La Promesa Divina y tus Deseos 
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La Promesa Divina y tus Deseos 

En el corazón de muchos, sus necesidades son más fuertes que sus deseos.  Sus pensamientos están guiados, dirigidos por lo que necesitan, en vez de las cosas que deberían desear y aspirar.  Y lamentablemente, esto crea un déficit de fe que no les permite avanzar dentro del reino de Dios.  Hay un momento en cada uno de nosotros donde debes realizar que esos deseos divinos, los que Dios ha puesto en tu corazón, deben ser la fuerza, el motor para impulsarte a seguir adelante.  Hoy creemos contigo que Dios puede suplir tus necesidades conforme a sus riquezas en gloria, y que hoy se levanta y se despierta en ti una nueva pasión para avanzar, para creer, y comienzas a desear todas las cosas lindas y buenas que Dios tiene para ti.  

Abraham tuvo que creer en esperanza contra esperanza y tuvo que escoger alimentar su mente, su sueño, su visión, con la promesa de Dios.  Y esa es una decisión muy personal que tú también tienes que tomar.  

Uno de los problemas que a veces no permite que desconectes tus circunstancias de tus sueños y comiences a depender cada vez más de las promesas de Dios es que, lamentablemente, tus necesidades controlan tu vida y tus emociones.  Tus circunstancias crean unas necesidades, que son las que muchas veces alimentan tus pensamientos.  El problema es que la necesidad, aunque es una fuerza fuerte, no es la fuerza sobre la cual tú deberías cimentar tu vida.  

Las promesas de Dios deben provocar deseos, y esos deseos deben alimentar tus pensamientos.  

El problema es que muchas veces las necesidades son mayores que los deseos.  En otras palabras, somos movidos más por necesidades que por deseos.  Pero los deseos no son los que deben alimentar la promesa.  Tú no debes tomar tus deseos carnales y naturales y buscar una promesa de Dios o algo que parezca una promesa de Dios y alimentar tus deseos con las promesas.  La fórmula no es así.  Tú buscas la promesa divina, y la promesa provoca deseos.  Y ahora, esos deseos son diferentes a tus deseos carnales, porque son producto de lo que Dios te ha prometido.  

Dios le prometió a Abraham que sería padre de mucha gente.  ¿Cuál fue el deseo de Abraham entonces?  Un hijo.  Abraham deseó un hijo porque Dios le prometió una gran familia.  Y es normal que, si Dios te promete una gran familia, tú desees un hijo.  La diferencia es que, cuando no le sirves a Dios, tú carne está viciada con deseos, con ideas, y mucha gente se convierte y comienzan a buscar versos bíblicos para justificar esos deseos, y no funciona así.  Estas ideas deben ir en el orden y el balance correctos.  

Debe haber un momento dado en tu vida donde el deseo producto de la promesa de Dios, sea más grande que la necesidad.  

25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”  Mateo 6:25-34  

En estos versos, todavía sigue existiendo la necesidad.  La necesidad está desde el principio.  La gente está preocupada porque tienen necesidad de vestir, de alimentarse; y la necesidad todavía está presente en la última parte de esta escritura.  La diferencia es un cambio de prioridades.  Cuando la necesidad es lo primero en tu vida, te conviertes en un gentil, en alguien que está fuera de la promesa de Dios.  Esto lo que provoca es que llegue ansiedad a tu vida.  Ansiedad no es otra cosa que exceso de futuro.  No sabes qué vas a comer, qué vas a vestir, y comienzas a cuestionar cómo será todo eso.  ¿Qué dice el Señor?  Ponme a mí primero.  Dios primero.  La necesidad sigue, lo que ha cambiado es el orden.  Y ahora, cuando tú pones a Dios primero, Él va a suplir la necesidad, y si suple la necesidad, todo lo demás desaparece.  Tú no operas igual que el mundo opera.  Dios va a suplir tu necesidad.  Por lo tanto, ahora, tu deseo de buscar a Dios es lo que suple tu necesidad.  Tu necesidad no controla tus deseos.  Y eso es bien importante.  

Una de las cosas importantes respecto al deseo es que son cosas que demostramos que las deseamos porque estamos dispuestos a perseguirlas.  Mateo 6 lo que  habla es de buscar, de perseguir; pero si tú lo que buscas es la necesidad, si eso es lo que persigues, si es eso en lo que te enfocas, cometerás grandes errores en tu vida, tomarás malas decisiones.  Pero si aprendes a buscar primeramente a Dios y su justicia, entonces, estás comprometido con la búsqueda de Dios, quien te lleva a desear más allá de tu necesidad.  Porque ahí es que está lo grande… si tu necesidad está suplida, ¿qué es lo que queda?  Deseos divinos, deseo de más, deseos de avanzar, de crecer, de querer, de lograr, que serán producto de perseguir a Dios, de buscarle a Él primero en tu vida, de servirle a Él.  

