15 Jun Principios que te Encaminan a la Prosperidad
Dios quiere que prosperes, que progreses y que alcances ese destino que tanto has deseado y que Él también desea para ti. Se requiere de pasión, de compromiso, de tomar las decisiones correctas para encaminarte hacia ese destino glorioso que Dios tiene para tu vida. No te puedes avergonzar de predicar la palabra del Señor; del Dios que salva, sana y prospera.
Principios para encaminarte hacia la prosperidad
- El trabajo. Lamentablemente, muchos tienen la idea errónea de que la prosperidad económica llegará a su vida como por arte de magia; que simplemente con orar y pedir, llegará a su casa la solución, la respuesta, sin darse cuenta que tienen que trabajar. Hay quien piensa que el pecado trajo el trabajo, como si Adán no hubiera trabajado antes de haber pecado. La diferencia que hizo el pecado no fue darle inicio al trabajo, sino a los malos o pocos resultados luego de mucho trabajo. Ahora, por no tener una relación con Dios, el hombre tenía que esforzarse de más para lograr alcanzar lo que antes era mucho más fácil lograr. Si tú no trabajas, si no buscas trabajo y no procuras esforzarte, nada va a pasar. Si ya estás buscando y no has conseguido, entonces oramos para que Dios te abra puertas para un trabajo, pero tienes que salir a buscarlo.
“10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma… 14 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence.” 2 Tesalonisenses 3:10,14
La persona que no trabaja, se vuelve chismosa. El apóstol dice que si uno no trabaja, después que tú lo impulsas, que lo motivas, señálalo. Hay que salir a trabajar, a esforzarse. La prosperidad no llegará de la nada.
Está comprobado que la falta de trabajo es una de las causas de depresión en la vida de una persona. Para encaminarte a la prosperidad, se requiere que trabajes en algo.
Sabemos que hay países donde las cosas están complicadas, pero no es menos cierto que en el tiempo que estamos viviendo lo que hay es una gran deficiencia de personas que quieran trabajar porque durante los pasados meses, la gente se acostumbró a recibir un sostén, un mantenimiento gubernamental sin salir a trabajar, y ahora se les complica la cosa.
- La diligencia. Es la persona que es diligente en lo que hace, que hace el trabajo que tiene que hacer, que no deja que las cosas pasen.
“4 La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece. 5 El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.” Proverbios 10:4
Ser diligente es hacer lo que debes hacer en la temporada en que te encuentras. Si tú estás en una temporada donde hay unas cosas que se requieren de ti y no las estás haciendo apropiadamente, lo que va a pasar eventualmente es que vas a empobrecer; pero el diligente prospera, progresa, aumenta, sigue y llega a esa dimensión de estar en consistencia con la temporada y con las acciones que tiene que hacer en este tiempo.
“14 Conmigo está el consejo y el buen juicio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder.” Proverbios 8:14
- La sabiduría. Tienes que conocer y reconocer que tu futuro económico va a estar en manos de Dios y de la sabiduría que puedas recibir en tu corazón, en tu mente, en tu interior. Uno de los retos más grandes en los tiempos que vivimos, es hacerle entender a la gente la importancia de poder mantenerse aprendiendo. Antes podías asegurarte un trabajo yendo a la universidad por cuatro o cinco años. El reto que tenemos hoy es que todo se ha acelerado tanto que requiere de ti un constante estudio y avance de conocimiento para poder mantenerte simplemente a la par de lo que estamos viviendo. No se trata de que no estudies, hazlo, pero tienes que saber que, cuando termines, tendrás que seguir estudiando porque en cuatro años las cosas cambian demasiado. Se requiere de un nuevo conocimiento acelerado para que puedas avanzar.
- La mentoría. Identificar a alguien que admires, que puedas recibir, adquirir conocimiento de esa persona; que puedas estar bajo alguien en actitud de respeto, escuchando, estudiando, recibiendo mentoría de esa persona que has logrado identificar que te va a ayudar a avanzar en tu proceso de crecimiento y desarrollo.
“14 Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.” Proverbios 11:14
Una de las cosas más importantes que debes hacer es conseguir mentores, personas que te edifiquen. Tu pastor te puede mentorear en tu área espiritual. También puedes tener un mentor en tu área empresarial, en tu área de prosperidad; alguien que te ayude a encaminar tus pensamientos en esa dirección, que te ayude a dirigirte en esa dirección. El mentor te ayuda a recorrer un camino más rápido, porque tiene ya una experiencia, un conocimiento que puede compartir contigo para que aprendas por cabeza ajena.
- La integridad. Nadie podrá prosperar, avanzar, sin ser una persona íntegra. La integridad es vital para tu desarrollo. Lo grande es que no tiene que ver con la cristiandad, sino que es un valor del ser humano. Por supuesto, aquel que es salvo, tiene más fortaleza para permanecer íntegro, o al menos así debería ser. Los que somos íntegros porque servimos al Señor es por reverencia a Dios y respeto a los demás. La integridad te da la fortaleza interna de permanecer firme ante la tentación.
“5 El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio,” Salmos 112:5
Esa fue la diferencia en José, quien mantuvo su integridad. Él decía: yo no le puedo fallar a Dios, tengo que permanecer firme en medio de la tentación. Y Dios le prosperó.
Tu integridad te abrirá puertas. Puede que te cueste, pero tu integridad, el ser íntegro te va a permitir avanzar donde otros retroceden.
Alicia Farías González
Posted at 12:57h, 15 JuneAmén! Dios nos manda a esforzarnos !! Bendiciones Pastor Otoniel, gracias por sus enseñanzas.
Jhon Mario
Posted at 13:41h, 15 JuneGracias Señor, Gloria a Dios
Nelson García
Posted at 11:25h, 16 JuneAmén así será mi integridad para con todo mi Señor aleluya