29 Nov Ten Fe en lo Extraordinario

“¹¹ Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas…”  Éxodo 1:11a 

Los sistemas en los que el pueblo de Dios tiene que moverse, son siempre los mismos a través de la historia.  Los impuestos, por ejemplo, nos han perseguido siempre; eso no va a cambiar.  El sistema del mundo funciona metiendo miedo por la escasez, siempre.  Y, cuando tú logras meterle miedo a alguien por la escasez, lo oprimes; y, cuando te oprimen, sin darte cuenta, lo que haces es servirle a los intereses de aquellos que te oprimen. 

Muchos, por miedo a la escasez, toman decisiones que oprimen a su familia.  Hubieras tomado mejores decisiones, si hubieras vivido por fe, y no por miedo a la escasez.  Hay quien cambia de trabajo, quien toma deudas, por miedo a lo que les va a faltar; luego se encuentran con el estrago de haber sido movidos por la escasez, y no por la fe de lo que Dios quiere hacer. 

Decide que la escasez que mueve al mundo no va a mover tus decisiones.  Es tu fe la que te tiene que mover, en medio de la escasez, de la dificultad.  Hasta que no entiendas esto, estarás siempre sujeto al sistema del mundo. 

Dios quería llevar a aquel pueblo, de ser esclavos de un sistema, a tener un pacto con Él.  El problema es que, muchas veces, la escasez es tan física, la sentimos tanto, que cuando estamos cerca de la provisión de Dios, no podemos recibirla.  La solución de Dios para sacar al pueblo de Israel de Egipto, era algo totalmente absurdo: Comerse un cordero, apresuradamente; poner sangre en el dintel de la puerta; pedirle a faraón y a los egipcios sus pertenencias.  Salieron de allí sanos, prósperos; encontraron un mar delante de ellos, y la solución de Dios es: Levanta una vara.  Cruzan al otro lado, y ahora comienzan a comer comida que cae a diario del cielo.  La solución del problema, de la crisis, no viene por formas ordinarias, sino por fe en cosas extraordinarias.  Fe en que vas a tocar la puerta, y Dios la va a abrir para ti; fe en emprender un camino que no ves, pero que Dios va a trazar delante de ti.  Tu solución viene del cielo.  La respuesta divina para tu vida es todo lo que te hace falta para salir de la pesadilla que tú has estado viviendo.  Mientras tú has estado viviendo lo que naturalmente el mundo te ha dicho, has estado bajo opresión, detenido.  Dios te dice, hoy, que creas que hay soluciones extraordinarias para problemas ordinarios. 

Lo que pasa es que crees que, por fe, tú vas a hacer cosas extraordinarias; pero es todo lo contrario: Por fe, tú vas a hacer cosas ordinarias, y Dios hará lo extraordinario.  Tú no crees que lo ordinario te puede sacar de lo que tú has vivido por tanto tiempo; se te hace difícil creer que vas a derrotar a faraón, con tan solo poner sangre en el dintel de la puerta; que tu familia puede cambiar por tu oración; que Dios puede multiplicar tu semilla de fe; que cosas tan sencillas puedan traer tan grandes resultados.  Se te hace difícil creerlo, porque el mundo te ha oprimido, a tener muchos resultados con pocos recursos.  Faraón se te ha metido en la cabeza.  

El mundo te exige muchos resultados, con pocos recursos.  Dios te dice: Haz poco, con fe, y yo hago el resto.  Haz lo mínimo, con fe, y Dios va a hacer lo más grande.  Haz lo mínimo, con fe, y Dios te va a abrir puertas donde tú jamás pensaste. 

Puedes, hoy, ponerte en la posición del pueblo de Israel, pensando que tienes un faraón sobre ti, alguien que te oprime, un sistema.  Si tú eres, hoy, el pueblo de Israel en esta historia, entonces, hoy tú puedes comenzar a creer que hay una puerta de oportunidad que se va a abrir para ti. 

Quizás no eres el pueblo de Israel, sino el faraón de tu propia vida; crees que tienes todo bajo control, hasta que llega la muerte, algo trágico que te dice que tú no estás en control.  Y faraón terminó pidiéndole a Moisés: Bendíceme.  Pero tuvo que llegar la muerte, para pedir la bendición; porque el que piensa que está en control, no es hasta que la vida te demuestra que tú no lo estás, que entonces pides que Dios te bendiga.  Así que, mientras más rápido te quites de la cabeza que tú tienes el control, más rápido puedes recibir la bendición, y más rápido te puedes mover hacia adelante.  Tú necesitas entender que es Dios quien tiene autoridad sobre todas las cosas, y que más vale que tú busques que Él te bendiga. 

Quizás tienes una batalla interna, donde tu mente es el faraón de tu espíritu, y tú lo que necesitas es que tu espíritu sea libre, por encima de tus pensamientos.  Tu propia mente te ha estado paralizando, y deteniendo todo lo que Dios tiene para ti.  Lo que hace falta es que se levante tu espíritu a entender que hay posibilidad de algo más grande.  Tu mente, tus pensamientos tienen que entender que no tienen el control de lo que Dios va a hacer en tu vida.  Dios quiere traer libertad, de adentro hacia afuera, para darte la victoria que Él te ha prometido, no tan solo a ti, sino también a tu familia, a todos los tuyos. 

Créele al Dios Todopoderoso; Él va a abrir camino donde no lo hay, y te va a sacar del lugar donde te encuentras; y, cuando lo haga, será con abundancia, con sanidad, y en bendición. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Miércoles, 29 de Noviembre de 2017

Código del Programa: NP-4B