Bienaventurados sean los que siguen a Jesús
14052
post-template-default,single,single-post,postid-14052,single-format-standard,bridge-core-3.0.5,mec-theme-bridge,qi-blocks-1.2.7,qodef-gutenberg--no-touch,qodef-qi--no-touch,qi-addons-for-elementor-1.7.1,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-14558

Bienaventurados sean los que siguen a Jesús

Los grandes políticos y líderes de comunidad que han impactado la sociedad de alguna u otra manera, son recordados por sus proezas, por sus edificios, por sus obras físicas; pero en su mayoría, son recordados por sus palabras, por alguna frase que hablaron en momentos claves y que marcaron la historia de su nación, de su país, y aún la del mundo entero.  Los grandes líderes son marcados por las palabras que dicen, por aquellas cosas que establecen realmente cuáles son sus pensamientos, sus ideas, y cómo ellos pretenden que el mundo sea dirigido.  

Nuestro Señor Jesucristo tuvo también su mensaje inaugural.  Un día, en Mateo 5, comenzó a hablar, a predicar el que podemos considerar como el mensaje más largo que él predicara.  Y es en esas palabras donde él encapsula todo lo que era la intención del corazón de Dios, para que todos nosotros pudiéramos dirigir nuestras vidas hoy.  Ese mensaje todavía resuena hoy, y aunque solamente se conocen las bienaventuranzas, la realidad es que nuestro Señor Jesucristo habló más que las bienaventuranzas.  

Mateo 5:1-12 son simplemente las palabras de inicio.  Luego de ahí, nuestro Señor Jesucristo comenzó a hablar y a explicar muchas cosas más, cada una con el propósito de cuidar el alma de todos aquellos que le estaban siguiendo.  

Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. 2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: 3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. 5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”  Mateo 5:1-12  

Nuestro Señor Jesucristo comienza a predicar estas palabras tan importantes delante de una multitud que le seguía.  A Jesús comienza a seguirle esta gran multitud, y Jesús sube a un monte; se ubica en un lugar alto para que todos a su alrededor pudieran verle y escuchar sus palabras.  Por supuesto, esto también tiene una implicación espiritual porque nadie puede hablar cosas tan profundas desde  un plano tan bajo.  Estas cosas vienen desde el cielo, desde lo alto, de un lugar espiritual; por lo tanto, para recibir palabras como estas, hay que mirar hacia arriba, entendiendo que lo que estás oyendo no es una voz humana, sino la voz del Espíritu de Dios.  

Esto es lo mismo que vemos en el monte Sinaí, cuando Moisés tiene que subir a encontrarse con Dios, y en ese lugar es que recibe el decálogo, los diez mandamientos.  Nunca pienses que grandes revelaciones las vas a recibir en la multitud o en el consenso de las masas.  Las grandes revelaciones las descubres siempre cuando te atreves a caminar a lugares más altos, lugares de prominencia donde Dios puede hablarte cara a cara y saber que lo que estás oyendo proviene de lo alto, del cielo.  Y esa es la voz que cambia y transforma las naciones.  

Así que, nuestro Señor Jesucristo, por un momento, se va a un monte, probablemente buscando un poco de mejor acústica, para que todos los pudieran ver, pero sobre todo, para dejarles saber: esto que estoy hablando no proviene de cualquier lugar; viene directamente del corazón de Dios.  Y qué bueno cuando hay gente que puede mirar hacia arriba y saber que todavía Dios habla, Dios nos dice, nos guía, nos dirige.  Cuando tú entiendes esto, es cuando estás realmente preparado para oír la voz de Dios en nuestros corazones.  

Mateo 5 es el cambio de mensaje de nuestro Señor Jesucristo.  En Mateo 5 hay un cambio.  Estas palabras Jesús comienza a decirlas en un momento en particular, y demuestra el cambio de la obra redentora de Dios, y la función que nosotros, como iglesia, tenemos que completar hoy.  En Mateo 4, Jesús ya está predicando.  

12 Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea; 13 y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, 14 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:

15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;

16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció.

17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”  Mateo 4:12-17  

Qué contraste entre “¡arrepiéntete!” y “bienaventurado”.  Jesús comienza a predicar: Arrepentíos, arrepiéntete, cambia, transfórmate, renuncia al pasado, a las cosas viejas; el reino de los cielos se ha acercado a vosotros.  Y de repente, comienza a predicar: bienaventurados.  Hay quien quiere que como pastor lo único que predique sea “¡arrepiéntete!”, pero ¿qué se le predica a los que se arrepintieron?  Bienaventurados.  Esa es la diferencia del mensaje.  

