19 Jun La Intención Divina de Multiplicación

“11 ¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido!”  Deuteronomio 1:11  

Si no se multiplican la bendición y el poder de Dios, el mal se va a multiplicar.  Fuiste creado para multiplicar.  O multiplicas lo que Dios quiere, o lo que el mundo desea.  La batalla a través de la historia ha sido siempre por la multiplicación.  La intención del enemigo siempre fue destruir la intención y el deseo de Dios; se le subió a la cabeza cómo Dios lo había creado y le dio envidia por la creación del hombre.  Esto desató los problemas que vemos hoy, pero también desató la victoria de nuestro Señor Jesucristo.  

“26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”  Genésis 1:26-28  

Aquí vemos la intención de Dios cuando dice: Hagamos al hombre.  Todo en la vida comienza con una intención, con un pensamiento.  Dios dijo lo que quería hacer: Hagamos al hombre conforme a nuestra semejanza.  Dijo que le daría autoridad, le diría que se multiplique y fructifique.  Esa es la intención de Dios.  Y el enemigo conocía esa intención; sabía que Dios quería que el hombre se multiplicara y propagara su imagen aquí en la tierra.  Desde el principio, la intención de Dios con el hombre fue que se multiplicara, que creciera, que fructificara.  Desde ahí comienza la batalla del enemigo porque si no interrumpía el plan de multiplicación del hombre, este se convertiría en su peor amenaza.  Esto es lo que vemos en Éxodo cuando se levanta un nuevo faraón que no conocía que la prosperidad de Egipto era gracias al poder de Dios a través de José.  A faraón le da miedo que el pueblo de Dios se multiplique, y comienza a hablar de esclavizarlos para evitarlo.  Decía: No vaya a ser que se unan a nuestros enemigos y nos derroten.  El problema que tenía faraón es que el hombre fue creado por Dios para multiplicarse, aún más el pueblo de Dios.  Así que, mientras más los oprimían, más se multiplicaban.  Porque cuando Dios pone su favor y su gracia sobre ti, tiene que haber multiplicación, aumento.  

A través de toda la historia, el enemigo ha querido influenciar a la gente a sentirse amenazada cuando tú creces y prosperas.  Cuando tú progresas, siempre habrá quien quiera hacerte daño y detener tu crecimiento, personas que hablarán mal buscando dañar tu reputación.  Es gente que se siente amenazada por causa del crecimiento y el desarrollo que Dios te ha dado.  Pero fuiste creado con la intención de multiplicar.  Cuando un hombre, una mujer de Dios se reproduce, lo que se reproduce es la imagen de Dios.  Cuando alguien de Dios adquiere una casa, esa casa en medio de esa urbanización se convierte en casa de oración.  Cuando la gente cristiana prospera, el mundo comienza a tener pérdida porque la gente sale del alcoholismo, del pecado, de la droga.  El mundo se siente amenazado.  Pero tú tienes que saber que tienes la unción para multiplicarte, para crecer.  Y si tú no decides multiplicar lo bueno, lo malo se multiplica.  

“Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. 5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.”  Génesis 6:1-5  

Aquí vemos la degradación y corrupción del hombre, donde lo que se multiplicaba era la maldad.  Tu mente, tu espíritu, es como un terreno vacío; si tú no escoges la buena semilla que se tiene que depositar en ese lugar, el mundo va a traer lo que va a crecer allí, y lo que tendrás es multiplicación de problemas, dificultades y pensamientos negativos.  Llegó un punto donde el pensamiento era de continuo hacia el mal, y Dios dijo: Tengo que cortar esto, ponerle límite.  Antes no había límites para la multiplicación, pero Dios tuvo que establecer 120 años; Dios limita el tiempo para limitar aquella multiplicación, cuando el hombre nunca debió haber sido limitado.  Pero Dios tuvo misericordia porque lo peor que nos podría pasar es que constantemente nos multipliquemos hacia el mal.  Por amor a nosotros, nos detuvo de esa multiplicación errónea.  

Siempre fue la intención, el deseo de Dios que el hombre se multiplicara, que fructificara, que su imagen fuera la que se multiplicara.  Dios creó al hombre con la intención de multiplicación.  Esto está en tu ADN.  Hay un ADN espiritual empresarial de visión, aumento e incremento dentro de ti.  En el huerto, el enemigo puso un pensamiento negativo erróneo en Eva y en Adán, y ahora se multiplicó más el mal que el bien.  Y como Dios no va a detener la multiplicación, limita el tiempo para que el hombre no se multiplique para el mal toda la vida.  Dios no quitó la multiplicación porque Él no le prometió al hombre larga vida en la tierra, pero sí le dio una palabra de multiplicación; cuando lo bendijo, lo bendijo con multiplicación.  Cuando Dios te bendice con algo, Él no te lo va a quitar.  Y tú tienes que decidirte a multiplicarte para el bien, para la bendición, o automáticamente en tu vida se va a multiplicar la maldición, la pobreza.  Si tú no detienes los pensamientos negativos de maldición, van a crecer exponencialmente.  Por eso es importante que tú entiendas que desde el principio la intención de Dios fue la multiplicación de su imagen.  Y desde el principio, el enemigo ha trastornado esa intención con un pensamiento negativo, haciéndole creer a Eva que había algo bueno que Dios no se lo quería dar.  Eso bastó para que Eva comiera de aquel árbol; por aquel pensamiento, desobedece a Dios, y comienza la corrupción.  Cuando Dios le habla a Adán, no lo maldice porque no lo puede maldecir, así que lo que le dice es: Ahora la tierra va a multiplicarse pero con cardos y espinas.  En otras palabras: Vas a sembrar y vas a tener fruto, pero se van a multiplicar más los problemas que la bendición.  Por eso es que tú hoy tienes que escoger; tienes que ser de la generación que diga: No más; en mi familia no se multiplican más la pobreza, los pensamientos negativos de escasez, de vagancia; nosotros vamos a luchar, progresar, prosperar; Dios nos va a hacer mil veces más de lo que somos hoy.