25 Dec Un Nacimiento para Celebrar

¿Cómo reaccionas tú al nacimiento de Jesús?  El nacimiento de todo bebé es un regalo y una bendición.  Así debería ser en todos los casos.  Es un símbolo de esperanza, de nuevos comienzos, de futuro.  El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo provocó todo tipo de reacción.  Gran alegría de los pastores que salieron y anunciaron que había nacido.  José y María deben haberse emocionado.  Cuando, a los pocos días, llegan al templo a presentarlo, una mujer lo toma en sus brazos y dice: He visto al Mesías.  Allí, el sumo sacerdote habla palabras de elogio.  Años después, vemos la reacción de los reyes que llegan con riquezas y adorando.  Todo parece celebración, pero el rey Herodes, por causa de ese nacimiento, decide mandar a matar a todos los niños menores de dos años.  Vemos diferentes reacciones ante el nacimiento de Jesús, y la pregunta es: ¿Cuál sería la reacción de la gente hoy?  

¿Cuál es la reacción de la gente hoy cuando se le habla de Jesús?  ¿Qué tan similar es a lo que pasó en aquel tiempo?  Ya sea que conozcas del Señor porque tu familia es creyente o porque hayas tenido un encuentro con él, siempre vas a tener una reacción al conocerle.  Y es muy triste porque hay quienes no reconocen ese regalo tan maravilloso que nuestro Señor nos entregó.  Medita hoy cuál ha sido tu reacción ante el conocimiento de quién es Jesús.  

Que tus palabras hoy sean como las de esos pastores, como las de los reyes que llevaron finanzas para adorar al pequeño Jesús; que tus palabras sean como aquella mujer que iba de noche y de día al templo y cuando vio al Mesías envuelto en pañales, en algo tan sencillo, tan simple, pudo ver la grandeza de Dios.  Que hoy tú celebres la llegada de nuestro Señor Jesucristo al mundo y a tu corazón.  

La llegada de un bebé debe ser siempre motivo de alegría.  En los tiempos que estamos viviendo, el tema del aborto es noticia diaria.  Hay intentos en todas las esferas sociales para promover este tipo de cosas.  La llegada de un bebé debe traer reacciones maravillosas.  En la vida de Jesús hubo reacciones felices de ciertas personas, pero también hubo otros que detestaban la promesa, el aspecto de que Dios se había hecho carne y cumplido su promesa.  

Pregúntate si tú hoy entiendes el privilegio que tienes de recibir al Señor en tu corazón, en tu vida.  ¿Reaccionas tú correctamente, con agradecimiento?  ¿Lo celebras y reconoces que Dios ha cumplido su promesa?  

Hay personas que rechazan el Evangelio, la predicación.  No reconocen a Jesucristo como el Mesías, no lo confiesan con su Salvador, pero tú tienes que reconocer lo que significa para ti y, aunque haya quienes lo rechacen, tú tienes que continuar predicándolo.  Recíbelo, vive para Él, y a través de tu vida, celebra este gran milagro.