27 Mar Ponte en Medio

La intercesión puede ser parte de tu oración como también puede ser una oración en sí misma.  Por lo general, cuando se habla de intercesores, se piensa en gente gritando, gente que está haciendo guerra, que está peleando en lo espiritual, gente que pasa su vida de rodillas; Y, aunque sí hay momentos de intercesión intensos y hay unos principios espirituales en esa dirección, hoy queremos ver una parte más práctica de lo que es la intercesión.  Este concepto, de forma precisa o explícita, lo vemos por primera vez en Isaías 52:12.  En esta escritura vemos la primera manera en que se expresa que Dios intercede: 

“¹² Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel.”  Isaías 52:12 

Se introduce el concepto de intercesión, cuando dice: Dios va a ir delante de vosotros.  Eso es interceder.  No vas a salir corriendo, Dios va a ir delante.  Antes de Isaías, podemos sí ver el principio de la intercesión, lo que vemos aquí por primera vez es el concepto como tal.  En el Antiguo Testamento observamos a Abraham y a Moisés intercediendo por el pueblo, parándose en la brecha por el pueblo de Israel. 

En el original, la palabra intercesión viene de la palabra paga, que tiene dos contextos muy importantes: Golpear o chocar con algo, y ponerse en el medio, entre dos personas.  Interceder no es otra cosa que ponerte en medio, entre Dios y alguien.  Cuando te pongas en el medio, vas a chocar con alguien o con algo.  Cuando tú te interpones para defender a alguien, defiendes al que está a tus espaldas, pero si alguien viene a golpearte, vas a chocar con el que viene a golpear.  Te pones en medio, dispuesto a recibir el golpe, interviniendo, poniéndote en medio a favor de alguien. 

“³⁰ Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.”  Ezequiel 22:30  

Dios mismo busca alguien que interceda.  ¿Por qué si Dios quiere salvar la tierra tiene que busca a alguien que interceda?  En Génesis 1, 2 y 3, vemos que Dios creó al hombre, y le dio autoridad sobre la tierra; Así que, Dios le delega la autoridad al hombre; El hombre lamentablemente la pierde, y Cristo la recupera, pero la recupera siendo hombre.  Así que, la autoridad en la tierra la tenemos los hombres.  Nada pasa en esta tierra si no es a través de un hombre.  Para operar en esta tierra, hace falta la parte humana.  Y Dios buscó, en varias ocasiones, personas que intercedieran, y no las encontró.  Así que vemos a Dios aquí promoviendo el principio de la intercesión. 

Un intercesor es alguien que se reúne con Dios a favor de alguien, y está dispuesto a enfrentar espiritual y emocionalmente hablando, el enemigo y las dificultades que esa persona está viviendo.  Interceder es tú ir a la presencia de Dios, encontrarte con Él, reunirte con Él a favor de alguien, pararte en la brecha y enfrentar lo que viene en contra de esa persona, recibirlo en tu interior, llevar la carga por esa persona, presentarte ante Dios y presentar el caso de esa persona delante del Señor. 

El primer momento donde vemos el principio de la intercesión, está en Génesis 18, donde se nos narra el momento en que serían destruidas Sodoma y Gomorra, momento crucial en la vida de Abraham y su familia.  En Génesis 14 y 15, vemos a Abraham libertar a Lot de cinco reyes, uno de ellos, el de Sodoma; Abraham se va al valle, cerca de Sodoma, llegan cinco reyes a conquistar esa área; Y Abraham va con un grupo de gente adiestrada por él, y lo libertan; Pero, con todo y eso, eventualmente, Lot vuelve a Sodoma; Y ahora Dios dice: Se acabó; Vamos a destruir a Sodoma.  Y la Biblia nos dice que Dios habla con Abraham, esperando que Abraham interceda.  No era el deseo de Dios destruir a Sodoma; Por eso va y habla con Abraham; Porque dice: Yo no le puedo ocultar nada a este hombre porque es mi amigo.  Abraham comienza entonces a negociar con Dios: Si hubieran cincuenta, ¿la destruirías?  A lo que Dios responde que no.  Y así sucesivamente, hasta llegar a diez.  Pero Abraham no siguió bajando.  Dios no necesitaba un justo en Sodoma para no destruirla; Abraham no entendió que con él solo era suficiente.  Si Abraham le pedía que no la destruyera, Dios no lo hubiera hecho; Porque, cuando tú intercedes, tú te pones en el medio por otro.  No se trata de que el otro esté bien o mal, sino de que Dios te está pidiendo que tú te pares en la brecha y detengas la ira, la furia.  Abraham se queda en diez porque él conocía el poder de consagración del diez; El diezmo es cuando tú consagras el diez, haciendo del todo, algo santo completo.  En la mente, Abraham decía: Si hay diez, todo es santo.  Pero, si él hubiera llegado a uno, Dios no hubiera destruido; Y, si no hubiera habido uno, Abraham podía pedirlo por sí mismo, y Dios no lo hubiera hecho.  ¿Cómo podemos estar seguros?  Porque, más adelante, Dios habla de acabar con el pueblo de Israel completo, y Moisés le pide por sí mismo que no lo haga, y Dios no lo hizo.  Porque, cuando tú intercedes, no se trata de la justicia de la otra persona.  Por eso es que, cuando tú vas ante el Padre, no se trata de si tú pecaste o no.  Tú  te puedes acercar confiadamente a Dios porque, cuando Él te mira a ti, Él lo que ve es a Cristo en ti, Él ve al que intercede por ti, y nunca se ha tratado de ti, sino de él.  Si Abraham hubiera dicho: Por mí, no lo hagas, Dios no lo hubiera hecho por Abraham.  Lo que pasa es que Abraham lo dejó hasta diez.  Y conocemos la historia: Se liberan las consecuencias negativas sobre aquella ciudad, Lot tiene que huir, y su mujer mira hacia atrás y se convierte en estatua de sal.  Lo interesante es que comoquiera Dios le manda aviso a la familia de Abraham, porque Dios prometió siempre cuidar a la familia de Abraham.  Así que, Dios, antes de hacer cualquier cosa, les manda aviso para que salgan de allí; Lamentablemente, no siguieron las instrucciones. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio Miércoles, 27 de Marzo 2019

Código del Programa: OE-07A

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