05 May La Receta de Dios

“²³ Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.”  Hechos 7:23

Dios pone inquietudes en nuestro corazón; y, en ocasiones, al dejarnos dirigir por estas inquietudes, las cosas no resultan como esperábamos.  Entonces, en próximas ocasiones, pensamos dos veces antes de dejarnos dirigir por el corazón.  Esto crea más incertidumbre, en vez de más seguridad.

La realidad es que, cuando llegamos a los caminos del Señor, podemos ver con claridad la vida que llevamos, y podemos decepcionarnos de lo que hemos hecho con nuestra vida y del tiempo que hemos perdido.  Sin embargo, sigue siendo mejor ver las cosas como son.  Hay quienes preferirían seguir viviendo engañados, que vivir en la libertad de verdaderamente conocer lo que Dios quiere para ellos y en esa seguridad de estar claros que están siendo dirigidos, no por una percepción o una idea incorrecta, sino por el Dios Todopoderoso.  No todo es seguro en este mundo, pero puedes estar seguro que, el que va dentro de ti, dirige cada uno de tus pasos, de manera que puedas ver tu vida con claridad y precisión, para que no pierdas más tiempo.

Lamentablemente, no todo el mundo lo ve de esta manera.  Hay quienes se preguntan para qué orar, si Dios está en control de todo; se preguntan qué cambia la oración, si Dios está en control de todo.  Si profundizáramos en esto, tendríamos que entrar en debate acerca de qué Dios está en control, dónde está el libre albedrío, y otros principios de oración y demás.  Pero lo importante para este tema es cómo nosotros podemos vivir bajo la perspectiva correcta, sin ser engañados, siendo dirigidos por Dios, y sabiendo cuál es el papel que nos toca a nosotros jugar en la vida, conforme al destino de Dios para cada uno de nosotros.

Definitivamente, tenemos que entender que hay poder en la oración.  La oración te permite vivir con la seguridad de que estás siendo dirigido por Dios, en medio de las cosas que son inciertas.  En Mateo 6, Jesús les enseña a sus discípulos cómo orar.  En estos versos, vemos el modelo perfecto de la oración, que nos muestra la consciencia que debemos tener al presentarnos en oración.  Y dice Jesús, en el verso 8: …vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”

Muchos se preguntan si es o no necesario orar por lo que necesitan, siendo que ya Dios sabe de qué cosas tienen necesidad.  Pero Jesús especifica que esto es antes que pidamos.  Antes de que tú pidas, Dios sabe lo que tú necesitas; lo que pasa es que no siempre pedimos lo que realmente Dios nos va a dar, y no siempre nos va a dar lo que nosotros pensamos que necesitamos.  Antes de que tú pidas, él te va a dar lo que él entiende que va a suplir tu necesidad.  Lo que pasa es que, lo que Dios entiende que va a suplir tu necesidad, no es siempre lo que tú piensas que tú necesitas que él te dé para tú suplir tu necesidad.  Entonces, tú necesitas estar consciente de que Dios sabe lo que tú necesitas, para que ores, no para que se satisfaga tu necesidad por lo que tú crees que debe pasar en tu vida, sino para que Dios satisfaga tu necesidad como él entiende que debe ser satisfecha.

Si hay alguien que sabe lo que tú necesitas, es Dios.  ¿De qué te sirve ir a un doctor, si tú mismo vas a recetarte?  Entonces, lo que estás buscando es alguien que tenga una licencia que tú no tienes, para que te dé lo que tú crees que tú necesitas, en vez de tú confiar que hay alguien que sabe lo que tú necesitas.  Porque, a veces, lo que tú crees que necesitas es una cosa, pero la manera de resolver tu necesidad realmente es otra.

Hay quienes van donde Dios a decirle lo que les duele, y van con la receta de lo que él debe darles; y, si Dios no se las da, entonces, Dios no está respondiendo a su oración.  Pero, cuando vemos la oración del Padre nuestro, desde el comienzo, dice: Hágase tu voluntad.  Lo que tú debes orar es que tu mente acepte cuál es la voluntad de Dios.  La oración sigue diciendo: ¹¹ El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.  O sea, no te preocupes por el día de mañana; ora con la convicción de que Dios tiene provisión para cada día.

Cuando vemos este patrón de oración, vemos que Jesús está estableciendo que es necesario que el hombre aprenda a ser dirigido por Dios, y no por sus necesidades, por sus deseos, por sus pasiones.  Tu oración debe decirle a tu mente que tiene que vivir bajo la voluntad de Dios, que tiene que aprender a ser dirigida, guiada por Dios; que tu oración le diga a tu mente que tenga la certeza de que Dios va a proveer cada día, porque él sabe, antes de que tú pidas, qué es aquello que tú necesitas.

Dios sabe cuál es la receta que él te tiene que dar porque, si alguien te conoce, es el Dios Todopoderoso.

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Jueves, 5 de Mayo de 2016

Código del Programa: SI-05A