04 Jul Presión que Provoca

Mucha gente piensa que, si llegan a vivir su vida al grado en que puedan estar cómodos, vivir sin ansiedad o con poca presión, su vida será mejor.  Cuando sueñas de esa forma, estás dejando ir tu muerte, porque, mientras haya vida, siempre debe haber presión. 

Hace tiempo atrás, se hizo un estudio que prueba esto.  Una universidad tomó una ameba (microorganismo que se utiliza comúnmente para estudios en laboratorios) y la colocó en un ambiente, con todas sus necesidades cubiertas y a su alcance, para que, de esa forma, este organismo no tuviese que pasar trabajo, y para que no tuviera nada que amenazara su vida.  Para sorpresa de todos, este organismo comenzó a morir lentamente, porque su inactividad, al no tener que hacer esfuerzo para vivir, provocó que no tuviera razón de existir.  Lo mismo sucede con el ser humano.  Cuando observas, específicamente, la vida del creyente, notarás que crece y prospera más durante los momentos de presión. 

En la Biblia, el momento de mayor crecimiento del pueblo de Israel, fue el tiempo de opresión por el faraón en Egipto; Jesús nació en medio de una orden dada por el Rey Herodes de matar a todos los niños menores de 2 años; y los hombres y mujeres de Dios fueron capaces de sobrepasar todos los momentos de presión y ansiedad, permitiendo que su fe sacara lo mejor de ellos.  

“Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.  Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte.”  2 Corintios 1:8-10 

Pablo, cuando habla, enseña que, en los momentos de mayor presión, fue donde el evangelio más se esparció en todo el mundo.  Lamentablemente, hay momentos que, por no entender esta revelación, se busca la vía fácil para salir de los problemas.  Pero debes tener presente que Dios fue el que te libró, el que te libra y el que te librará de cualquier cosa que llegue a tu vida. 

Las presiones de la vida pueden ser físicas, mentales, espirituales, financieras, familiares, y pueden venir de cualquier lugar o situación.  Las personas que son capaces de convertir las presiones, las amenazas, en un desafío para su vida, son las que logran alcanzar el éxito.  Goliat estuvo 40 días amenazando al pueblo de Israel porque nadie se atrevía a hacerle frente, incluso David; pero, cuando escuchó la recompensa la cabeza del gigante, dejó de enfocarse en el tamaño del enemigo, y comenzó a ver las posibilidades de vencer aquel reto y alcanzar la recompensa.  Se trata de percepción; Goliat seguía siendo el mismo gigante, pero, al momento de saber que iba a recibir un galardón si derribaba a aquel gigante, la manera en la que David veía a Goliat, cambió.  Ahora Goliat no era un gigante que daba miedo, sino una recompensa por conquistar.  Aquella recompensa cambió lo imposible a posible.  Cuando tu percepción cambia, estás dispuesto a enfrentar lo que antes no.  

En 1 Samuel 17:10, refiriéndose a Goliat, dice: Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.  

David tomó aquellas palabras de Goliat de una manera diferente; en vez de recibir el reto de Goliat, se retó a sí mismo, y le puso un reto a Goliat.  David lo que dice es: ¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? (1 Samuel 17:26)  Curiosamente, notarás que aquí David utiliza la palabra provocar, en lugar de desafiar, que es la palabra que usa Goliat en todo el capítulo para amedrentar a Israel.  Este cambio de palabras de David demuestra, una vez más, que su perspectiva había cambiado.  Al usar la palabra provocar, David le está diciendo a Goliat, en otras palabras: Estás buscando que te haga frente y te corte la cabeza, yo no te tengo miedo.  

En el día de hoy, debe haber algo en tu vida que te provoque.  Debe haber algo que te inspire, que te lleve a decirle a la situación: Tú lo que estás buscando es que te haga frente, y cuando lo haga, voy a crecer, a prosperar, y voy a seguir hacia adelante.  Debe haber algo que, en el día de hoy, se despierte dentro de ti, para que lo puedas ver, no como una amenaza, sino como un desafío y que te provoque a hacer cosas que nunca antes habías hecho, que te atrevas a lograr y alcanzar las metas que nunca antes habías intentado hacer.  Debe haber algo que te provoque a salir te tu zona de comodidad.  

Algo en el espíritu te va a provocar, algo te va a impulsar.  Vas a comenzar a oír los gritos de Goliat y lo que va a hacer es provocar que, en vez de que salgas corriendo, sigas hacia adelante, para alcanzar lo que Dios te ha prometido, y va a despertarse dentro de ti el rey, el ungido que Dios ha puesto dentro de ti, para alcanzar la victoria.  

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Lunes, 4 de Julio de 2016

Código del Programa: DP-01A