06 Mar La Oración, tu Estilo de Vida

El quinto tipo de oración es la intersección, que no es otra cosa que interponerte tú por otra persona; Es orar por otros, batallar espiritualmente por otra persona.  Es cuando Dios te despierta en la noche y pone un nombre en tu cabeza y comienzas a orar por esa persona; No sabes lo que esa persona está pasando, lo que está viviendo, pero te paras en la brecha y sientes lo que está sintiendo, experimentas lo que está viviendo, e intercedes.  A lo mejor, esa persona ni sabe que estás intercediendo por ella, pero te interpones en lo que está pasando y comienzas a declarar el caso de esa persona delante de Dios.  Esto es otro nivel de oración; Es cuando Dios te puede usar como intercesor. 

Lamentablemente, estos términos los minimizamos en la iglesia; Se repiten tanto que se les pierde el sentido.  No todo el mundo puede interceder por alguien; No es que tú dices palabras de intersección, no es una fórmula; Porque oración es mucho más que palabras.  La única persona que puede interceder por otro es el que está en posición de hacerlo.  Jesús es nuestro máximo intercesor; Él se puede parar e interceder por ti delante del Padre, porque pagó el precio.  En Génesis, uno de los ejemplos más grandes de intersección lo vemos con Abraham.  Dios dice: ¿Ocultaré algo yo de mi amigo?  Y Abraham, tiene que interceder para que Dios no pase juicio sobre Sodoma y Gomorra.  Pero Dios no le pide permiso a Abraham; Dios comparte con Abraham lo que va a pasar.  Dios no necesita permiso tuyo; Lo que pasa es que en esta tierra, Dios sí requiere que haya alguien que tome autoridad, porque el poder de Dios en esta tierra se manifiesta a través de nosotros.  Por eso es que Él se tiene que hacer hombre para morir por nosotros en la cruz del Calvario.  Así que, cuando tú intercedes, no es porque Dios necesita permiso o tú le prohíbas a Dios; Es porque Dios está diciendo: Necesito a alguien en la tierra que, desde la tierra, tome autoridad sobre esto que está pasando.  Pero no puede ser cualquiera; Tiene que ser alguien en posición de hacerlo, que tenga testimonio, que viva una vida recta, que Dios lo levante en la noche y diga: Tu oración se va a oír; Te estoy levantando a ti, porque estoy peleando en el Espíritu y necesito a alguien aquí en la tierra que esté peleando también; Estamos en esta dimensión y necesito a alguien de peso para esto.  No vaya a ser que te pase como a aquellos que fueron a reprender demonios, y les dijeron: A Jesús conocemos, a Pablo también, pero no tenemos idea de quiénes son ustedes; No les vamos a hacer caso.  La intercesión es algo serio.  Cuando tú intercedes, y Dios te ha dado el ministerio de interceder, tienes que saber que tu vida tiene que llegar a ese grado donde, realmente, tus palabras tienen peso y autoridad. 

En múltiples ocasiones, Dios te puede levantar a ti para orar por alguien; Cada vez que venga a tu mente el pensamiento de una persona, no pienses que simplemente lo recordaste; Tómalo como de parte de Dios, envía una oración: Señor, no sé dónde se encuentra, pero envío tu Palabra, cualquier cosa que necesite en esta hora, súplele.  ¿Tú quieres interceder?  Llama a esa persona, y dile: No sé por qué, pero Dios te puso en mi corazón por alguna razón, ¿Está todo bien? ¿Hay algo por lo que pueda ponerme de acuerdo contigo? ¿Algo que pueda hacer por ti?  Interponte delante de esa persona y Dios, y el mundo y párate firme y toma autoridad. 

Estos cinco elementos, tú los puedes tener en una misma oración, o cada uno de ellos es una oración en sí mismo.  Puedes sacar un rato para dar gracias; Puedes sacar un rato para adorar; Puedes pedir, confesar tus pecados, y puedes interceder por otros; Todo esto, en una misma oración, o cada una de estas puede ser una oración por sí sola.  Pero tú debes ir más allá que solo palabras.  Esta debe ser toda tu vida.  Oración es más que hablar con Dios, más que palabras; Es todo un estilo de vida.  Oras en la mañana, y también presentas cada momento; No sales de tu casa sin orar, no comienzas la marcha en tu auto sin orar, no empiezas a trabajar sin encomendar tu día de trabajo a Dios, no te acuestas sin orar.  Tú y los tuyos deben entender que esto es un estilo de vida. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio Miércoles, 6 de Marzo 2019

Código del Programa: OE-02C

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