10 Jan A pesar de tu Nombre

Todos nacemos bajo diferentes circunstancias que marcan nuestras vidas.  No podemos negar que la gestación tiene una gran influencia.  Está comprobado que aun en ese momento, lo que escucha la madre, sus emociones, también se transfieren al corazón, a la mente de un niño.  La parte divina es en el momento en que esas dos pequeñas células se conectan y se forma la vida; en ese momento, esos padres, quisás sin entender a cabalidad, están afectando lo que nosotros pensamos, cosas que sentimos, cómo vemos la vida, cómo reaccionamos.  Una criatura sabe si es querida o no lo es, si es cuidada o no; no tiene que esperar a ser grande, a tener conocimiento para poderlo entender; aun desde ese momento, esa criatura comienza a conocer y comienza a crearse su historia. 

Niños que nacen de madres adictas a drogras, nacen adictos a drogas.  Son cosas que automáticamente se transfieren.  Todos tenemos que luchar con ese tipo de circunstancias, no tan solo las de nuestro desarrollo en el vientre de nuestra madre, sino en donde nacemos, con qué nacemos, con quién nacemos.  El nombre que nos dan es bien importante; la reacción a ese nombre de la gente a nuestro alrededor. 

Todos tenemos una historia que ha marcado nuestra vida desde nuestro nacimiento.  El momento en que nacemos, la etapa en la que nos criamos y crecimos, ha creado nuestra perspectiva de vida, para bien o para mal.  En la Biblia, vemos dos hombres que tuvieron una experiencia muy poderosa.  Hubo un hombre que se llamó Benoni; se encuentra en Génesis 35.  Este niño es el último hijo que le nace a Jacob de Raquel, la mujer que él amaba.  Ellos no habían podido tener hijos.  Ella era la segunda esposa de Jacob.  La primera, Lea, le dio diez hijos; así mismo, a veces las cosas más feas de la vida producen más.  Raquel llamó a su primer hijo José; al segundo, Benoni.  Iban de camino, y a mitad de camino da a luz, y fue tanto el dolor que le llamó Benoni, hijo de mi dolor, de mi amargura.  Pero Jacob dice: Tú no te vas a llamar Benoni, sino Benjamín, hijo de mi mano derecha.  Es curioso porque los benjamitas eran todos surdos, de la mano izquierda; pero es que si caminaba a la mano derecha de Jacob, era entonces la mano izquierda la que usaba para tomar la mano de Jacob; por eso eran diestros con la mano izquierda. 

La narrativa de tu vida, muchas veces, es formada en esos momentos cruciales.  Gloria a Dios por aquellos que nacemos en contextos difíciles, pero que hay un Jacob en nuestras vidas que nos dice: Tú no vas a vivir el resto de tu vida de esa manera.  Gloria a Dios que hay momentos en tu vida en que llega gente como Jacob, y aunque tú naciste siendo un Benoni, hijo de amargura, hay alguien que se detiene y dice: Te dieron a luz y a mitad del camino te llamaron hijo de amargura, pero desde hoy te digo que el final de tu camino será diferente, te llamo Benjamín.  Dale gracias a Dios que alguien en tu vida se encontró contigo, y quisás no cambió tu nombre, pero sí tu historia, asegurándote que el final de tu historia sea diferente de lo que ha pasado a mitad de camino.  Gloria a Dios por aquellos Jacob que no permiten que el nombre que otro te ha puesto marque tu vida para siempre, sino que dan una nueva palabra que te da un nuevo final. 

A este niño le cambiaron el nombre, por lo tanto, a él tenían que contarle la historia de lo que había pasado; si hubieran guardado silencio, nunca se hubiera enterado que se llamaba Benoni, por lo tanto, nunca le hubiera afectado.  Pero hay otra historia en la Biblia, que vemos en 1 Crónicas 4.  Ya este no es un niñito, sino un hombre ya hecho y derecho. 

“⁹ Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor.”  1 Crónicas 4:9 

Aquí vemos a un hombre adulto, mayor, que no le cambiaron el nombre; nadie tuvo la desencia de cambiarle el nombre a mitad de camino; lo llamaron así, y así se quedó por el resto de sus días.  A Benoni le cambiaron el nombre a Benjamín, y su final fue diferente; a Jabes nadie le cambió el nombre, nadie intervino, nadie le dijo que tenía que llamarse de esa manera; pero a pesar del mal nombre que tenía, llegó a ser más ilustre que sus hermanos. 

“¹⁰ E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.”  1 Crónicas 4:10 

Gracias a Dios por aquellos que han cambiado nuestro nombre, por aquellos que nos han bendecido, que nos han ayudado y que, si no hubieran llegado a nuestra vida, nuestro final hubiera sido uno de derrota; pero si tú no has tenido nadie en tu vida que haya hecho eso por ti, todavía tú tienes posibilidad hoy, porque tú puedes ir por encima del lugar, del tiempo, de la gente en la que tú naciste.  Uno de estos hombres podía estar agradecido de que alguien le detuvo y le cambió el nombre, pero hay otros que no nos cambian el nombre y podemos superar y ser más ilustres que los demás, a pesar de todas las complicaciones. 

Tú tienes que aprender a vivir con los nombres que el mundo te ha puesto.  Te llamen como te llamen, por más que tú expliques, te van a llamar igual; pero el hecho de que no te cambien tu nombre, no va a limitar lo que Dios puede hacer contigo. 

No importa las circunstancias en que hayas nacido, gloria a Dios que en tu vida has tenido Jacobs, gente que te ha cambiado tu camino, pero cuando nadie lo ha hecho, tú eres como Jabes, comoquiera puedes alcanzar lo que él alcanzó: Puedes ser más ilustre que los demás.  Por más que te critiquen y te señalen, tienen que saber el Dios en que túnhas creído porque todo lo que tú le has pedido a Él, Él te lo ha entregado.