17 Jun Como los que Sueñan

Dios quiere llevarte por un proceso de liberación para que salgas de la cautividad emocional, mental, y espiritual, para que seas libre para soñar. 

La crisis económica puede hacer que la gente se acostrumbre a vivir bajo unas circunstancias temporeras.  Lo peor que puede pasar en medio de una crisis es que pienses que siempre va a ser así, y que hagas planes en tu vida, basados en algo que mañana podría cambiar. 

Mucha gente ha dejado de soñar, dejando de proyectarse basado en la manera en la que Dios los ve, para proyectarse basado en sus circunstancias actuales.  

En Salmos 126, el salmista dice que cuando Jehová haga volver la cuatividad de Sion, seremos como los que sueñan.  Y menciona las características de esos que sueñan.  

Los que sueñan tienen su boca llena de alegría; en su boca hay constante alabanza.  Cuando una persona no es capaz de reír, y en su lengua no hay alabanza, y lo que hace es hablar negativo todo el tiempo, esa persona te deja saber que no está soñando.  

Los soñadores viven en gozo, viven más allá de las circunstancias presentes.  

Un sueño no es otra cosa que la oportunidad que Dios le da al hombre de subir a un nivel más grande y mirar desde el mundo espiritual la proyección divina hacia las circunstancias presentes. 

A Ezequiel, Dios le dio una visión en el valle de los huesos secos que le dio la oportunidad de entender lo que pasaba a su alrededor en el pueblo de Israel.  Noé fue un visionario, que construyó el primer crucero cuando aún nunca había llovido.  Jacob fue un soñador que, en medio de sus peores problemas, en vez de tener una pesadilla, soñaba.  David soñaba con ser grande, con el éxito, con la victoria; Por eso no temió a Goliat.  Vemos a José, que en medio de todo, su sueño fue lo que lo mantuvo vivo. 

Lo que te mantiene vivo en medio de las circunstancias difíciles es tu capacidad de soñar, saber que tu presente no es tu final, que no es lo último; Que tu futuro está en las manos de Dios y en las decisiones que tú tomes hoy; Que no hay problema ni dificultad ni situación ni nada que el mundo pueda hacer que pueda detener lo que hay dentro de ti. 

Quizás tus sueños se han desinflado y te sientes sin esperanza ni futuro ni razón por la que seguir caminando.  Pero Dios está buscando un remanente de personas que sean como los que dice Salmos 126, que sean como los que sueñan, gente que su boca esté llena de risa, su lengua de alabanza, gente alegre que entienda que su vida no ha terminado, sino que Dios te queire elevar por encima de todo lo que tú estás viviendo. 

Soñar es una muy buena manera de saber quiénes son tus amigos y quiénes no, porque cuando tú declaras tus sueños se revela el corazón de los que están al lado tuyo, y tú podrás saber quién te apoya y quién no.  Por eso es mejor decirlo lo antes posible, así inviertes menos tiempo en la gente incorrecta.  Si tienes enemigos, es porque tienes un sueño, hay metas, visiones, aspiraciones.  Si hay gente que no te comprende, es porque tienes un sueño.  Lo que no puedes permitir es que tu vida se opaque por las dificultades y situaciones, llevándote a perder todo lo que Dios ha establecido para ti. 

Un soñador, a veces, no sabe la distinción entre lo real, lo natural, y lo que todavía no se ha manifestado.  Los que sueñan no ven las cosas como otros las ven; Se proyectan en otra dimensión, en otro nivel.  Tiene que llegar el día en que tú vivas por encima de toda circunstancia.  Pedro decía que los mismos padecimientos que tienes tú, los pasan otros cristianos.  El enemigo es el mismo, el mal es el mismo; Pero, de la misma manera, el bien y el Dios Todopoderoso sigue siendo el mismo.