13 Dec Ora todos los días

Antes del año 2000, se metió en la idea de los cristianos de que fueran a tomar deudas prestadas porque el Anticristo las iba a pagar. Como Cristo venía en el 2000, pues entonces las iba a pagar Él. Si las iba a pagar Él, las estás pagando tú ahora. Los hábitos correctos en nuestra vida se forman día tras día.

El problema es que aún la iglesia nos ha dicho que no podemos hacer cosas por tradición o por religión, y la gente deja de hacer cosas habituales porque la mente nos ha vendido falsamente que si lo hacemos todo el tiempo somos religiosos y nadie quiere ser religioso.

Me explico: en el libro de Lucas, capítulo 4, verso 16, dice la Biblia: “Vino a Nazaret, donde se había criado” (hablando de Jesús) “y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”. Jesús tenía la costumbre de ir a la iglesia. Jesús tenía la costumbre de orar. Jesús tenía la costumbre de buscar amigos. Pablo tenía la costumbre, dice la Biblia, de ir a la iglesia. Pablo tenía la costumbre de orar.

¿Cuál es el problema que tenemos hoy con las cosas que tenemos que hacer por costumbre, que no es otra cosa que un hábito? El problema es que religiosamente nos han dicho que eso es algo religioso, y lo que no nos hemos dado cuenta es que, con esa expresión, hemos dejado de hacer aquellas cosas que habitualmente son las que nos van a dar los verdaderos resultados en nuestra vida. Te lo pongo en el mundo espiritual, pero te lo pongo también en el mundo natural.

Hablemos del dinero. Volvemos a lo mismo. La gente dice: “Mejor es gastarlo ahora porque yo no sé qué va a pasar conmigo mañana, así que me lo disfruto hoy”. Entonces comenzamos a pensar: ahorro es tortura, ahorro es dolor, y yo no sé si voy a vivir mañana, así que mejor me lo gasto hoy. El problema es que llega mañana y estás vivo, y después llega el otro día y estás vivo, y el problema es que llega el otro día y sigues con el mismo patrón, con el mismo pensamiento, con la misma idea.

Antes del año 2000, se metió en la idea de los cristianos de que fueran a tomar deudas prestadas porque el Anticristo las iba a pagar. Porque como Cristo venía en el 2000, pues entonces Él las iba a pagar. Si Él las iba a pagar, las estás pagando tú ahora.

Entonces, la gente entra en estos conceptos que son conceptos totalmente erróneos porque queremos de alguna forma u otra no darnos cuenta. Quiero mostrarte algo quizás un poco más profundo en un momento. No nos damos cuenta, hermano, que los buenos hábitos en nuestra vida nunca se sienten tan bien como los malos, pero son los que nos dan los verdaderos resultados. Tan sencillo como eso.

El hábito de orar diariamente no se siente tan bien porque la gente piensa: “Oro hoy y mañana veo el mar abrir delante de mí, entonces el viernes voy a orar y voy a ver maná caer del cielo, pero el sábado voy a volver a orar y el aceite de casa se va a multiplicar. Y entonces el domingo voy porque la gente quiere orar y todos los días ver algo sobrenatural, algo gigantesco”. La gente quisiera en la iglesia todos los días ver una pierna estirarse, ver dientes plateados en la iglesia, y si no te salen los dientes que salgan aquí. La gente quiere todo el tiempo porque el hacer algo constantemente no trae excitación ninguna, aunque los resultados a largo plazo son mejores que aquellas cosas que me traen placer solo en el momento.

Entonces le llamo religión, y la gente le ha llamado religión a las cosas que por costumbre y como hábito tenemos que hacer y forman nuestro carácter. A mí me da tristeza en la iglesia que hay gente que se llama cristiano y no ora todos los días. “Pastor, pero es que oro y no vi nada en el día de hoy”. Pero es que tú no oras para ver algo todos los días, tú oras porque los cristianos oramos.

Tú oras para que Dios te vaya construyendo todos los días. Tú oras para que Dios te vaya edificando todo el tiempo. “Pastor, pero es que estoy diezmando y no veo resultado”. Pero es que no diezmas meramente para que el lunes yo reciba todos los lunes un aumento, para que todos los lunes alguien me regale dinero, para que todos los lunes alguien pase. No, yo diezmo y ofrendo porque los cristianos tenemos la disciplina de saber que el evangelio se tiene que predicar, el evangelio se tiene que financiar. Eso es lo que yo hago, y en medio de todo eso, por supuesto, siempre está la bendición de Dios.

Dios hace milagros, Dios me da trabajo, Dios me prospera, Dios me bendice, pero lo voy haciendo, lo voy haciendo, lo voy haciendo todo el tiempo, día tras día, día tras día, día tras día.

No se siente tan excitante, no se siente tan bien, pero verdaderamente es lo que va construyendo mi vida día tras día. Sin darnos cuenta, cuando nosotros miramos el ir a la iglesia, Dios está en todas partes, sí, pero hay que venir a la casa del Señor, tenemos que congregarnos, tenemos que leer su palabra. Ah, pero es que si voy se vuelve algo tradicional. No, no confundas una cosa con la otra. O sea, no, ten cuidado. Sabemos que hay tradiciones que hay que dejar, pero eso no quiere decir que los hábitos que me llevan a la vida que Dios tiene para mí no puedo dejar de construirlos y de hacerlos.

No todos los servicios van a ser excitantes para ti, no todos los mensajes van a ser que tú digas: “Wow, este mensaje es lo que yo necesitaba oír”. Probablemente no lo necesitabas oír hoy, pero a lo mejor sí mañana, dentro de un año, dentro de dos años lo necesitabas oír.

Pero tú no vas meramente porque el mensaje sea para ti ese día o no, tú vas porque los creyentes vemos a la casa del Señor, estudiamos la Biblia, estudiamos la palabra del Señor, sacamos ese rato, y aunque no se sienta emocionante todo el tiempo, es lo que yo hago para construir la vida que Dios tiene para mí.