22 Oct Primero Tú

“24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. 25 Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.”  Lucas 4:24-27  

Palabras interesantes de nuestro Señor Jesucristo, donde demuestra que Dios puede y quiere hacer un milagro en particular y muy peculiar con algunas personas, con aquellos que reciben la palabra de Dios.  Claramente, Jesús dice que había muchas viudas; los tres años y medio de sequía afectaron a todos, pero una recibió el milagro.  A veces, estamos esperando que cambie la economía completa para entonces poder ver y creerle a Dios por un milagro personal de provisión, por ejemplo.  Lo mismo con el leproso, Naamán, Jesús dice claramente que en aquel tiempo había mucha gente leprosa; tomó tiempo encontrar remedio para la lepra, pero uno recibió la sanidad en aquel tiempo.  

Hemos estado creyéndole a Dios que en medio de toda circunstancia, aquellos que creamos esta palabra, recibiremos un avivamiento personal.  Dios no tiene que quitar la sequía para que tú recibas provisión.  Se puede encender la llama de Dios en tu vida para que tú recibas tu milagro hoy.  Regístrate en otonielfont.com/enciende.  

En muchas ocasiones, creemos que los cambios vendrán de los grandes movimientos, de las masas, y olvidamos la importancia de que cada uno de nosotros tenga esta fe de lo que Dios va a hacer con nosotros.  Todo el equipo de trabajo aquí en la iglesia hemos estado sintiendo una misma dirección de parte del Señor.  Luego del evento de la pandemia donde estamos todos en el mismo sentir pasando por la misma situación, de repente pensamos que la solución va a estar cuando haya una cura para el COVID, cuando todo el mundo esté vacunado, cuando en nuestro país haya un gobierno totalmente cristiano, que le sirva al Señor; sin embargo, podemos ver una y otra vez cómo Dios trató en algunos momentos con las masas, pero la mayoría del trato que el Señor realizó fue con individuos, un trato uno a uno.  

Juan 4 nos habla acerca de la experiencia de la mujer samaritana.  

“Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan 2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), 3 salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. 4 Y le era necesario pasar por Samaria. 5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. 9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.”  Juan 4:1-10  

Hubo una conversación entre Jesús y esta mujer.  Jesús le dijo: ve, busca a tu marido.  Y ella le dijo: marido no tengo; cinco he tenido, hoy estoy con alguien que no es mi marido.  Y sabemos cómo el Señor, a través de la palabra, impactó la vida de esta mujer a través del momento uno a uno que tuvo con ella.  

Esta historia es muy particular porque Jesús siempre andaba acompañado de sus discípulos.  Son muy pocas las veces que lo vemos completamente solo.  Lo vemos solo en el monte, no tan solo en el Getsemaní porque había varios discípulos que lo acompañaban, pero vemos en esta escritura totalmente solo.  A veces lo vemos hasta huyendo de la gente, tratando de esconderse, haciendo un milagro y diciendo: no le digas a nadie para que no me venga a buscar una multitud de gente.  Y en este momento estaba solo, cansado, sentado al lado de un pozo al que llegó esta mujer que sabemos que él, hablando de que tenía sed, la verdadera necesidad estaba en la vida de ella.  

“27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?”  Juan 4:27-29  

Luego de esto, esta mujer se ganó completa la ciudad de Samaria para el Señor.  

