04 Aug No te Excuses

“²² Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”  1 Samuel 15:22 

El profeta está haciendo una pregunta, estableciendo que Dios se complace más en que lo obedezcas que en los sacrificios.  Samuel, quien había ungido a Saúl como rey, ahora le declaraba a Saúl estas palabras, porque Saúl había desobedecido a Dios. 

Saúl cometió dos errores trascendentales.  Dios le pidió a Saúl que matara a Amalec.  Amalec atacó al pueblo de Israel en su momento más difícil, y cuando Dios prepara el tiempo para atacar a los amalecitas, Saúl comete el error de dejarlos vivos.  Entonces, Saúl cometió otro error: Ofrecerle sacrificio a Dios, sin que el profeta estuviera presente.  En aquella época, antes de salir a la guerra, se le hacía sacrificio a Dios para que fuera con ellos, estando el profeta presente, pero en esta ocasión, el profeta se retrasó, y Saúl se desesperó e hizo el sacrificio sin el profeta.  Desobedeció a la ley, y también a la voz de Jehová.  Le ordenaron acabar con todo, pero desobedeció, por miedo al pueblo, tomando parte del botín, con la excusa de dar las primicias de las ganancias.  En otras palabras, un acto de rebeldía lo vistieron de nobleza. 

Más adelante, Saúl admitió su desobediencia, pero dijo que fue para hacer algo bueno, porque hay quienes dicen tener razones para dejar de obedecer a la voz de Dios.  Entre estas, las personas excusan su desobediencia buscando nobleza por encima de la obediencia.  Por ejemplo, vemos personas que no diezman, porque su dinero se lo dan a los pobres.  Cuando diezmamos, según el libro de Hebreos, es porque encontramos a alguien más grande que nosotros, por eso, lo llevamos a nuestro pastor.  Imagínate lo grande que era Melquisedec que Abraham le dio sus diezmos, para así cumplir la escritura.  El diezmo es para la iglesia donde recibes palabra, y el no entregarlo se transforma en un acto de rebeldía. 

Saúl no hizo lo que Dios le dijo porque les tenía miedo a los hombres, por encima del respeto que debía tenerle a Dios.  Su miedo hacia los hombres le costó el reinado; porque la gente no te posiciona, Dios es quien te coloca en lugares de influencia.  Deja de estar pendiente a la gente.  Mejor es que te cueste una amistad, a que te cueste tu relación con Dios, por desobediente. 

El profeta Samuel le dice a Saúl que la desobediencia es como el pecado de adivinación.  Adivinar, en el contexto original, es cuando tratas de ignorar el consejo o la palabra de Dios, para hacer lo que tú entiendes que es lo más correcto.  En otras palabras, es poner tu sabiduría por encima de lo que Dios te ha dicho.  Puedes tener buenas ideas, pero nunca confundas una buena idea con una idea divina.

Hay personas que vienen a la iglesia para que Dios bendiga una buena idea que ellos tienen, pero si la idea es divina, ya es portadora de la bendición de Dios.  No todas las buenas ideas, son ideas divinas.  No todo lo que tú piensas que tienes que hacer, Dios te está pidiendo que lo hagas.  De hecho, llegarán momentos a tu vida donde Dios te pedirá que hagas cosas que, en tu interior, pensarás que no es lo correcto, y cuando llegue ese día, no dependas de lo que conoces, sino de la obediencia.  En tu mente, batallarás una y otra vez entre obedecer a Dios o hacer lo que tu mente te dice.  Obedece a Dios. 

Si comparamos la vida de David con la vida de Saúl, nos damos cuenta de que, David, siendo más pequeño, teniendo menos recursos, siendo menos querido y teniendo todas las cosas en contra, logró más; esto, por una sola razón: David obedecía a Dios.  David cometió errores, pecó, pero nunca desobedeció a Dios; todo lo que Dios le pidiera que hiciera, David lo hacía.  En el libro de Hechos, la palabra dice, acerca de David, que Dios encontró a un hombre conforme a su corazón.  Muchos usan esto para excusar su pecado, pero el verso no tiene nada que ver con el pecado de David, sino que el verso está haciendo referencia precisamente a cuando Dios desechó a Saúl por su desobediencia.  Además, el verso aclara que, cuando Dios dice “un hombre conforme a mi corazón”, se refiere a “que hará todo lo que yo le pida”. 

Lo que hacía a David conforme al corazón de Dios, era una sola cosa: Que Dios sabía que todo lo que él le pidiera a David, David lo iba a hacer. 

Muchas veces, en la iglesia se predica acerca de todo lo que Dios está dispuesto a hacer por ti; y gloria a Dios por eso, pero qué grande cuando Dios sabe que en ti ha hallado a alguien que va a hacer todo lo que él le pida.  Aprende a reaccionar a la palabra de Dios.  Deja de cuestionar a Dios.  Obedece, sin pensarlo, sabiendo que, eventualmente, esa obediencia inmediata, provocará que Dios te dé favor y gracia. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Jueves, 4 de Agosto de 2016

Código del Programa: DP-04B