27 Jul ¿Dónde Está Tu Isaac?

Cuando observamos las sagradas escrituras en el libro de Génesis, capítulo 22, observamos la historia donde Dios le da la instrucción a Abraham de llevarse a Isaac para un monte y sacrificarlo en holocausto.  Dado a que está orden vino por parte de Dios, Abraham se mueve hacía la tierra que Dios le dijo.  Al final, en el verso 11, el Ángel de Dios lo detiene antes de ejecutar el acto de degollarlo, y le declara una maravillosa bendición. 

“⁶ Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. ⁷ Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? ⁸ Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.”  Génesis 22:6-8 

¿Cuál es la experiencia que debemos tener en el altar de Dios?  ¿Cuál es la experiencia con la cual debes ir a su casa?  Nosotros no vamos a la iglesia a pasarla bien, o a ver una película o simplemente porque no tenemos nada que hacer.  Cuando visitamos su casa, debemos hacerlo esperando algo de parte de Él, para que nuestra vida sea realmente transformada. 

Por muchos años, las personas han estado yendo a la iglesia por costumbre, olvidando que hay cosas que Dios nos pide que traigamos al altar.  Cuando observamos la historia, leemos que, camino al monte, Abraham e Isaac iban cargando leña y fuego, más sin embargo Isaac le preguntó a su padre dónde estaba el sacrificio.  Isaac es tipo de Cristo; cuando lleguemos a la iglesia, él estará esperándonos para preguntarnos: ¿Dónde está tú sacrificio? 

El fuego y leña pueden estar, pero se necesita siempre del sacrificio.  Aquel que pregunta por el sacrificio, fue a quien sacrificaron.  La leña es símbolo de nuestra oración y adoración, lo cual no debe ser ningún sacrifico, y el fuego es símbolo del Espíritu Santo, quién no necesita de ti para moverse.  En nuestros servicios, podemos tener una adoración asombrosa donde el poder de Dios se mueva de forma magistral, pero: ¿Te moviste tú en llevar el sacrificio?  Si no viniste preparado para sacrificar tu Isaac, no sirvió de nada el que hayas venido, y cuando bajes del monte, lo harás de la misma manera en que subiste, no habrá cambiado nada en ti. 

Cuando observamos la historia completa de Abraham, notamos que Dios le dice en dos ocasiones que se moviera a la tierra que le iba a mostrar: La primera vez fue cuando le pidió que se fuera de su tierra y de su parentela; la segunda ocasión fue cuando le pidió que sacrificara a Isaac.  Si Dios fue tan específico con él al momento de declararle que entregase a Isaac, significa que nuestra ofrenda no la podemos entregar en cualquier lugar.  Cuando nos preparamos para dar lo mejor de nosotros, debemos hacerlo en el lugar que Dios nos pide que lo hagamos. 

Este desafío fue el último que la Biblia registra de Abraham.  No volvemos a ver alguna otra prueba que él haya tenido que pasar.  ¿Por qué?  Porque él fue capaz de entregar aquello que más amaba por amor a Dios.  Fue un acto de mucha valentía y coraje, que llevó a Abraham a ser el padre de la fe.  Hoy, créele a Dios.  Trae tu Isaac al altar.  Isaac también es símbolo de aquello que tú más amas.  Tráelo, y entrégalo delante del Señor.  Podemos tener una hermosa adoración y una manifestación gloriosa del poder de Dios, pero todo esto necesita de tu sacrificio para que tu vida sea realmente transformada. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Miércoles, 27 de Julio de 2016

Código del Programa: DP-02A