Esta historia es muy apropiada para enfatizar lo que el Señor ha estado trayendo a nuestro corazón con esta campaña de Enciende.  Muchas veces, queremos que se haga una gran obra.  El Señor pudo haber ido a Samaria y predicar allí.  Seguro que habría milagros, que la gente se iba a mover, a convertir, sus vidas iban a cambiar; sin embargo, el método que Dios utilizó para tocar a Samaria fue tocar a una sola persona, en este caso, una sola mujer; una mujer de reputación dudosa, una que tenía muchos problemas, que había pasado por situaciones y había tomado decisiones equivocadas, había tenido cinco maridos, había pasado por situaciones difíciles, había tenido que trabajar con sus emociones, con su testimonio.  En el momento en que se desarrollaba esta historia, ella incluso estaba escondiéndose de la gente; no era tradicional buscar agua a la hora más caliente del día; ella lo hacía probablemente porque no quería que la ciudad la viera, probablemente vivía una vida enajenada, a oscuras, pero el Señor es tan bueno que fue y la buscó a ella solita para ministrar a su vida y transformar su vida.  

Te invitamos a unirte en esta campaña Enciende, donde estamos separando tiempo devocional diario, creyéndole a Dios por ese avivamiento individual.  Estamos orando, intercediendo por este tiempo, creyendo que el Señor se sale de su camino para ir donde ti y tocar tu vida.  

Qué bonito que Jesús pudiera salirse del camino e ir donde esa mujer que estaba necesitada, que estaba en este tiempo sufriendo por sus malas decisiones o por las circunstancias de la vida, y que la vida de ella, luego de que cambiara, cambiara toda la ciudad.  Hay quienes pensarían que la fórmula debe ser otra.  Pensarían que debieron haber hecho una campaña evangelística en Samaria, para ver si llegaban a la samaritana, para tocar la vida de aquella mujer.  Y no hay nada malo con hacer una campaña masiva, pero a veces queremos orar por el avivamiento en Samaria, sin darnos cuenta que, si se inicia en una persona, el resto cambia.  Y eso es lo que creemos que está ocurriendo con todo el que se conecta a esta campaña.  Quizás este mensaje está llegando a toda tu ciudad, a toda tu nación, y gloria a Dios por eso, pero lo que Dios está haciendo ahora, en este momento, es precisamente lo que sucedió entre esa mujer y Jesús en aquel encuentro al lado de aquel pozo, bajo aquel sol caliente; un encuentro personal, un trabajo uno a uno.  

Durante estos 60 días que vamos a tener estos programas especiales, este contenido especial, es sumamente importante que tú te conectes.  Ve a otonielfont.com/enciende y recibe cada una de estas palabras.  Lo que Dios ha hecho es que, en medio de tu caminar, se ha encontrado contigo para tener un trato uno a uno, para  hablar a tu vida, para que puedas encontrar sanidad para tus emociones, para que tu situación financiera cambie de una vez y por todas, para poder transformar tus pensamientos porque, en la medida que haya el cambio en tu vida, entonces, vamos a ver el cambio en todos los demás.  La situación familiar de esta mujer era muy particular.  No conocemos muchos detalles, excepto que había tenido cinco maridos y que en ese momento estaba con uno que ni siquiera era su marido.  Así que, sabemos que conflictos familiares tenía que tener en algún lugar.  Por la situación de aquel momento, sabemos que las sequías y situaciones económicas no son problemas únicos de este siglo, sino que sucedían desde los tiempos de la Biblia.  En Samaria también tenía que haber conflictos políticos, agendas de izquierda y todas las cosas con las que trabajamos hoy; y el Señor muy bien pudo haber ido a Samaria a transformar a toda la ciudad para ver si tocaba a la mujer, pero la dinámica fue al revés: tocó a la mujer para tocar a la ciudad.  

Hoy Dios te va a tocar a ti para bendecir tu vida, pero también a través de ti bendecir a tu familia, a tu comunidad, a tu iglesia y a tu nación.  

Ve a otonielfont.com/enciende y conéctate a todo lo que está ocurriendo con esta campaña especial.  Hoy tú puedes ser como esa mujer samaritana.  Queremos ayudarte para que experimentes ese avivamiento personal.  Regístrate.  

Declaramos transformación, que tu vida -que ha estado apagada – se enciende.  Creemos contigo por un encuentro personal que transforme tu vida, tu familia, tu iglesia y tu nación.