22 Apr La Suficiencia de Dios

Varias cosas llevan a una persona a tener pensamientos de incertidumbre hacia el futuro, entre estas, el miedo a quedarse solo.  Hay quienes se cuestionan para qué esforzarse, si eventualmente la gente los va a abandonar y no van a seguir con ellos; esto, pensando en aquellos que, en un momento dado, los abandonaron, los dejaron.

A veces, no te das cuenta que la gente no sigue contigo, no porque no te amen, sino porque no se aman a ellos mismos.  Hay gente que no sigue contigo porque no aguanta tu éxito, el plan que Dios tiene contigo; gente que no sigue contigo porque tú éxito, les pone presión porque, cuando tú progresas, ellos también se ven en la obligación de progresar, y hay gente que no quiere pasar el mismo sacrificio para alcanzar todo lo que Dios te ha dado.

Tienes que aprender a vencer esos pensamientos, ese miedo a la soledad.  Habrá momentos que, cuando vayas a alcanzar los propósitos de Dios, no habrá nadie a tu lado para ayudarte.  Jesús experimentó esto, cuando llevó a sus discípulos al monte a orar, y lo dejaron solo.  Así que debes saber que a tu vida vendrá gente con la que no podrás contar ni para que oren por ti, ni para que oren contigo, pero eso no te puede quitar de tu misión de ir a la cruz y de hacer lo que tienes que hacer.  Tu victoria no está en aquellos que te acompañan, está en entregarte en las manos de Dios y dejar que sea Él quien haga la obra en ti.

Pero, lamentablemente, en vez de entender que habrá momentos de soledad, la gente intenta retener en su futuro, gente de su pasado.  Prefieren no tomar decisiones porque saben que ciertas personas se quedarían atrás o por no saber cómo ellos van a reaccionar.  Los discípulos fueron, en una ocasión, a donde Cristo, y le dijeron: Maestro, la gente se va y nos dejan; y Jesús les dijo: ¿Se quieren ir ustedes también?  Jesús no tenía problema en quedarse solo, él iba a cumplir lo que Dios tenía para mi vida.  Jesús sabía que estaría solo por un momento, porque nadie querría pasar por el sacrificio que el pasó; pero, después, le buscarían.  Y esto también va a pasar contigo.

Piérdele el miedo a quedarte solo, porque la soledad será por tan solo un momento.  Mucha gente no va a querer pasar contigo tus momentos de dolor, pero deja que Dios te bendiga para que veas cómo van a llegar.  Todos aquellos que en algún momento te dejaron, te abandonaron, regresarán, aunque sea para ver la obra que Dios ha hecho contigo.

Lo segundo que te lleva a la incertidumbre es el miedo.  Dejamos los planes de Dios, por temor de no tener lo suficiente para completar la obra que hemos comenzado.  No hay nadie que haga planes, y no verifique cuánto dinero tiene en el bolsillo.  Las personas responsables, planifican, hacen presupuesto, ahorran; porque, para prosperar, además de diezmar y ofrendar, hay que ser un buen mayordomo. Pero, cuando comiences a presupuestarte, no lo hagas basado en tus circunstancias, sino en tu fe, en tus expectativas de lo que sabes que Dios tiene para su vida.  Cuando hagas planes, haz recortes, ahorra, gasta un poco menos, pero que no sea un presupuesto obligado por las circunstancias, sino porque tienes un plan para alcanzar algo.

La grande noticia es que, la gente que vive por fe, nunca tiene suficiente dinero en la cuenta para hacer todo lo que Dios quiere que hagan.  Cada vez que Dios te pide que hagas algo, siempre tienes algo en la cuenta, pero nunca es suficiente.  Si tuvieras suficiente, no necesitarías fe, si tuvieras todo lo que Dios tiene para tu vida, ¿cuándo tendrías la oportunidad de usar tu fe?  Los que trabajan hacia los planes de Dios, no lo hacen basándose en los números que están en la cuenta de banco; son inteligentes, saben cuánto hay, saben con cuánto cuentan, comienzan a hacer presupuesto, comienzan a ahorrar, pero no se desaniman por la incertidumbre de que no cuentan con todo lo necesario hoy, o porque, naturalmente hablando, no sepan lo que va a pasar mañana.

Los hijos de Dios, los que trabajan en base a su fe, saben qué va a pasar mañana.  No importa las decisiones que tome el gobierno, saben qué va a pasar, saben lo que la palabra de Dios dice; saben que, en la economía de Dios, no entran la polilla, ni el ladrón; allí nunca escasea, siempre hay abundancia.

Cree que, cuando comienzas a caminar en los planes de Dios, él suplirá todo lo que os falta, conforme a sus riquezas en gloria (Fil 4:19).  La incertidumbre desaparece de tu vida, y ahora te atreves a trabajar, a luchar, a esforzarte, sabiendo que no va a ser en vano lo que estás haciendo porque, a la larga, Dios va a suplir.  Dios va a buscar la manera de que, en el momento preciso, aparezca todo lo que necesitas para poder completar la obra que ha puesto en tus manos.  Cree, elimina toda incertidumbre de la suficiencia de Dios para alcanzar sus planes divinos.  Dios va a proveer para hoy, para mañana y para el futuro.  Aprende a vivir en fe porque, aunque hoy no cuentas con todos los recursos que necesitas, puedes contar con que le sirves al Padre celestial que sí tiene todos los recursos necesarios para completar la obra que él ha puesto en tus manos.

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Viernes, 22 de Abril de 2016

Código del Programa: PY-09B