Cuando Todo Contradice tu Fe 
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Cuando Todo Contradice tu Fe 

Retomando donde nos quedamos en el mensaje anterior, como creyentes, no damos gracias como el resto del mundo; el resto del mundo da gracias después de recibir algo, nosotros damos gracias por adelantado, por la confianza que tenemos en el Padre.  

Hay tres momentos en la Biblia en los que Jesús da gracias de esta manera.  Estos tres, son bien significativos porque Jesús viene preparando a sus discípulos para lo que va a pasar en su vida.  Es a lo que podríamos llamarle agradecimiento profético porque no tan solo las gracias que dio Jesús en un momento en su vida provocaron un milagro, sino que era la enseñanza para sus discípulos que, lamentablemente, no entendieron.  

  1. La multiplicación de los panes y los peces.  Jesús se encuentra en medio de esta multitud, y no había suficiente comida para todos; y les dice a sus discípulos: vamos a darles de comer.  Ellos respondieron: doscientos denarios no bastarían, mándalos para la casa.  Y Jesús los mandó a recostar, y dijo: Padre, dije todo esto para que ellos te conozcan, pero yo sé que tú estás ahí.  Y tomando el pan, lo levantó y dio gracias y lo bendijo.  Y comenzaron a partir el pan, y mientras más lo partían, más se multiplicaba.  La idea no era tan solo suplir la necesidad en ese momento; Jesús les estaba mostrando algo que los discípulos tenían que entender porque era algo que le iba a pasar a él.  Él es el pan de vida que también iba a ser partido un día, que iba a satisfacer la necesidad del mundo entero, que mientras más lo partieran, él iba a satisfacer la necesidad de la gente y, por eso, había que dar gracias de primera intención.  Pero los discípulos no lo comprendieron.  
  2. La resurrección de Lázaro.  Cuando Lázaro está en la tumba, Jesús se para en aquel lugar y da gracias delante de sus discípulos, queriendo provocar que ellos entendieran que, por más muerto que estuviera, Dios iba a hacer algo más grande y que, al final, la gloria se la iba a llevar el Señor.  Una de las cosas que hace el agradecimiento es que te hace creer que lo que estás viviendo no es tu final, sino tan solo el comienzo de algo grande y maravilloso para tu vida y que Dios se va a llevar la gloria después de tu problema.  No importa que tu problema hoy contradiga la oración que tú hiciste hace cuatro días atrás; esto Dios lo va a cambiar y al fin y al cabo Él se llevará toda la gloria en el nombre poderoso de Jesús.  Esa es la certeza y la seguridad que tú tienes cuando das gracias a Dios por adelantado.  En el momento más difícil, tú puedes creer que algo Dios sacará de esto, algo maravilloso Dios hará.  
  3. La última cena.  El Maestro se sienta a la mesa con los discípulos y, cuando parte el pan y toma la copa, dio gracias.  Él lo que quería era que los discípulos tuvieran la misma certeza que él tuvo.  Cuando Cristo muere, él quería que los discípulos tuvieran la misma seguridad que él tuvo cuando Lázaro murió.  Él viene enseñándoles a sus discípulos porque él sabía que él iba a ir a la tumba, que iba a morir, y él quería que los discípulos tuvieran la misma certeza que él tuvo cuando su amigo, Lázaro, había muerto.  Jesús pasó cuatro días tranquilo, en paz, descansando; siguió con su tarea, no salió corriendo para ir a resolverle a Lázaro; él estaba tranquilo porque sabía que Dios le había oído, y él quería que sus discípulos supieran que iban a pasar tres días donde la mente les iba a decir que nada iba a pasar, que nada había ocurrido, que todo el tiempo se había perdido; él quería que ellos supieran que lo único que tenían que hacer en esos tres días era dar gracias a Dios porque Él lo levantaría, porque cumpliría todo lo que había prometido.  Los discípulos no lo comprendieron, y pasaron un tiempo de desesperación, depresión, ansiedad.  

