10 Jun Cuando Estás Cerca

La mentalidad de escasez es producto del acondicionamiento de nuestros pensamientos por experiencias o circunstancias que hemos vivido.  Lamentablemente, muchas veces, aunque los tiempos y las circunstancias hayan cambiado, seguimos actuando de la vieja manera. 

En Mateo 14:13-21, se nos narra el momento de la alimentación de los cinco mil.  Jesús, sus discípulos y aquella multitud, se encontraban en un lugar físicamente difícil, el desierto.  Estaban en un lugar lejano, las aldeas estaban lejos.  Su situación geográfica hacía difícil la situación que tenían.  El tiempo se había pasado, era tarde en la noche.  La gente tenía hambre; había una necesidad apremiante, y aparentemente había pocos recursos. 

Muchas veces, nos encontramos en una situación como esta.  Nuestra posición, el lugar en que nos encontramos es muy distante, en nuestra mente, como para poder solucionar nuestro problema.  Nos encontramos con que el tiempo se nos ha pasado, con que debimos haber hecho ciertas cosas en el ayer, en el pasado.  Nos encontramos con que tenemos una necesidad apremiante, pero estamos muy lejos y se nos ha pasado el tiempo. 

Esto provoca angustia, dolor.  Pero esta escritura dice que Jesús tuvo compasión de aquella multitud.  Jesús tuvo compasión de aquellos que se encontraban en un lugar distante para resolver su problema.  Tuvo compasión de aquellos que estaban fuera de tiempo para resolver su problema.  Tuvo compasión de aquellos que, en lo natural, tenían pocos recursos.  Y Jesús no iba a permitir que ninguno de ellos regresara con hambre a su casa. 

Quizás, hoy, tú piensas que estás muy lejos, que tu tiempo ha pasado, que tus recursos no son suficientes.  Si este es tu caso, entiende que Jesús tiene compasión de ti.  El término que, en la escritura original, se usa para expresar compasión, se usa solo seis veces en el Nuevo Testamento.  Se usa únicamente en referencia a Cristo, en las cuatro ocasiones en que se narra esta historia de la alimentación de los cinco mil, y cuando se habla –en Lucas 15 – de que el padre vio al hijo pródigo regresar a su casa, y tuvo compasión de él.  Según la escritura original, esa palabra compasión se refiere a un profundo dolor en el interior. 

Cada vez que, en tu mente, tú estás en un lugar incorrecto; cada vez que, en tu mente, piensas que tu tiempo ha pasado; y cada vez que, en tu mente, piensas que no tienes los recursos suficientes, en el interior de Dios hay una grande tristeza, un grande dolor.  Lo más que Dios quisiera que tú supieras es que, cuando tú estás cerca de él, no importa cuán lejos estás de la aldea, cuan fuera de tiempo te encuentres o cuán pocos sean los recursos, él no va a dejar que tú salgas de su presencia, insatisfecho y con hambre. 

Lo peor que tú puedes pensar de Dios es que él ve la posición en que estás y no quiere hacer nada para ayudarte.  Es todo lo contrario.  La compasión, el dolor de Jesús, es que sus discípulos pensaron resolver aquella situación de la misma manera en que los hombres comunes la hubieran resuelto.  Lo primero que los discípulos dijeron fue: Déjalos ir.  En otras versiones, dice: No tenemos para comprar. 

Si hay algo que a Dios le da dolor es que, ante tus necesidades, decidas olvidarlas porque no tienes para comprar.  A Dios le duele que, en vez de creer que él puede multiplicar lo que tú tienes, lo dejes ir porque no tienes para comprar.  Miras la cuenta de banco, y prefieres dejarlo ir, antes que creer que Dios te lo puede dar.  Si hay algo que le trae tristeza a Dios es que tú no puedas creer que él te puede dar todo lo que tú necesites.  Lo primero que vino a la mente de los discípulos fue comprar, pero ese es el sistema natural, el sistema del mundo.  No habían entendido que Dios no se gobierna por el mismo sistema que se gobierna el mundo.  Dios no se gobierna por el mismo sistema que se gobierna tu país.  Hay un sistema más grande, un poder más grande. 

Jesús hizo que todos se sentaran a comer.  De la misma manera, tú vas a comer; hay bendición para tu vida.  Quizás no tienes suficiente dinero para aquello que necesitas, pero ¿no podrá Dios hacer un milagro para dártelo?  ¿Por qué estás frustrado, triste, desesperado?  ¿No podrá Dios, de manera milagrosa, suplir tu necesidad? 

Ante tus necesidades, no pienses en comprar, porque nunca tendrás suficiente, y vivirás frustrado.  Dios no se ha olvidado del problema que tienes, de tu necesidad.  No olvides tú que, si estás cerca del Señor, siguiéndole para oír la palabra –como aquella multitud –, si tienes pasión por recibir lo que Dios tiene para ti, puedes estar tranquilo porque provisión viene en camino, aunque no tengas suficiente dinero para comprar.  Dios va a multiplicar, hasta darte todo lo que tú necesitas. 

Deja de limitarte, recurriendo a los métodos naturales para resolver tus problemas.  ¿Quieres una casa, y el banco te negó el préstamo?  ¿Quién te ha dicho que Dios necesita pedirle permiso al banco para darte una casa?  Dios lo va a hacer.  Él tiene cuidado de ti.  Si permaneces cerca, no tienes que renunciar a lo que necesitas, porque es imposible estar cerca de Jesús, y permanecer de la misma manera.  

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Viernes, 10 de Junio de 2016

Código del Programa: EA-03B