11 Aug La Carrera de Trascendecia

Una de las cosas que tú tienes que hacer para perseverar, es rodearte de la gente correcta.  

“12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio,”  Hebreos 3:12-14  

Cuando se va a romper un récord, se ponen corredores en ciertos puntos para que corran al paso que necesita llevar aquel que está corriendo para romper el récord.  Esos corredores no corren toda la carrera, sino tan solo unos tramos, pero como ellos están frescos, pueden llevar el paso que él mira para imitar.  Cuando quieres romper un récord mundial, se pone un grupo de corredores a tu lado para marcarte el paso.  No corren contigo toda la carrera, sino tan solo una porción, pero al paso que tú necesitas para llegar a tu meta.  Y cuando te acercas a ella, ellos reducen el paso para que tú pases y te lleves la gloria de romper el récord.  El problema es que, muchas veces, tú no te rodeas de los corredores correctos.  

No perseveras porque no hay gente que te impulse, que te marque el paso correcto.  Te rodeas de gente demasiado débil, gente que renuncia demasiado rápido, gente que se quita ante los problemas, que abandonan, se rinden.  Es mejor tener a alguien que te lleve ajorado, pero tienes que rodearte de gente que te marque el paso.  De igual manera, tú puedes marcar el paso para otros.  

“15 Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. 16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”  2 Corintios 4:15-18  

Para perseverar, tú tienes que entender que la tribulación es temporera, la recompensa es eterna.  El problema siempre tiene una fecha de expiración.  A veces, parece extenderse más de lo que uno quisiera, pero todo problema tiene una fecha de expiración.  

Perseverar crea en ti un peso de gloria, te hace trascender.  Cuando tú persistes en el dolor, creas un nivel de resiliencia, te da un peso, una autoridad tan grande que te hace trascender.  

La carrera más larga del mundo es 3,100 millas.  Se completa en 52 días, corriendo de 6 de la mañana a 12 de la media noche, por 52 días, y tienen que completar 60 millas por día.  Se corre desde el 1997 en Nueva York, dando vueltas alrededor de una escuela.  El premio es una camisa que dice que lo completaste.  La carrera se llama: “Self Transcendence 3,100 Mile Trail”.  La carrera de trascendencia.  

Hay un documental de una persona que lo hizo, quien explica que no pueden entender qué es lo que pasa pero hay un punto cuando tú estás corriendo que algo en ti cambia.  Ya no eres la misma persona.  Sigues dando vueltas en el mismo sitio para completar la carrera, la carrera de trascendencia.  Te hace trascender en un nivel de vida, el completar esa carrera o al menos intentarlo, pasar varios días allí corriendo.  Crea en ti algo diferente, el haber estado dispuesto a pasar ese momento de dolor.  

Cuando tú permites que el dolor, el sufrimiento, te derrote, nunca trasciendes.  Pero cuando tú eres capaz de perseverar y seguir a pesar del dolor, del sufrimiento, hay un día que algo pasa, algo cambia, y ya tú no eres la misma persona.  

Sabes que el ánimo te venció cuando tu ánimo ha decaído, cuando tu actitud es errónea.  ¿Cómo sabes que lo venciste?  Cuando tu ánimo permanece, tu alegría permanece, y cuando miras el dolor, lo miras hasta con agradecimiento, diciendo: No quería pasar por eso, pero hoy agradezco lo que pasé; después de vivir todo eso, soy una persona diferente.  

Si tú perseveras, vas a trascender.  No permitas que el dolor te derrote, que el sufrimiento te detenga.  Trasciende, sigue corriendo aunque parezca que estás dando vueltas en el mismo lugar porque de repente algo va a cambiar dentro de ti.  Tu ánimo va a permanecer, tu actitud va a ser diferente, no le vas a tener miedo al futuro ni al pasado, y cuando te mires al espejo ni tú mismo te vas a reconocer.  Vas a decir: A la verdad que he sido transformado por el poder de Dios.  Permanece hasta el final, en el nombre de Jesús.