Una de las más grandes certezas que tú debes tener en tu vida es la seguridad en tu corazón de saber que tu Padre celestial oye tus oraciones y, aunque Lázaro muera delante de tus ojos, el final no se queda ahí, sino que será para la gloria del Dios Todopoderoso.  Dios va a sacar gloria de un lugar donde hoy hiede, donde hoy parece que no hay solución.  Por eso, es que tú das gracias y aprendes a darle gracias antes de recibir lo que ya oraste porque tú sabes que, cuando lo oraste, Él te oyó; y aunque, cuando lo oraste, no todo cambió de manera inmediata, tu confianza está en que Él te escucha y que, de esto, Él sacará algo para su gloria.  

Los discípulos no entendieron esto.  

Para que puedas mantenerte en ese grado de firmeza en tu corazón y puedas vivir con esa gratitud continua en tu corazón, tú necesitas conocer cómo trabajar en momentos difíciles donde la vida contradice todo aquello que tú estás creyendo.  

33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,”  Juan 11:33  

Jesús llega y salen las hermanas de Lázaro a su encuentro.  Ellas estaban llorando, al igual que todo el que estaba allí; y se estremeció su espíritu y se conmovió.  Jesús tenía seguridad de que Dios lo había escuchado.  Cuando ve el llanto de todo el mundo allí, algo le llega al corazón y se estremece.  

34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. 35 Jesús lloró. 36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. 37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?”  Juan 11:34-37  

Todos, en algún momento dado, nos encontramos en una situación como esta, donde queremos permanecer en fe, pero lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, conmueve nuestro corazón.  Has querido permanecer en fe, piensas que nada te va a sacar, pero te pasa como a Jesús, que la hermana de Lázaro lo recibe con un: si hubieras estado aquí, Lázaro no hubiera muerto.  Y te conmueves.  Tienes que resolver un problema, y la gente a tu alrededor lo que te dice es: si hubieras hecho tal o cual cosa, esto no estuviera pasando.  Todo el mundo siempre sabe lo que tú deberías hacer.  Te dicen: tú deberías…  Jesús se para frente a la tumba, y ahora ya no eran tan solo Marta y María, sino todo el que estaba alrededor: “mira cómo le amaba”, “si lo hubiera querido, lo hubiera sanado”, “sanó al ciego, y no lo sanó a él”.  Al escuchar eso, el corazón de Jesús se entristeció.  Cuando estás en grandes problemas, muchas veces, no te entristeces por el problema, sino por lo que provoca el problema en los demás, y la presión que te ponen porque ellos no confían en el Dios en el que tú has creído.  

Jesús viene seguro de que el Padre había hecho el milagro, pero ahora, al oír a los familiares y amigos, comienza su corazón a entristecerse.  Pero Jesús no permitió que aquella conmoción lo detuviera.  

38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. 39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”  Juan 11:38-40  

¿Has estado tú alguna vez en una posición donde recibes la furia de alguien cuando tú has sido el último que le molestó?  Marta fue la última que vino a quejarse, y Jesús dijo: ¡ya!, vengo oyendo la queja de aquel, del otro… ¡¿no te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?!  Jesús tuvo que cortar porque, de lo contrario, se le llena la cabeza con los pensamientos de los que estaban allí, de lo que debió pasar y lo que no, de lo que hizo o lo que no hizo, de la culpabilidad que le estaban achacando.  Uno se vuelve loco oyendo las opiniones de todo el mundo; todo el mundo tiene una opinión.  

41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.”  Juan 11:41  

Jesús estaba diciendo: no importa lo que haya pasado, yo sé que tú me escuchaste; cuatro días atrás, tú me escuchaste, oíste mi oración; hace cuatro días, cuando te pedí, tú oíste mi oración.  

El agradecimiento antes de que el milagro se dé, es lo que evita que se apoderen la amargura, la depresión, la tristeza en tu vida, para que no se cancele aquello por lo que tú has creído.  

