El pacto de Obras
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El pacto de Obras

Hoy comenzaremos a estudiar el pacto de obras. Generalmente, este se asocia con Moisés; sin embargo, tiene una relación mucho más cercana con Adán.


A través de la Palabra, exploraremos cómo fue la relación con Adán mediante un pacto de obras y qué podemos aprender de ello para evitar caer en tentaciones que nos alejen de nuestra relación con el Padre.

Mucha gente, cuando oye el pacto de las obras, automáticamente piensa en el pacto de Moisés o en la ley de Moisés, pero en realidad el pacto de obras comienza con Dios y Adán. Dios hace un pacto con Adán, y yo quiero que leamos varios versículos que son bien importantes para entenderlo.

Primero, Génesis, capítulo 1, el verso 26. Génesis 1, el verso 26, dice:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla”.

Me gustaría que usted circulara esa palabra en el día de hoy: “sojuzgadla”.

“Y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, todo árbol que está sobre la tierra y todo árbol en que hay fruto que da semilla; os serán para comer”.

Y Dios comienza y continúa hablando y bendiciendo al hombre en ese momento. Brinquemos un poquito más adelante para entonces explicar algo: Génesis, capítulo 2, del verso 15 al verso 17, donde dice:

“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.

Y dijo Jehová Dios:

“No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”.

Ahora, fíjate en estos primeros versos. Cuando uno mira, vemos la creación de Dios hacia el hombre. Lo primero que observamos en Génesis 1:26 es el mandato cultural, lo que se conoce como el mandato cultural que Dios le da a Adán. Dios le da al hombre la autoridad para reproducirse, para multiplicarse, para dominar la tierra, para sojuzgarla.

¿Por qué quería que tú enfatizaras esa palabra “sojuzgar”? Si tú miras esa palabra “sojuzgar” en inglés, está más cercana a la traducción original a nivel de pensamiento, y es la palabra subdue. Dios le dice al hombre: “Somete la tierra”.

Si Dios le dice que someta la tierra, quiere decir que había cosas que todavía no estaban sometidas. Había cosas que el hombre iba a tener que someter, había cosas sobre las cuales el hombre iba a tener que gobernar, que iba a tener que mantener sujetas por el resto de su vida.

El hombre tenía que ser responsable de su familia, de su matrimonio, primero de su familia y del mundo en general. El hombre estaba a cargo de someter todo aquello que se pudiera salir de orden en cualquier momento. Y, como conocemos, el huerto del Edén no era toda la tierra. El huerto del Edén era una porción, un pedazo, un lugar donde Dios habitaba con el hombre permanentemente. Y se suponía que Adán, lo que veía allí, saliera de allí y lo reprodujera eventualmente por toda la tierra.

Así que Adán estaba en ese estado espiritual de esa conexión perfecta con Dios y tenía ese mandato de él poder someter aquello que, en algún momento dado, se quisiera salir de su lugar.

Hermanos, cuando usted mira la creación, si usted la deja sin someterla, crece a lo loco. Deje su patio sin que usted lo someta, y le va a crecer cuanto yerbajo hay, cuanto problema hay. Le va a crecer cuánta cosa hay, le va a llegar, y se va a crear un ecosistema dentro de la naturaleza.

Pero si usted no está sobre el patio todos los días, todas las semanas, si usted no lo está cuidando, si usted no lo somete, lo mismo su cuerpo. Su cuerpo, usted no lo puede dejar al garete. El cuerpo suyo tiene que someterlo todos los días, todos los días, todos los días.

Usted tiene que sojuzgar todos los días a su familia, a sus hijos. Usted tiene que sojuzgarlos todos los días, tiene que someterlos todos los días, porque se te van como cabros mongos por ahí, ¿verdad? Si tú los dejas, que ellos coman lo que quieran, comen Nutella 24 horas al día, no hacen asignaciones, duermen a la hora que les da la gana.

Hay que estar ahí pendiente, hay que estar sometiéndolos. Las mías tienen el teléfono celular, pero tienen su tiempo marcado. Ellas no pueden ver todo el día cualquier tipo de aplicación. Entonces, todos los días agotan el tiempo, y todos los días están suplicando: “Dame media hora más, dame una hora más”.

Entonces uno dirá: “Pero si me van a fastidiar porque quieren que uno les dé media hora más o una hora más, pues mira, se lo voy a dejar todo el tiempo así”.

¡No! Porque si tú lo dejas a lo loco, si tú dejas lo que Dios te dio, lo que Dios puso en tu mano, a lo loco y no lo sometes y no lo mantienes en sujeción, todo se descontrola.

Cuando hablamos de mantener en sujeción tu matrimonio, no es que uno se gobierne sobre el otro. Esa es la mala consecuencia del pecado, como vamos a ver en un momento dado. Pero someter tu matrimonio es mantenerlo, ¿verdad?, en chequeo todo el tiempo.

Es mantener tu relación como tiene que mantenerse, es mantenerte cuidado con las relaciones que tienes, a quién invitas a tu casa, quiénes están oyendo, con quién estás hablando.

Tenemos que mantenernos siempre comunicándonos, porque si lo dejamos a lo loco, simplemente se esparce.

2 Comments
  • Argelia Ortuño
    Posted at 13:26h, 07 January Reply

    Uff!! Aprendí muchísimo con este estudio, llevo años en Cristo, he lidereado y no había visto con tanta profundidad esto de “SOJUZGAR LA TIERRA” y si hay áreas en nuestra vida que muchas veces no las sometemos como debe de ser y de laanera correcta.
    Gran reflexión !!!

  • Marttha
    Posted at 12:51h, 08 January Reply

    Amén poderosa enseñanza gracias

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