19 Sep En el Orden de Dios

Hay varios lugares en la palabra del Señor donde Jesús declara que ciertas cosas deben ser primero en tu vida, haciendo declaraciones donde, en otras palabras, dice: Yo quiero que hagas esto primero.  

Muchos se preguntan qué es primero, el ministerio o la familia.  Esta es una pregunta capciosa, porque hay gente que piensa que la familia es primero; otros, que el ministerio es primero.  Esta pregunta no surge solo en el ministerio, sino también a aquel que es empresario, al profesional, al trabajador, a todo aquel que tiene que sacrificar cierto tiempo de estar con su familia para dedicarse a sus deberes laborales.  

Pero piensa en esto: No puedes tener una familia, si no tienes trabajo.  La  verdad es que el trabajo es lo que te permite bendecir a tu familia.  Por este motivo, ni en el trabajo, ni aun en la misma iglesia, ni en el ministerio, se puede establecer que siempre uno será primero que el otro; cuál viene primero, depende de cada situación y evento que se presente.  Lo prudente, en realidad, es saber que hay veces que la familia es primero que el ministerio, y hay veces que el ministerio tiene que ir por encima de ciertas prioridades que la familia quiere.  Lo importante es saber cuándo lo primero debe ser primero.  

Cuando la familia es primero, se pasa ese tiempo de calidad y el trabajo tendrá que esperar; así, cuando el trabajo sea primero que la familia, ella entenderá y sabrá esperar.  La sabiduría se encuentra en saber escoger cuándo algo es primero.  Si tienes la prudencia de saber escoger lo que debe ser primero en tu vida, entonces podrás mantener ese balance correcto.  Ante todo, buscar la guía de Dios y el Espíritu Santo es vital ya que Él conoce el orden perfecto que se debe seguir.  

2 Samuel 6, nos narra el momento en que David decide traer el arca del pacto –que había sido capturada por los filisteos– de vuelta a la casa de Dios.  Sin embargo, aunque con buenas intenciones, David lo hizo de forma incorrecta.  Junto a sus soldados y al pueblo, decidió llevar el arca de regreso a su ciudad; pero, en su travesía, el arca se tambaleó, y Uza puso sus manos para sujetarla y que no se cayera, muriendo al instante.  La pregunta es: ¿Por qué sucede esto?  Porque, aunque la intención de David en llevar el arca de vuelta a su lugar, era buena, su método fue el equivocado.  David, en vez de movilizar a los levitas a transportar el arca, quienes en el orden correcto y divino eran los únicos que podían tocarla, utilizó a sus soldados.  Todo esto lo que provocó fue que el arca no llegara de inmediato al lugar que se supone, y se tardara noventa días más.  Este suceso hizo que David tuviera miedo de mover el arca, lo que lo hizo reflexionar, preguntándose: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? (2 Sam 6:9); esto, para seguir el orden correcto.  En su segundo intento, siguió el orden divino y cumplió su meta.  

“Y llamó David a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab, y les dijo: Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y pasad el arca de Jehová Dios de Israel al lugar que le he preparado; pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza.” 1 Crónicas 15: 11-13 

Esta historia lo que nos dice es que, aun para buscar a Dios, hay un orden.  Lo contrario al orden, es caos, desorden.  Si no tienes tu vida ordenada, está hecha un caos; y, a veces, la gente no se da cuenta que son los pequeños detalles los que provocan un gran caos en sus  vidas, y todo lo que falta para volver al orden de Dios, es sentarse a reflexionar y alinear esos pequeños detalles. 

Fíjate que la intención de David fue buena; David quería traer el arca; aquello era lo correcto, Dios quería que se llevara el arca.  El problema fue que David no buscó el orden en que Dios había establecido que el arca se iba a mover, y cuando trata de hacer lo que Dios quiere, pero fuera del orden correcto, ahí tiene malas consecuencias, y trae esa dificultad a su vida.  

…Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza.  Esta frase es poderosa porque establece que se debe buscar a Dios de acuerdo a como él quiere ser buscado, lo que presenta que, para tener una relación con Dios no se puede hacer a nuestra manera. 

Analiza, hoy, por un instante, qué es lo que el Señor pide que sea prioridad en tu vida.  No debes pensar o tratar de pensar por Dios, sino que realmente mira qué es lo que Él quiere que sea primero para que no te retrases en el camino y puedas llegar al lugar que Él quiere que llegues.  

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Lunes, 19 de Septiembre de 2016

Código del Programa: PP-01A