Hoy, tienes que poner todo esto en orden.  ¿Cómo sabes qué es número uno en tu vida?  Por lo que tú estás persiguiendo.  No trabajamos por necesidad, sino porque es lo que todos hacemos o debemos hacer, porque Dios nos ha dado la capacidad de trabajar, porque sentimos orgullo en nuestro trabajo, porque es nuestra contribución en nuestra sociedad y en el mundo entero, porque es parte de lo que hacemos como gente responsable; y a través de nuestro trabajo, Dios nos prospera.  No trabajamos por necesidad, de lo contrario, vivirías afanado.  Tienes que alimentarte de las promesas de Dios, para que sean las promesas de Dios las que te hagan desear las cosas grandes.  

4 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.”  Salmos 37:4  

Si tú te encomiendas a Dios, si lo pones a Él primero, Él será el productor de tus deseos, y esos deseos que son producto de tu búsqueda de Dios, se van a cumplir, se van a completar, Dios va a cuidar de ti.  Pero si tu necesidad es la que produce los deseos, entonces, vas a vivir ansioso, desesperado, angustiado.  

En una ocasión, Jesús fue donde el paralítico de Betesda y lo primero que le preguntó fue: ¿quieres ser sano?  Jesús no le preguntó: ¿necesitas ser sano?  Jesús le preguntó: ¿deseas ser sano?  Hay una gran diferencia.  

A ti no te debe mover la necesidad.  A ti te deben mover los deseos, y deseos producto de la promesa de Dios.  

Cuando tus deseos son producto de las promesas de Dios, y no de las necesidades ni físicas ni emocionales en tu vida, tendrás satisfacción, libertad, paz, gozo y todo lo que Dios te ha prometido.  

Entonces, la pregunta es ¿cómo alimentas correctamente tus deseos?  Ya sabes que tienes que buscar a Dios, ponerlo a Él primero, su palabra primero; ahora la pregunta es ¿cómo alimentas esos deseos?  Dios te da nuevos deseos, ¿cómo los alimentas?  Tienes que entender lo siguiente:

  1. Medita.  
  2. Ten las asociaciones o amistades correctas.  
  3. Ten las prioridades correctas.  

En la medida en que aprendas a meditar, a visualizar lo que Dios quiere para ti y te concentres en eso, lo vas a perseguir, lo vas a buscar.  Tienes que alimentar tus sueños y tus deseos con las asociaciones correctas; tienes que buscar gente que te ayude a alimentar eso, que te motiven hacia eso.  Y tienes que organizar tus prioridades, tienes que poner las cosas en orden.  

Que nunca más las necesidades sean el motor de tu vida, que nunca más las necesidades sean lo que te impulse, sino que sean las promesas de Dios, el poder de Dios sobre ti, sus promesas sobre tu vida, para que puedas ver la mano poderosa de Dios obrar a tu favor.  

Oro para que tus necesidades sean suplidas, pero oro para que el deseo sea más poderoso que esa necesidad que te ha estado moviendo por tanto tiempo.

8 Comments
  • Scheffler leticia
    Posted at 11:51h, 10 March Reply

    Bendiciones!! Eh escuchado muy atenta la predica y la verdad agradezco a mi padre celestial poder participar de cada predica virtual. Hoy me han quedado muchas cosas en claro que no entendía. Dios bendiga sus vidas y multiplique al ciento x uno lo que hacen para su pueblo.

  • Maryori
    Posted at 14:34h, 10 March Reply

    Amén

  • Jhon
    Posted at 14:34h, 10 March Reply

    Aleluya, Gloria a Dios

  • Nelson García
    Posted at 20:41h, 10 March Reply

    Amén gracias padre Celestial por tu amor hacia mi y toda mi familia

  • Elkin Rondón.
    Posted at 15:48h, 14 March Reply

    Gracias.pastor. pido oración por la salud de mi esposa Maritza, en nombre de Jesús.

    • Posted at 03:43h, 16 March Reply

      Saludos Elkin, cuente con mis oraciones hacia su esposa. Oro por salud divina para su esposa. Muchas bendiciones.

  • MARTHA LUCIA HERNANDEZ
    Posted at 14:37h, 11 May Reply

    Amen Gracias por este mensaje toda la gloria sea para Dios ,
    Bendiciones AMEN AMEN

  • MARTHA LUCIA HERNANDEZ
    Posted at 14:38h, 11 May Reply

    AMEN

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