Cuando las cosas se complican, cuando la gente te critica, dale gracias a Dios porque Él te escucha.  Antes de que se apodere la amargura en tu corazón, antes de que se apodere la tristeza como los demás, antes de que se apodere la conmoción, tú tienes que pararte frente a la tumba y dar gracias, no por la tumba, sino porque tú sabes que hace cuatro días atrás, cuando oraste, Dios te oyó, te escuchó; y aunque no entiendes por qué estás allí, no será el final.  Algo glorioso Dios va a sacar después de todo esto.  Si no sabes qué orar, lo único que debes hacer es dar gracias, aunque nadie lo entienda a tu alrededor.  

Si tú no eres agradecido, la amargura, la tristeza, el dolor, la depresión se van a apoderar de tu corazón, y en los momentos de conmoción en tu vida, lo más poderoso que tú puedes hacer es mirar hacia arriba.  Qué triste un ateo, que sabe para dónde mirar cuando la muerte está delante de él; qué triste que no sepa para dónde mirar, cuando la única solución que tiene es que Dios haga algo.  Tú sabes para dónde mirar, a quién hablarle.  Tú puedes mirar a lo alto y dar gracias a Dios porque sabes que tienes seguridad de que Él escuchó tu oración y, aunque no terminará totalmente como tú pensabas, aunque pasarás por procesos como tú no pensaste que pasarías, al fin y al cabo, Él es quien se va a llevar toda la gloria y toda la honra.  

Cuando Jesús se paró en aquel lugar y detuvo a Marta, tal vez Marta se ofendió con él por hablarle así; pero ella tenía que entender; Jesús no podía permitir que la crítica y la queja se metieran en el corazón de él, así que ahora él da gracias a Dios porque sabe que le escuchó su oración.  Pero ¿de dónde sale esta actitud de Jesús?  

  1. Jesús sabía quién era su Padre.  Jesús sabía a quién servía.  Él nunca oró a Dios.  Él decía: gracias, Padre, porque tú siempre me oyes.  
  2. Jesús conocía quién era la fuente de todas las cosas.  Una persona que da gracias es una persona que sabe de dónde proviene absolutamente todo.  Qué triste para un ateo el no saber dónde tiene que dar gracias porque, si no sabes dónde dar gracias, tampoco sabes dónde buscar la próxima vez que necesites.  Qué maravilloso cuando, en medio de tus problemas, puedes decir: gracias, Señor; gracias porque tú siempre suples mis necesidades.  

¿Cuántos de tus respiros tú has usado para dar gracias al Autor de tu vida?  Los cristianos tenemos buenos modales, pero más que buenos modales, tenemos fe.  Nosotros no damos gracias por buenos modales, sino porque la fe da gracias antes de recibir el milagro que tú estás esperando. 

8 Comments
  • Alicia Farías González
    Posted at 08:30h, 28 April Reply

    Amén, amén ..El ser agradecidos,es no olvidar que todo lo que tenemos,se lo debemos a Dios! Gracias Padre por tu Palabra, gracias Pastor Otoniel por compartirla,sus enseñanzas han sido de gran aprendizaje en nuestras vidas, Bendecido sea grandemente.

  • Jhon Mario Rojas
    Posted at 08:55h, 28 April Reply

    Amén, aleluya

  • PETRONA
    Posted at 13:05h, 28 April Reply

    AMEN AMEN GLORIA A DIOS

  • Nelson García
    Posted at 07:14h, 30 April Reply

    Amén

  • Nereida Martinez
    Posted at 09:41h, 30 April Reply

    Amen. Amen. Ahora estamos pasando los peores tiempos. Es cuando mas tenemos que acercarnos a Jesus con fe y esperar su regreso, que está muy cerca.

  • Yudelci Salazar
    Posted at 00:14h, 01 May Reply

    Gracias a Dios doy infinitamente por su gran amor y misericordia Gracias mi Dios !

  • Yamileth Hernández
    Posted at 13:22h, 04 May Reply

    Amén gloria a Dios!

  • juan carlos ojeda cornejo
    Posted at 12:42h, 06 May Reply

    excelente mensaje ,gracias Pastor Otoniel ,es de mucha bendición para mi vida , Dios lo bendiga en abundancia

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