tenía y llegó a pensar que era con sus fuerzas que podía lograrlo todo. 

Muchos de nosotros en el día de hoy, sin darnos cuenta, tenemos nuestras manos ensangrentadas. Tú tienes el gran corazón de que Dios esté en tu vida, pero en tus manos sigues batallando por tus propias fuerzas; sigues batallando y luchando allá afuera, haciendo cosas que realmente no están alineadas a lo que Dios quiere que tú hagas. Yo sé que ahora tú me entiendes lo que te estoy diciendo, porque tú estás luchando por tu matrimonio, pero estás construyendo tu matrimonio a tu manera, no a la manera de Dios. Sí, pastor, pero yo trabajo tanto. Sí, pero estás trabajando a tu manera, pero no a la manera de Dios. Entonces tienes un gran deseo de tener una gran empresa, tienes un gran deseo de tener un gran negocio quisieras honrar a Dios con eso, pero estás haciendo con tus fuerzas y te llevas al mundo de por medio y no estás construyendo a la manera de Dios. Y por eso es que Dios no le da el honor a todo el mundo de construir algo que Él pueda llenar.
4 Comments
  • Nelva Castro
    Posted at 09:07h, 03 January Reply

    Amen Pastor, creo que ese es nuestro mayor problema, querer que Dios haga las cosas a nuestra manera y no alinearnos a la manera que Dios demanda, sino, su palabra estaría en esta tierra en vano.
    Dios los continúe Bendiciendo grandemente.

  • Jhon Mario Rojas
    Posted at 11:40h, 03 January Reply

    Santo, Gloria a Dios

  • Carolina Omaña Ospina
    Posted at 12:17h, 03 January Reply

    Excelente pastor muchas gracias. DIOS le bendiga grandemente este será un Año de cosas nuevas para ustedes también desde Cúcuta Colombia iglesia pastor José Satírio do Santos.

  • Milton Hernan Orjuela
    Posted at 08:40h, 05 January Reply

    Gloria a Dios… muchas gracias por dejarte usar y ser portavoz de nuestro amado Padre Celestial… Bendiciones Pastor. Que el Señor te siga llenando de Sabiduría y de su Santo Espíritu, en el nombre de Jesús es mi oración por ti y tu familia.

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