A Jesús venía siguiéndole una multitud de gente que ya había escuchado el mensaje de arrepentimiento, y ahora cuando él los tiene delante, ahora el mensaje es uno distinto; el mensaje es: bienaventurados; bienaventurados todos ustedes que están aquí, que me siguen, los que han seguido mi camino, los que dejan todas las cosas a un lado para seguirme a mí.  Y comienza a hablarle al alma del creyente.  

Luego, en Mateo 4, los discípulos dejaron todas sus cosas por seguir a Cristo.  Se nos dice cómo Zebedeo, Pedro y Juan dejaron sus barcas y todo lo que tenían, y comenzaron a seguir al Maestro.  Se nos dice que la fama de Jesús se difundía por todo lugar.  Y al ver la multitud que le seguía, Jesús se da cuenta que esta gente necesitaba ahora otro mensaje.  Porque en aquellos tiempos, arrepentirse no era tan solo confesar tus pecados, sino dejarlo todo, abandonarlo todo, abandonar tu familia; era que tu familia te daba por muerto, renunciabas a tu nueva religión y ahora te quedabas sin padre, sin madre, sin amigos, sin nada.  Esta gente que tomó esta decisión de seguir a Cristo, de repente se encuentran en un lugar donde están en un vacío.  Y ahora ¿qué?  

Esto nos pasa a muchos de nosotros, y muchos no resisten.  Te podemos predicar arrepentimiento, y el Espíritu Santo te convence y te das cuenta que necesitas una nueva vida.  Decides dejar tus viejas amistades, tus viejos amigos, decides dejar de salir para donde salías antes; y de repente te encuentres solo en tu casa, sin saber qué hacer porque no tienes a quién llamar, con quien salir, porque sabes que si vuelves con las viejas amistades, vuelves al viejo camino.  Pero ahora te quedaste en la nada de repente.  Y ¿qué haces?  Es como que te quedas en un vacío.  Y tiene que haber un mensaje que llene el alma, explicándote la decisión que has tomado, y ayudándote a dirigirte en la nueva vida que has decidido tener.  Ese es el mensaje de Jesús.  Y eso es lo que a veces muchos cristianos no entienden.  Muchos critican porque hablamos mucho de fe, porque te llenamos la cabeza de esperanza, por hablar de tantas cosas prácticas que, quizás, en otros lugares no las hablan; pero sí porque, después que tú te arrepentiste y dejaste el mundo, se queda un vacío que, si no lo sabes llenar con la palabra de Dios, y no sabes lo que te va a ocurrir, lo que te va a suceder, no te das cuenta que te van a perseguir, no te das cuenta, que van a hablar mal de ti, que vas a tener que renunciar a muchas cosas; entonces, te quedarás en un vacío emocional, espiritual, que traerá angustia a tu alma y a tu mente.  Por eso, no tan solo puede ser arrepentíos; tiene que ser ¡arrepentíos, arrepentíos! y ya que estás aquí, bienaventurado.  Pero déjame explicarte en qué tú eres bienaventurado; déjame explicarte la nueva posición en la que tú estás.  Porque estás entrando en una vida muy diferente a la que tú estás acostumbrado, y tomaste una buena decisión; la mejor decisión de tu vida, y tienes que vivir con las consecuencias de esa decisión, y los beneficios de ella,  y por eso vengo a decirte: bienaventurado. 

6 Comments
  • Jhon Mario Rojas
    Posted at 07:23h, 15 August Reply

    Gloria a Dios, Santo

  • Liseth Trujillo
    Posted at 11:36h, 15 August Reply

    Amen y amen aleluya mi alma adora a Dios amen y amen🙏🏽🙏🏽🙏🏽Bendiciones pastor Otoniel Gracias por este mensaje de parte de Dios para nosotros su pueblo su Iglesia sus hijos amen y amen🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙌🏼🙌🏼🙌🏼

    • Marivanet
      Posted at 08:53h, 18 August Reply

      Bendecida Liseth.

  • Wiliam Antonio Chacon Vargas
    Posted at 14:28h, 15 August Reply

    Amén gracias a Dios por guiar mi vida y por enseñarme tu camino.

  • Anel
    Posted at 16:19h, 15 August Reply

    Amén oro por la salud de mi papá Rodrigo y mi mamá que mi papá sesea sano de su mente y mi mamá de su diabetes y el resto del físico todo lo pido en el nombre de Jesús amén

    • Marivanet
      Posted at 08:53h, 18 August Reply

      Oramos por tu petición y declaramos sanidad en la vida de tus seres queridos.

Post A Comment