08 Jun Prepárate porque algo va a pasar mañana 

Luego de que Dios le dice a Josué “levántate y pasa”, mira la instrucción que Josué tiene que dar:  

“10 Y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: 11 Pasad por en medio del campamento y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que Jehová vuestro Dios os da en posesión.”  

Así que, Dios le dice a Josué “levántate y pasa”, y después le dice “esfuérzate y sé valiente”.  Cuando Dios termina de tratar con Josué, Josué se levanta y le dice al pueblo: pasen y manden, pasen y den órdenes.  Las órdenes no las da Josué a todo el pueblo; Josué les da las órdenes a los líderes, y entonces los líderes tienen que pasar entre medio de todo el pueblo, tenían que salir y caminar entre la multitud y comenzar a mandar -no a sugerir – “prepárense, porque en tres días entramos”.  Así fue fluyendo la información: Dios dijo que llegó el momento, le habló al líder, le dijo “levántate y pasa”, “esfuérzate y sé valiente”.  Ahora, este líder tiene que ir y transmitir la información a un grupo de líderes que, a su vez, tienen que caminar por el pueblo, dejándoles saber que había llegado el momento del cambio y de la transformación.  

Uno de los problemas que pasa en las iglesias y cualquier institución o corporación, es que lo que se dice desde la cabeza, no siempre es lo que se dice hacia el pueblo; y el problema es que si no estamos en congruencia entre lo que se dice en la montaña, en el tope, el lo alto, con lo que se dice abajo, no importa si Dios lo dice, si lo que están diciendo abajo es contrario a lo que Dios ha dicho.  Preguntarás cómo decimos que no importa lo que Dios dice, pero es que Dios dijo que iban a entrar a la tierra prometida, y terminaron cuarenta años en el desierto ¿por qué?  ¿Porque Dios lo dijo o porque ellos lo dijeron?  Porque ellos lo dijeron, no porque Dios lo dijo.  Y entre ellos, convencieron a dos millones de personas.  Así que, diez tuvieron la capacidad de cambiar la mente de dos millones de personas, y aunque Dios había dicho que era el momento de entrar, por causa de que diez caminando dijeron lo contrario, diez comenzaron a pasar frente al pueblo y a decirles: la tierra es buena, pero ahí hay gigantes.  Y se dañó la cosa.  Lo que dijeron diez, los detuvo cuarenta años en el desierto.  

A lo mejor lo que está deteniendo tu vida es que tú eres parte del grupo equivocado.  Tal vez estás siendo de aquellos que están repartiendo información que no se está repartiendo desde el cielo.  

Dios le dice a Josué “levántate y pasa”, y Josué les tiene que decir a los líderes:  vayan y denles órdenes a todo el mundo de que se preparen.  Y hoy tenemos una orden divina para pedirte que tú seas de los que pase por este pueblo, dando una sola orden; y la orden es: prepárate porque en los próximos meses vamos a poseer lo que Dios nos ha prometido.  La orden es: prepárate porque el hecho de que se acabó el maná lo que tiene que decirle a tu familia es que viene algo más grande para mañana.  

El peligro de un mensaje como este, es que luego venga alguien a darte una profecía de pasillo, de estacionamiento.  Pero si alguien te para y te dice que Dios te dijo algo, tú le dices que ya el pastor te habló por buen rato y que lo que Dios te iba a decir ya te lo dijo desde arriba.  Porque si tú oyes afuera lo contrario a lo que recibes aquí, te puedes convertir en la masa que detenga el mover de Dios.  Tú tienes que ser de aquellos que, cuando salgan allá afuera, lo único que digan es lo que Dios ha dicho que se tiene que decir, y Dios dijo que este año es solo para valientes, para gente que se atreviera conquistar la tierra; y tú tienes que estar en este lugar diciendo: prepárate porque en tres días, algo grande va a pasar; deja de estar haciendo preparativos para el problema, para la dificultad, algo grande Dios tiene para tu vida.  Quizás cuestionen de dónde va a salir el dinero, y tú no sabes, pero el cliente que se perdió, que se vaya porque nunca dependiste de él, sino que tú siempre has dependido de Dios.  

En los momentos más difíciles de nuestra iglesia, Dios siempre ha tenido a alguien, a un grupo de personas, gente en lugares y en posiciones importantes; a veces no son los más conocidos, pero son gente que Dios usa en los momentos cruciales para traer bendición.  Da gracias a Dios porque Él siempre trae un grupo de personas que cree en la visión, que se levantan.  Hay otros que piensan que te morirías sin ellos.  Tú nunca has dependido de nadie más que de Dios.  Nunca se ha tratado de nadie más.  Es Dios quien provee dondequiera que tú vas.  Dios va a traer a quien tenga que traer para que la obra se complete, y la obra se va a completar.  

Muchas veces, tú no sabes cómo va a pasar, pero algo debes hacer: esforzarte y ser valiente.  No salgas corriendo, no salgas huyendo, enfréntate a lo que te tengas que enfrentar, aunque no tengas idea de lo que estás haciendo.  La clave es: esfuérzate y sé valiente, y deja que Dios haga el resto.  De algún lugar va a aparecer aquello que tú necesitas, de algún lugar va a llegar.  Y eso es lo único que tú tienes que decirle a la gente: prepárate porque algo va a pasar mañana, algo va a pasar en tres días.  

Algo va a ocurrir, y tú lo que tienes es que alinearte con lo que Dios está diciendo desde el altar, porque lo que se oiga allá afuera va a depender no solo de este mensaje, sino de que entre medio del pueblo, lo que se oiga sean las mismas palabras.  Atrévete a decirle a tu familia: prepárate porque este año nos vamos a mudar.  No toma gran liderato ni gran fe permanecer en el mismo lugar.  Ha sido de bendición, pero ahora Dios tiene algo más grande para ti.  Si te jubilaste, quiere decir que ahora tienes tiempo para hacer otras cosas porque todavía tu país te necesita.  Un cheque que te llegue a tu casa no es suficiente para lo que Dios quiere hacer contigo, y no puedes ser egoísta para pensar que tú estás bien, mientras los demás no lo están.  Levántate y atrévete a creer.  

Cada cambio que ha llegado a tu vida, lo que te demuestra es que estás más cerca de la tierra prometida.  Cuando el maná se acaba, es porque estás a solo pasos de poseer lo que Dios tiene para ti.  Atrévete.  Cuando se va gente de tu vida, quiere decir que Dios tiene gente nueva para ti.  Te duele por el tiempo que invertiste, pero sécate las lágrimas porque peor es que hubieras seguido invirtiendo todavía más tiempo.  Dale gracias a Dios porque de qué te servía tener a alguien al lado tuyo, meramente respirando, y que no contribuyera nada a tu vida.  ¿De qué sirve esa ilusión?  Muévete hacia el futuro, atrévete a pasar y decirle a todo el que está al lado tuyo: prepárate, en tres días nos vamos.