Permite que la presencia de Dios transforme tu vida 
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Permite que la presencia de Dios transforme tu vida 

Veamos lo que ocurre en la vida del apóstol Pedro. Llega un momento donde, lo que había en él era tan espectacular que la gente solo quería estar cerca la marca del Espíritu Santo en la vida de este hombre; hizo que la gente llegara de diferentes lugares y buscara la manera de entrar y de estar cerca de él. En ningún lugar de la Biblia dice que la gente se sanaba con la sombra de Pedro; estos versos lo que dicen es que la gente quería estar cerca de Pedro. No dudamos de que alguien se hubiera sanado, pero qué problema cuando se cogen estos versos y se toman de una forma errónea. Podemos pensar que la sombra era lo que sanaba y podemos entonces empezar a inventar locuras que no son las que Dios quiere que nosotros hagamos; tomamos, entonces, cosas que eran simbólicas o de momentos específicos, y hacemos ídolos de ellos. La realidad es que no se nos dice que la gente se sanara con la sombra de Pedro, lo que se nos dice es que la actitud de la gente era que aquel hombre cargaba algo tan especial que dondequiera que él iba, la gente tenía que llegar porque no iban a encontrar en ningún lugar lo que encontraban cerca de los apóstoles y de los discípulos. Había un distintivo especial. 

Sí dice que la gente se sanaba; se sanaban porque llegaban al culto, se sanaban porque llegaban a aquel lugar; ahí se ponían las manos y se oraba; allí, en aquel lugar, en el ambiente donde la gente estaba conectada unos con otros, estaban allí y se ponían sus manos y no dudamos que algunos se sanaran por la sombra de Pedro; lo que tienes que entender es que la sombra de Pedro no es lo importante. Lo primordial era que la gente comenzó a atreverse a acercarse a los apóstoles porque la marca que había en ellos los acercaba a Dios. 

En una ocasión, alguien mintió acerca de la ofrenda en un servicio. Dijo: vendí mi casa y aquí traigo todo en ofrenda al Señor. Pero no era todo, estaba mintiendo. Y dice la Biblia que cayó muerto; cayó muerto por mentir. Ahora, cuando sale Pedro de allí, más afuera, se encuentra con la esposa de aquel hombre, que no sabe lo que ha pasado, y también miente. La esposa no sabe lo que ha pasado; nadie salió de aquel culto. Seguro que ahí todo el mundo empezó a ofrendar y arreglar cuentas. Nadie salió de aquel lugar a contarle a ella; el temor cayó sobre toda aquella gente. Ahora ¿quién se acercaba a aquel lugar? Ponte a pensar. Una experiencia como esa lo que trajo fue temor, pero cuando Pedro sale de aquel lugar, la gente se acercaba. La marca de la presencia de Dios en la vida de Pedro hacía que la gente se acercara, que la gente llegara a aquel lugar; y cuando Pedro estaba allí, dondequiera que caminaba, la gente se acercaba esperando un milagro, esperando un toque de la mano poderosa de Dios. Y esa es la marca que debe haber en tu vida hoy. 

Que la presencia de Dios marqué nuestras vidas, que la gente quiera acercarse, que aquello que le dio miedo una vez a la gente ya no le dé miedo, y que la gente pueda experimentar el poder de la presencia de Dios porque es la marca distintiva de todos nosotros. 

De una forma u otra, todos buscamos símbolos de éxito en la vida; queremos mostrar al mundo muchas cosas grandes, queremos mostrarle al mundo muchas cosas maravillosas que hemos logrado porque nos dan un poco de ego, pero en realidad la diferencia en nuestra vida la hace la presencia de Dios, el poder del Espíritu Santo; y lo más grande de estos versos no es ni que Dios hiciera milagros porque no nos sorprende que Dios haga milagros. Lo más grande de estos versos no son los milagros; lo más grande de este verso es que Dios usara a Pedro. Eso es lo más grande de estos versos; que Dios usara a Pedro porque, si tú lees estos versos únicamente, y no conoces la historia de Pedro, puedes llegar a pensar que Pedro era alguien súper especial. Pero cuando vemos la vida de Pedro, él no era tan especial, pero alguien lo hacía especial. Podemos entender por qué Jesús hacia milagros; el hombre nunca había pecado, era el Hijo de Dios; pero Pedro… ¿por qué la gente se quería acercar a Pedro? ¿Por qué la gente quería llegar allí? Era la presencia del Espíritu Santo en la vida de Pedro, era la marca distintiva, que es la que debe existir en la vida de todos nosotros. 

Cuando miramos a Pedro, lo que vemos es un hombre totalmente ordinario, sencillo; un hombre que la Biblia nos dice que era un pescador, que estuvo en altas y que estuvo en bajas; un hombre que sabía caminar sobre las aguas, pero también sabía hundirse así de rápido; un hombre que, en un momento dado, negó al Maestro; un hombre que un momento hasta podemos decir que renunció a su fe, y quiso negar al Maestro. Y ese Dios lo llena y lo bautiza de su Espíritu Santo un día como hoy, y sobre él puso el sello y la marca porque lo que hace la diferencia en tu vida es la marca de la presencia de Dios. 

Todos los días, cuando miramos la Biblia, nos damos cuenta de las marcas del apóstol Pablo. El apóstol Pablo decía: aquí están las marcas del apostolado, aquí están los azotes, aquí están las experiencias y las marcas del apostolado de Pablo era la gracia de Dios que lo sostenía en todo momento, que le permitió llegar y alcanzar miles y miles de personas para Dios, y que todavía al día de hoy sus escritos nos enseñan a nosotros cómo acercarnos a Él. Cuando miro la Biblia, veo las marcas de nuestro Señor Jesucristo, que cuando llega a los discípulos, lo primero que les muestra son las manos y su costado, para que ellos pudieran saber que él era el Señor y que había resucitado. ¿Cuál sería la marca de nosotros? 

¿Cuál es tu marca hoy? Tú marca no es lo que tú has logrado, tu marca no es lo que tú has alcanzado; tu marca es la presencia de Dios que te ha acompañado todos los días de tu vida dondequiera que tú has estado. 

A través de los tiempos, nuestra iglesia tiene varias marcas. Nuestra iglesia tiene varias cosas que son íconos; pero para nosotros en nuestra iglesia, lo más importante no es el templo porque Uno más grande que el templo siempre ha estado aquí con nosotros. Lo más grande no era la torre, lo más grande no era el dinosaurio; lo más grande para nosotros es la presencia de Dios que ha estado con nosotros en todas las jornadas de nuestra vida, día tras día. Y ¿qué es lo que hace realmente la diferencia en nuestra vida? La presencia de Dios. 

Es la marca de la presencia de Dios en ti, es la marca de la presencia de Dios en tu vida que, dondequiera que tú estés, el mundo la tiene que percibir, el mundo tiene que ver; y ¡qué grande es que esa marca del Espíritu Santo en tu vida transforme tu vida siempre! 

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