10 Dec ¿De dónde vienen los deseos?

Si mi deseo es verdaderamente la libertad económica, si mi deseo es salir de las deudas, tengo que sacrificar el deseo momentáneo de comprar algo, de adquirir algo, de tener eso en este momento, por el deseo más grande de la vida futura que quiero tener.

Así que la única manera de comenzar a poner esas prioridades es viendo cuáles de los dos deseos son los que realmente quiero manifestar en el futuro. ¿Cuál me ayuda a mi futuro? ¿Cuál me ayuda al futuro que quiero alcanzar, que quiero lograr, que quiero tener? Aquello que realmente quiero provocar en mi vida.

Ahora, ¿dónde está el problema? El problema es de dónde vienen los deseos muchas veces y por qué algo que parece tan simple y tan sencillo no lo resolvemos, no tomamos las decisiones correctas. Bueno, nos damos cuenta de que todos los deseos de todos nosotros, hermanos, provienen, en primera intención, por factores externos. Cosas que han influenciado nuestra vida a través del tiempo y que han creado una visión irreal de lo que debería ser mi momento, sacrificando siempre mi futuro.

Comenzamos a tener estas ideas y lógicas en nuestra vida de lo que debería ser y, entonces, creamos un mundo de fantasías que sigue alimentando esos deseos carnales que hay en nuestro interior.

Por lo general, tus deseos, buenos y malos, van a venir de dos lugares:

Cosas externas.

Personas que tienes a tu lado y que te inspiran. Por ejemplo, cuando eres jovencito, tienes un tío que tenía buenos carros, mientras que en tu casa no los había. Entonces, llega tu tío todas las semanas a la fiesta con un buen carro, o a la casa con un buen carro, y ahora tu tío se vuelve tu inspiración, tu motivación, y ahora tú quieres el carro que él tiene.

Nunca supiste qué le costó el carro al tío, simplemente el que el tío lo tuviera. ¿Qué hizo? Te inspiró a que lo quisieras tener. Esa figura te inspiró, pero probablemente nunca se sentó contigo para dejarte saber lo que le costó llegar a tener ese carro. Nunca se sentó contigo, quizás, a explicarte si realmente ese carro le trae placer o no. Simplemente provocó un deseo en tu vida, una aspiración en tu vida. Esto puede ser para bien o para mal, todo depende de cómo lo proceses.

Figuras que vemos en la televisión, en la prensa, los artistas. Provocan nuestros deseos:

En el pasado, las telenovelas nos crearon esta fantasía de estos matrimonios ideales, de estas cosas tan bonitas. Es bien interesante porque, por alguna razón u otra, en las novelas, el adulterio es emocionante, sofisticado y terminan amándose. Y siempre he dicho que, si a mí me hubiera tocado escoger un papel de novela, yo quería ser el malo.

Nunca hubiera querido ser el galán bueno que termina al final feliz. ¿Por qué? Porque el galán sufre por 299 capítulos y el malo se lo disfruta los 299 capítulos. El bueno, en el capítulo 300, llega cojo con la novia al altar y eso es un problema. Yo hubiera preferido ser el malo. Pero eso es una ilusión. El malo no disfruta por 299 capítulos, en la vida real es diferente, en la novela sí.

Pero precisamente es lo que te estoy diciendo. Cuando miras esa proyección errónea que hay afuera, esa falsedad de lo que no es, cuánta gente muestra sus carros que tú no sabes que son alquilados. Cuántos artistas te enseñan su jet que no es de ellos. Cuánta gente te muestra cosas que tú dices, “Wow, yo quisiera estar allí”. Y cuando vienes a ver, es un mundo de ilusión. Pero no podemos negar que provoca deseos en tu vida.