08 Jan El responsable eres tú
¿Por qué tenemos que tener trabajos como empleado, supervisor, supervisor de supervisor, supervisor de área, supervisión de región y supervisión de país? Porque el hombre necesita siempre a alguien que lo supervise. Entonces, a veces me pongo a pensar: ¿para qué tanto supervisor?
Todos nosotros debemos entender que el gobierno no es responsable de tu familia. El gobierno no es responsable de tu matrimonio. El responsable de tu matrimonio eres tú. Y si eres hombre, para proveer, el gobierno no es quien tiene que hacerlo. Eres tú quien debe proveer, tú quien tienes que hacer, tú quien debes gobernar sobre tus hijos.
No podemos pensar que el gobierno tiene que hacerse cargo de la educación de nuestros hijos. El gobierno no está a cargo de la educación de nuestros hijos. Punto y se acabó. Y léalo bien: hoy día, lo más que el gobierno podría enseñarles es matemáticas, inglés, español o historia. Pero yo no puedo delegar la educación moral de mis hijos al gobierno. No se puede. Esa es responsabilidad de cada padre en su casa, sometiendo a su familia día tras día.
Ese es el mandato cultural que ha existido a través de todos los tiempos y que el hombre, lamentablemente, en un momento dado entregó simplemente por romper el pacto con Dios. Esto es lo que Adán tenía que hacer a través de toda la Tierra. Ahora, Dios le da a Adán esta responsabilidad, pero no lo deja solo. Le da su propio espíritu para que él pueda cumplir con ese mandato.
Fíjate que Adán es el único de la creación que no tiene que vivir por instinto. Todos los animales viven por instinto. Lo que hace a Adán diferente es que Dios sopla de su espíritu sobre él, permitiéndole pensar, analizar, decidir y vivir por encima de sus instintos.
Yo sé, y lo he dicho en otras ocasiones, que uno ve versos como en el libro de Proverbios: “Sé como la hormiga, que ahorra en el verano para que, cuando llegue el invierno, tenga con qué comer.” El Señor nos dice: “Sé como la hormiga”. Pero la hormiga ahorra porque es hormiga. Si tú fueras hormiga, ahorrarías automáticamente.
Como no lo eres, tienes que obligarte. Tienes que elegir: ¿lo gasto o lo ahorro? Eso es lo complicado. Porque, si fueras hormiga, automáticamente guardarías, economizarías y en diciembre tendrías comida. Más aún, no necesitarías supervisor ni capitán, porque las hormigas van solas haciendo lo que deben hacer.
¿Por qué, entonces, tenemos que tener trabajos con tantos niveles de supervisión? Porque el hombre necesita siempre a alguien que lo supervise. Si no supervisas, ¿cuántos tienen la capacidad de manejarse por sí solos? Si dejas la creación sin orden, todo se descontrola.
Ese mandato de Dios sigue vigente hoy. Dios pone de su espíritu para que podamos cumplirlo. No solo nos forma, sino que nos llena de su espíritu para que podamos llevar a cabo su propósito.
Pero Dios no solo quiere darnos esta responsabilidad, sino también una relación más profunda con Él. Para tener esa dimensión de relación mayor, debemos asumir una responsabilidad mayor. La responsabilidad no es solo con la Tierra, es con Dios y con todo lo que nos rodea.
Por eso cuido de mis hijos, de mi esposa y de mi trabajo, porque con ello honro mi relación con Dios. Tengo que tener claro que debo honrarlo a Él en todas las áreas de mi vida.
Dios estableció un árbol en el Edén con una prohibición clara: “El día que lo toques y comas de él, ciertamente morirás.” Mientras Adán no comiera de ese árbol, podía acceder al árbol de la vida eterna. Pero, si no podía controlarse y comía del árbol prohibido, perdería ese acceso.
¿Por qué Dios colocó ese árbol allí? Hay quienes piensan erróneamente que lo más grande que Dios quería para el hombre era el huerto del Edén. Muchos todavía creen que volveremos a ese lugar como el destino final.
Sin embargo, el huerto del Edén era solo el comienzo. Cuando Dios hace un pacto con el hombre, no solo establece consecuencias, sino que también ofrece bendiciones más grandes. Cada vez que cumplimos con Dios, Él nos lleva a un nivel superior.
“Al que más se le da, más se le demanda.” Y, cuando eres responsable, Dios te da más. Las parábolas de los talentos lo explican claramente: al que hizo algo con lo que se le entregó, Dios le dio más.
Lo más grande para Adán no era el huerto del Edén, sino la posibilidad de tener una relación más profunda con Dios. Adán estaba destinado a disfrutar del árbol de la vida por el resto de sus días, alcanzando una dimensión mayor en su relación con el Creador.
Hoy debemos entender que la relación con Dios no se basa en el miedo a las consecuencias, sino en la bendición de servirle. Si solo te enfocas en el temor a fallar, cometerás errores graves y verás a un Dios que parece castigador. Pero Dios quiere bendecirnos, darnos mayor autoridad y elevarnos a niveles más altos.
Si nuestros hijos entendieran esto, su relación con sus padres sería diferente. Las normas y límites no son para fastidiarlos, sino para guiarlos hacia algo más grande, hacia una relación más profunda con Dios y con sus familias.
No pienses que lo más grande es el huerto del Edén. Dios siempre quiere llevarnos a dimensiones más altas y a propósitos más grandes.
Liseth Trujillo
Posted at 10:13h, 08 JanuaryAmén y amén y yo lo creo y así sea 🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙌🏽🙌🏽🙌🏽
Oswaldo Monier
Posted at 15:27h, 08 JanuarySígueme Fortaleciendo Mi Vida Con Tú PRECIOSO ESPÍRITU SANTO AMADO PADRE CELESTIAL
AMÉN 🙏🙏🙏🙏
Marlyn Monet
Posted at 16:23h, 08 JanuaryAmén 🙏🏼 Gloria a Dios 🙌🏼🙌🏼Gracias Señor por Tus bendiciones
Marttha
Posted at 22:34h, 12 JanuaryAmén gracias mi Sr por tantas bendiciones