Si fueses David
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Si fueses David

David no tenía miedo; luchaba en el nombre de Dios. A pesar de enfrentarse a la muerte, siempre mantuvo su fe, una fe que lo impulsaba a pelear sus batallas con confianza. ¿Por qué nosotros no podemos ser como David?

Si hoy despertaras y enfrentaras los retos que tuvo David, ¿qué harías?

Actualmente nos enfrentamos a un bombardeo de información que hay… no nos vayamos a esos extremos, pero nuestros jóvenes están bombardeados con música altamente sexualizada.

Todas esas imágenes están ahí en la cabeza, todos esos deseos están ahí en la cabeza, todos esos pensamientos están ahí en la cabeza, todo eso está ahí en la cabeza. ¿Cómo lo cambiamos ahora? Bien sencillo. Es más sencillo de lo que parece: tiene que haber una experiencia con el conocimiento de Dios, con el conocimiento espiritual que viene de adentro hacia afuera, que viene desde el interior, que viene desde el espíritu regenerado, desde el espíritu transformado del corazón de una persona cuando tú le has entregado tu vida al Señor.

Es un conocimiento que sobrepasa lo que los demás entienden, lo que los demás comprenden. Hay un chiste que quizás puedo hacer que me ayude a explicarte este punto. Es un chiste bien viejo, es malísimo, ¿verdad? Pero, fue lo mejor que encontré para recordar esto, para entender el punto. Y no es que sea un chiste, es una anécdota más que nada.

Había un hombre que tenía un problema en una máquina, una maquinaria, ¿verdad? Y entonces llamó a los mejores mecánicos de su región, y nadie sabía cómo arreglar la máquina. Le dijeron que había un experto. Costaba mucho dinero, pero tenía que arreglar la máquina. Así que simplemente, él llamó a ese hombre. Este hombre vino, miró la máquina, tomó un martillo y le dio un cantazo en una esquina, ¡pam! Le dijo: “Ya está arreglada la máquina”. Entonces, le mandó una factura de $1.000 y el hombre que pagó se quejaba: “Espérate, ¿cómo me vas a cobrar $1.000 por darle un martillazo a la máquina?”.

Entonces, le escribió una carta, ¿verdad?, disputando la factura: “Mira, ¿cómo tú me vas a cobrar $1.000 por esto si eso fue un martillo que tú usaste?, eso fue un martillazo y demás, y tú no gastaste nada, ni herramienta”. Y el hombre le contestó para atrás: “No hay problema. Mire, son $2 por el martillo y $998 por saber dónde dar”. ¿Verdad? Él se hubiera economizado $998 si hubiera sabido dónde dar. Pero, cuando tú no sabes dónde dar, tienes que pagarle a alguien que sepa dónde dar, y va a costar. Y el conocimiento en el mundo espiritual es así.

Nosotros, cuando comenzamos en los caminos de Dios y el Señor comienza a trabajar en nuestros pensamientos, comenzamos a conocer cosas que de otra manera tú no las conocías y que no provienen de tu estudio natural. Y esa es la experiencia del espíritu que te ayuda a transformar tu carácter por completo, porque ahora, en tu interior, algo comienza a decirte: “No debes estar ahí, no debes ir a ese lugar, esta conversación no es correcta, este lugar no es”.

Pero, ¿cómo tú lo sabes? “No sé, pero hay algo dentro de mí que me dice que esto no huele bien. Esto no es lo correcto, esto no es lo que debe ocurrir, esto no es lo que debe suceder, esto no va por el camino correcto”. Y tú comienzas ahora a tener esa experiencia desde el espíritu que se comienza a transformar en tu corazón, y comienzas a ver las cosas diferente, la experiencia de la vida de una forma diferente. Y esto te ayuda en tu carácter porque comienzas a juzgar todas las cosas de manera diferente, todo a tu alrededor, aún tus problemas, los comenzarás a ver diferente en la vida.

Ese conocimiento es el conocimiento que viene de ese espíritu regenerado activado por el espíritu de Dios, que ahora comienza a aflorar en cada situación y te permite ver las cosas desde la perspectiva correcta.

Si usted y yo hoy estuviéramos allí, frente a la batalla de los filisteos, si tú y yo nos encontráramos en esa guerra en el día de hoy y viéramos a David salir… si usted no conociera la Biblia, si usted no conociera la Palabra del Señor, si nadie en la escuela dominical le hubiera hablado de la historia de David y Goliat, si usted no supiera el final de esa historia, que David mató a Goliat, y usted va a la batalla, usted paga el pay-per-view para ver a David versus Goliat, y usted ve un muchacho de cinco pies como yo, ¿a quién apostaría? Por supuesto, sale allí, cinco pies con un hombre de siete u ocho pies de altura, ¿a quién usted apostaría? Usted apostaría a Goliat.

Digo, los cristianos no apostamos, se supone, pero yo sé que hay algunos aquí que todavía el carácter no se ha renovado; por eso hay que hablar de esto. Pero nada, si usted gana algo, diezmo y ofrenda… no, tampoco está bien, eso son bromas. No haga esos chistes.

Oiga, el punto donde voy es: ¿a quién usted apostaría? Honestamente, vamos a ser honestos. Dice: “Goliat, Goliat le va a dar una salsa”. Fíjate, ¿quién es ese muchacho? ¿Qué fue lo que hizo Goliat? Ahora, por un momento usted oye el intercambio entre ellos de palabras, y usted oye a Goliat que dice: “¿No me han mandado un hombre, me han mandado un muchacho que viene con palo? ¿Acaso soy yo un perro para que vengas con un palo a acabar conmigo?”. ¿Y qué tú dirías si tú no conoces la historia? ¿Qué tú dirías, naturalmente hablando? Wow, ese tipo es bully de verdad, lo va a matar. ¡Qué terrible, verdad! Y tú oyes a David que le dice: “Tú vienes contra mí con espada y jabalina, mas yo vengo contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, a quien tú has provocado”.

¿Qué tú dirías? “Es un religioso pentecostal malo. Mira, para ahí se cree eso”. Si tú no tuvieras conocimiento, si tú no tuvieras conocimiento, cierto, eso es lo que tú juzgarías. ¿Qué es lo que pasa? La gente allá afuera. Ahora tiene que venir el resultado de David matar a Goliat para que se confirme que el que estaba bien era ¿quién? David. Pero, la pregunta es: si fueras tú David, ¿no necesitarías ese conocimiento antes de enfrentar a Goliat? Pero tú, siendo David, tendrías que tener una perspectiva diferente a la que todo el mundo está mirando y conocer algo que nadie conoce.

Tiene que haber un conocimiento dentro de ti. Y David no se nos dice que era un estudioso de la Biblia, pero tenía que estudiar probablemente la Palabra del Señor, los libros que tenía. Cantaba, le administraba a Dios, así que él había tenido un conocimiento de diferentes maneras que te voy a mostrar ahora.

Porque hay dos experiencias del conocimiento que tú tienes que entender, que son las que van a renovar tu carácter. Le dieron a un jovencito que medía cinco cinco, qué sé yo cuánto medía David, era pequeño, la Biblia dice que era un hombre pequeño, pero le dieron un carácter de poder pararse firme frente a la adversidad, frente a Goliat, de vencer el rechazo de su papá, de vencer el rechazo de su jefe, de vencer el rechazo de su esposa.

¿Cuánto rechazo tú puedes aguantar y todavía seguir sirviendo al Señor? Eso demuestra que tú eres maduro, eso demuestra que tú puedes levantarte, que tú puedes cambiar, que tú puedes caminar, pero tienes que estar en un conocimiento totalmente diferente.

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