Obedece al Padre
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 Obedece al Padre

Es fácil exigir obediencia mientras no seamos nosotros los tenemos que obedecer. La obediencia es crucial en el camino del discípulo y la vamos cultivando a lo largo de nuestro andar. 

El mayor ejemplo de obediencia lo tenemos en Jesús, quien siempre obedecía lo que el Padre le pedía, y eso es lo que siempre enseñaba y a la vez exigía a sus discípulos. La obediencia es la vida del discípulo. 

Esta parábola se utiliza para explicar la importancia de la obediencia. El que obedece construye bien; el que no obedece, construye mal. Y el que no obedece no puede simplemente volver a poner los caramelos en la máquina. Todos aquí sabemos el poder de la obediencia y la necesidad de que las personas obedezcan, pero esto es fácil de pensar cuando no soy yo quien tiene que obedecer, sino otros.

Te lo muestro con un ejemplo sencillo. Estoy seguro de que, si tienes hijos que están aprendiendo a manejar o ya manejan, les dices 10,000 veces: “No te comas la luz roja”, “Maneja a la velocidad correcta”, “Ten cuidado”, “Mira a todos lados”, “No atiendas tu teléfono”.

Le dices a ellos que hagan todo lo que tú mismo a veces haces. Es muy importante pedir obediencia a ellos, pero la pregunta es: ¿Cuántos de nosotros realmente vivimos eso? Porque es fácil exigir a otros que obedezcan, mientras no sea yo quien tenga que hacerlo.

Le pedimos lealtad a nuestros empleados, les pedimos que hagan las cosas correctamente, pero ¿lo hacemos nosotros también? ¿Realmente vivimos con esa rectitud y sabemos a quién rendir cuentas? La realidad es que la naturaleza del ser humano muchas veces tiende a la rebeldía, a no seguir instrucciones ni reglas. Sin embargo, como discípulos del Señor, aprendemos a vivir según lo que Dios nos ha dicho.

Jesús no hacía nada que el Padre no le dijera. En Juan 8:28, Jesús dice: “Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que, según me enseñó el Padre, así hablo”. Todo lo que Jesús hacía, lo hacía porque el Padre se lo pedía, y eso les enseñó a sus discípulos una y otra vez.

Una de las parábolas más predicadas, aunque a veces se pierde de vista el contexto real, se encuentra en Lucas 6. En este capítulo, Jesús está explicando cómo construir algo que dure toda la vida.

En Lucas 6:46, Jesús comienza la parábola diciendo: “¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que os digo?”. Luego continúa: “Todo aquel que viene a mí y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Es semejante a un hombre que al edificar una casa cavó y ahondó, y puso el fundamento sobre la roca. Y cuando vino una inundación, el río golpeó con fuerza aquella casa, pero no pudo moverla, porque estaba fundada sobre la roca. Pero el que oye y no hace, es semejante al hombre que edificó su casa sobre la tierra, sin fundamento. El río la golpeó con fuerza y la casa cayó, y fue grande su ruina”.

Estoy seguro de que has leído esta parábola y has escuchado muchos mensajes acerca de la importancia de tener buenos cimientos, de construir una casa con una base sólida. Esta enseñanza puede aplicarse a muchas áreas de la vida: al matrimonio, la familia, o incluso a una empresa. Sin embargo, ninguno de estos principios tiene verdadero valor si no están basados en una sola cosa: la obediencia.

Esta parábola no es simplemente para enseñarte pasos sobre cómo construir una vida sólida. Es para dejarnos saber que la única manera de construir algo que tenga verdadero sentido y valor en nuestra vida es cuando estamos fundamentados en una vida de obediencia.

Tiene que haber un momento en que como creyentes tomemos una firme decisión de no solo creer en Dios, sino también de obedecer. No podemos vivir una vida tibia.

Hace un tiempo hablé con una persona que me decía que tenía muchas luchas mentales y no encontraba paz. Ya habíamos hablado de esto antes, así que le dije: “Mira, mi recomendación es que te vayas al mundo por completo”.

Se sorprendió y me preguntó: “¿Por qué me dice eso, pastor?”. Le respondí: “Porque la otra decisión que tienes es convertirte por completo, pero no lo quieres. Entonces, te sientas conmigo para calmar tu conciencia por un rato, para que yo te dé un respiro temporal. Pero si te digo que eso está bien, estamos mal los dos. Porque te estaría mintiendo y tú seguirías con la misma culpa. O vives completamente para Dios, o vives la vida del mundo”.

3 Comments
  • Wiliam Antonio Chacon Vargas
    Posted at 23:03h, 18 October Reply

    Amén una verdad absoluta o somos o no muy cierto, gracias por esta palabra bendiciones.

  • Oswaldo Monier
    Posted at 08:03h, 19 October Reply

    Fortaleceme En Tú Presencia AMADO SEÑOR JESUCRISTO Para Seguir Siendo Obediente
    AMÉN 🙏🙏🙏 o

  • marttha
    Posted at 16:13h, 19 October Reply

    Amén en la obediencia hay bendicion

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