17 Oct Tu Problema No Sorprende a Dios

En Génesis 26, vemos un momento de hambre, el segundo que vemos en la Biblia.  Hubo hambre en el tiempo de Abraham, y en el tiempo de Isaac, y en el de Jacob.  Todas las generaciones van a pasar por momentos de dificultad.  La pregunta es: ¿Cómo reacciona cada generación?  Dios no salió corriendo desesperado en el tiempo de Isaac; Él ya había visto hambre en el tiempo de Abraham.  El problema que a ti te sorprende, no sorprende a Dios.  Lo que Dios está buscando es cómo tú reaccionas en medio de ese problema.  Abraham tuvo hambre, Isaac tuvo hambre, Jacob tuvo hambre; Pero para todos esos momentos, Dios siempre tuvo una solución.  No es la primera vez que tu país pasa por crisis ni será la última vez; La pregunta es cómo tú respondes en el tiempo de crisis, en el tiempo del problema.  ¿Tienes crisis?  ¿Qué vas a hacer?  Isaac, lo primero que pensó fue hacer lo que hizo su padre: Irse para Egipto.  Pero aquel fue uno de los errores más grandes de Abraham.  Fue a Egipto y regaló a su esposa, y cuando sale de Egipto, sale con más dinero.  Es peligroso cuando tú haces algo mal y te dan dinero porque no ves las consecuencias de tus decisiones.  Abraham sale con dinero pero también sale con Agar.  Nunca pienses que al hacer algo mal, vas a salir bien; Vas a salir cargando con algo que va a ser tu problema.  Agar se convirtió en el problema, y ahora tiene un gran problema matrimonial, y todavía al día de hoy estamos pagando el precio de esa decisión.  La pelea en el Medio Oriente es entre los hijos de Isaac con los de Ismael.  Todo porque un hombre que debió haberle creído a Dios cuando estaba en crisis, no le creyó.  Le creyó después, por eso diezma.  Pero ahora Isaac iba a hacer lo mismo, y Dios se le aparece y le dice: No vayas allí.  Fe no es tan solo pensar que vas a recibir algo, sino saber lo que tienes que dejar.  Fe es no coger el préstamo, creyendo que Dios te va a dar comoquiera eso que tú quieres.  Fe es rechazar una propuesta porque algo te dice que hay algo raro, creyendo que Dios traerá una mejor oferta.  Fe no es tan solo aprender a recibir, sino a dejar cosas para creerle a Dios que Él te va a prosperar en medio de tus crisis. 

Isaac se quedó en aquel lugar, sembró y cosechó ciento por uno, Dios lo bendice y lo prospera, hasta que se hizo muy poderoso.  Isaac obedeció a Dios, y en un año todo cambió.  Dios puede prosperarte y cambiar tu vida, si tú aprendes a obedecerle y a rechazar la oferta del mundo.  Hay cosas que tú no deberías estar haciendo, que deberías aprender a rechazar, y aprender a confiar en lo que Dios te ha dicho.  

Hay tres cosas importantes que debes entender de este proceso en la vida de Isaac.  Él prospera ese año, pero la prosperidad le trajo envidia.  Tú vas a prosperar de acuerdo a tres cosas: Lo que puedas creer, lo que puedas administrar, y lo que puedas soportar problemas.  Cada vez que tú prosperas, alguien te va a envidiar.  Si nunca quieres ser demandado en la corte, no tengas dinero.  El día que tengas, eres sangre para los tiburones.  Si no sirves para conflictos, no prosperes.  Si no sirves para que tu familia resienta que no les ayudes, no prosperes.  Siempre que prosperas, es por tres cosas: Cuánto crees, cuánto puedes administrar, y cuánta crítica puedes aguantar.