17 Jan Tu Promoción Está en tu Servicio

“Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. ² Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. ³ Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas.”  Marcos 1:1-3 

El contexto de los Evangelios es un grupo de personas que estaba esperando al Mesías que los salvaría; el problema es que esperaban un tipo de Mesías, y Jesús no era nada parecido a lo que esperaban.  Era el Mesías, pero para ellos el Mesías no venía a servir, sino a ser servido; no podían ver como Mesías a este hombre que venía de esta forma.  Al igual que todos los Evangelios, Marcos comienza diciendo que Jesús es quien cumple con todo lo profetizado; cita a Isaías, dejando saber que lo que se profetizó ya está aquí. 

Un detalle curioso en el libro de Marcos es que, en múltiples ocasiones, Jesús pide que la gente guarde silencio y no lo reconozca, creando un misterio.  Jesús les pide a demonios que no hablen de él, lo mismo cuando sanaba a la gente; pide que guarden el secreto de quien él es.  El servidor nunca busca promoverse, no hace nada para promoverse a sí mismo.  Y Marcos lo que está es presentando la consciencia que debe tener un servidor. 

“²⁴ diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. ²⁵ Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él!”  Marcos 1:24-25 

“³⁴ Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.”  Marcos 1:34 

“¹¹ Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. ¹² Mas él les reprendía mucho para que no le descubriesen.”  Marcos 3:11-12 

En la Biblia, los judíos nunca lo reconocieron, pero los demonios sí; los demonios reconocen quien tú eres.  Jesús no quería que fueran los demonios quienes lo promovieran, y no estaba buscando que su poder fuera lo que lo promoviera, sino sus acciones de servicio. 

“²⁹ Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo. ³⁰ Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno.”  Marcos 8:29-30 

Jesús está ocultando quien es él, pero uno de los problemas que tiene es que, mientras hace, es imposible esconderse.  Aunque pedía que no dijeran, la gente iba y decían que él les sanó, y llegaba más gente.  Pero la dinámica que Marcos quiere mostrar es que Jesús está tomando autoridad sobre los demonios, sobre la enfermedad, pero no quiere ser promovido por la autoridad sobre los demonios o por el poder de sanar; en Marcos se nos quiere presentar que, lo más grande que tú puedes hacer, es servir.  Aquello no era una falsa humildad; lo que él quería proyectar era la capacidad de servicio. 

Todo comienza a cambiar en la dinámica de Marcos, cuando en Marcos 8:27-30, Jesús encontró a uno de los suyos que le reconoció.  Pero debían todavía permanecer en silencio; porque él estaba preparándolos.  El momento más culminante de esta revelación llega en Marcos 3:45, cuando, mientras Jesús se les está mostrando y hablando a ellos, les dice:

“⁴⁵ Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”  Marcos 10:45 

Jesús, abiertamente, dice: Soy el Mesías, pero vine a servir y morir por todos.  Pero ellos no querían un Mesías que sirviera y muriera, sino uno que triunfara; no entendían que esta era la manera de triunfar.  Esta revelación, Marcos la va proyectando de una forma muy poderosa.  En Marcos 8, 9 y 10, vemos una transición muy interesante.  Ocurre algo que se repite; y, todas las veces, Jesús lo usa para dar una lección: Jesús anuncia su muerte, los discípulos no quieren que muera y reaccionan, y Jesús les enseña algo. 

En Marcos 8, Pedro reprende al Maestro, le dice que no lo haga; y Cristo le dice: Toma tu cruz, y sígueme.  En otras palabras: Si vas a servir conmigo, tienes que ponerte en el mismo lugar; si yo muero, tú mueres.  La gente no quería que él fuera un servidor porque no querían servir.  Él dice que va a morir; Pedro dice: No digas eso; y Cristo le dice: Yo voy para una cruz; si tú me quieres seguir, toma la tuya y sígueme.  En otras palabras: Esto no es placentero; el que sirve, sabe que algún día va a ser crucificado. 

En Marcos 9, vuelve a anunciar que va a morir, y los discípulos comienzan a pelear por quién era el más grande.  Y Jesús dice que el más grande, el que quiere ser primero, es el último, el que les sirve a todos.  Ellos no querían oír eso. 

La tercera vez, en Marcos 10, Jesús anuncia que va a morir y los discípulos comienzan a pelear por quién se sienta a la izquierda y a la derecha.  Y Jesús dice que por qué estaban peleando por esas cosas, si el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir.  Así que, Jesús, en todo lo que está enseñándoles en el Evangelio de Marcos, lo que está es enseñándoles una de las cosas más difíciles de enseñarle a la gente: Servir.  Él quería que el mundo entendiera que él no vino para ser servido, sino a servir.  Pero esto demandaba mucho de los discípulos, porque todo lo que él hiciera, ellos tenían que hacerlo también. 

Si observamos, lo que Jesús quiere proyectar es, realmente, cómo alcanzar el agrado del Padre; y se alcanza el agrado del Padre a través del servicio, de la obediencia, de la entrega.  Y esto era bien complicado para ellos.  Todo lo que Jesús hace en Marcos es presentar la actitud que debe reinar en todos nosotros; y lo primero es que Jesús pidió no ser anunciado y reconocido por el poder demostrado, porque su promoción se encontraba en el servicio a Dios.  No es tu talento lo que te promueve, no es lo que sabes hacer, no es el sanar o el predicar; si predicas bien, para ser servido, tú predicación es vana.  Usa tu talento, lo que hagas, para servir.  Si cocinas para ser servido, tu recompensa no es la correcta; pero, si lo haces para servir, y lo haces con efectividad, con razón, con verdad; esa es tu verdadera promoción.  Es tu servicio lo que te promueve delante de Dios. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio Jueves, 17 de Enero 2018

Código del Programa: RJ-03A

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