07 Feb Lo que hubiera sido vs. Lo que tú ahora sabes

“³ Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.”  Juan 11:3 

Mira qué frase tan manipuladora…  No dijeron Lázaro, sino el que amas.  Ellas esperaban que Jesús corriera y llegara allí al instante.  En casa de Marta y María, vemos a Jesús varias veces, pero porque ahora está fuera en una cruzada, ya están pretendiendo manipularlo. 

“⁴ Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.”  Juan 11:4 

Jesús estaba diciendo: El importante no es Lázaro, sino yo.  Eso hoy sería demasiado insensible para muchos.  Jesús no se iba a dejar manipular, y dijo que lo importante era que él se llevaría la gloria.  Eso para muchos no es fe, pero para Jesús es fe porque si Lázaro se vuelve el protagonista de la historia, entonces se saca al verdadero protagonista que es Aquel que puede rescatar a Lázaro.  Cuando tú te vuelves el protagonista de la historia, entonces mira a ver cómo tú te sales de la tumba, pero cuando Él es el protagonista, puedes esperar que Él llegue en el momento apropiado y te saque de donde tú has caído.  

“⁵ Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. ⁶ Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.”  Juan 11:5-6 

En aquel tiempo, se creía que en los primeros tres días la persona podía levantarse.  Por eso Jesús llega al cuarto día.  Si llegaba antes y lo levantaba, la gente no creería. 

“⁷ Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. ⁸ Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte…”  Juan 11:7-8a 

Ahora que Jesús va a ir, se complica el asunto; querían matarlo, pero Jesús dice: Vamos.  Demostró su amor, diciendo que va comoquiera.  Dios no se mueve por manipulación; Él se mueve por fe, porque tú has creído.  Jesús sí lo amaba, pero fue en el momento apropiado. 

“¹⁷ Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. ¹⁸ Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; ¹⁹ y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. ²⁰ Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. ²¹ Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.”  Juan 11:17-21 

Otra vez, manipulación: Si hubieras estado aquí…  Pero, al instante, hubo un cambio de fe: Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.  (Juan 11:22) 

Marta y María deben haber llegado a conclusiones negativas en esos cuatro días.  Mandaron mensaje, pero el Maestro no llegaba; ¿qué habrán pensado?  No hace falta mucho tiempo para acumular malos pensamientos.  Sara estuvo veinticinco años pensando: Dios se olvidó de mí; pero en cuatro días, ¿qué cosas habrán pensado Marta y María de Jesús?  “Y eso que nos amaba; tantas veces que se quedó en casa…”  Para colmo, los que nunca llegan para ayudarte, llegan a llorar contigo.  De seguro, preguntaban: ¿Y Jesús?  ¿No va a venir? 

¿Cuántos pensamientos negativos tú has acumulado porque no has tenido lo que tú has creído?  En poco o en mucho tiempo; te ha pasado con la iglesia, con Dios, con un familiar.  No hace falta un largo tiempo para llenar tu mente de conclusiones incorrectas que limiten tu fe.  Por cuatro días, Marta y María pensaron: Él decía amar a Lázaro, y lo dejó morir, no llegó a tiempo.  Pero cuando llegó Jesús, Marta dijo algo poderoso que cambió la atmósfera: Mas ahora sé…  Si hubieras llegado, no hubiera muerto, pero yo sé.  Tú tienes que aceptar la realidad de lo que te ha pasado, pero lo que tú sabes en Dios es más poderoso. 

Tú no hubieras querido perder el trabajo, pero tú sabes que Dios te puede dar uno nuevo.  Tú no quisieras haberte divorciado, pero ahora Dios puede restaurar tu vida.  No importa lo que te pasó o las conclusiones, sino lo que tú decidas saber ahora.  Ahora yo sé que tú, todo lo que pidas, Dios te lo va a dar.  Marta estaba diciendo: No importa que por cuatro días he pensado que no me amas, que me abandonaste; pero ahora yo sé algo. 

No es todo lo que tú has pensado por los pasados años, es lo que tú decides pensar y creer ahora.  Marta se paró allí y dijo: Pero yo sé que todo lo que tú le pidas, Él te lo va a dar. 

“²³ Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. ²⁴ Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. ²⁵ Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. ²⁶ Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? ²⁷ Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”  Juan 11:23-27 

Marta dijo algo todavía más poderoso: Yo he creído que tú eres el Cristo.  Dos cosas levantan tu vida: Que tú sabes ahora que Dios puede hacer lo imposible, y que tú has creído que Cristo es el Hijo de Dios.  En una de sus obras, Van Gogh pinta su cara como si él fuera Lázaro.  Poco después, muere.  Van Gogh veía las cosas diferentes; él puso su rostro allí donde Lázaro y dijo: Yo no voy a morir en este lugar tenebroso; me van a levantar. 

Pinta tú también tu cara en Lázaro, y di: He pensado que Dios no me ama porque no llegó a tiempo, porque las cosas no han ocurrido como yo pensaba, pero soy como Lázaro porque yo sé algo; que todo lo que Dios pida, se va a hacer; yo he creído en el Hijo de Dios; Él me va a levantar.  No importa tu edad, es lo que tú decides saber hoy y en quien decides creer hoy.  Pregúntate qué es lo que tú sabes, y decide: Yo sé una cosa; que todo lo que pidamos al Padre en el nombre de Jesús, Él nos lo va a dar.  Tu país puede estar en problemas, pero tú sabes que puede haber paz; puede haber crisis económica, pero Dios te puede prosperar; tú sabes una sola cosa: Que Dios es Dios, y lo que Él ha decidido que va a hacer, lo va a hacer, y si tú crees, va a pasar y tu final será mejor que tu principio.