11 Oct Juan capítulo 15
Es mentiroso ese hombre. Es, pues, lo que tenemos que darle un poquito, nada más, para que se tiren ustedes todo por ir para abajo. Por eso es que necesito esa camisa, necesito varias. Oiga bien para orar.
Jesús dice en Juan, capítulo 15, un nuevo mandamiento. Y como te dije hace un momento atrás, los mandamientos y los problemas de los mandamientos eran poderlos cumplir, era quién los cumplía. Y el hombre siempre tiene debilidad para cumplirlos, tiene debilidad para completarlos. Así que, si Jesús nos está pidiendo un nuevo mandamiento, que es más difícil que todos los demás, tiene que venir el empoderamiento del Espíritu Santo para que nosotros lo podamos completar. Porque, aunque nosotros decimos amar, óigame bien, cada vez más en nuestra vida, mientras más viejos somos, más difícil se nos hace amar.
Nuestras experiencias y las actitudes de la gente, aquellos a los que nosotros hemos expresado nuestro amor en un momento dado y que no han sido los receptores correctos de ese amor que hemos dado, defraudan nuestros corazones día tras día y, a través de los tiempos, se nos hace complicado. Llega el agotamiento en nuestro corazón y en nuestra mente, y pensamos que es algo imposible lo que Dios nos está pidiendo.
Pero cuando nosotros expresamos el amor solo a través de un raciocinio y no a través del Espíritu es cuando comenzamos a tener la idea que no nos permite a nosotros cumplir con ese mandamiento. Todos los que estamos aquí tenemos que saber que, si yo voy a amar verdaderamente a mi prójimo, tiene que salir de la esencia de tu vida y de tu nueva relación con Dios.
La única manera en que yo puedo amar de esta manera es porque Dios está en mí y me da la fuerza para hacerlo. Mira lo que dice el libro de Primera de Juan, capítulo 4. El libro de Primera de Juan, capítulo 4, el verso 11, dice: “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios; si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha perfeccionado”. O sea, si nos amamos, Dios permanece en ti. Así que, mientras más tú ames a tu prójimo, más de Dios tú tienes.
Tú no puedes reclamar más de Dios si no amas a tu prójimo, porque la única manera en que Dios puede expresar su amor es a través de ti. Así que Dios necesita siempre una vasija a través de la cual expresar su amor, y en la medida que tú y yo lo expresamos, más de Dios tenemos en nosotros.
Mira lo que sigue diciendo. Y nosotros, verso 14: “Y nosotros hemos…” Bueno, el verso 13: “En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo al Salvador del mundo. Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios y Dios en él. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él porque él nos amó primero. Si alguno dice: ‘Yo amo a Dios’, y aborrece a su hermano, es mentiroso ese hombre”. Es, pues, lo que tenemos que darle un poquito, nada más, para que se tiren ustedes todo por ir para abajo. Por eso es que necesito esa camisa, necesito varias de esas. Por eso, aquel que no sabe, esa es una canción de Olga Tañón: “Es mentiroso ese hombre”.
Pues, el que nos ama, su hermano, a quien no ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: el que ama a Dios, ame también a su hermano. Juan está recordando el amor entre los discípulos. Y como te dije, hermanos, a tu enemigo tienes que amarlo, pero no puedes amarlo más que a tu hermano. A tu familia tienes que amarla, pero el amor por tus hermanos es distinto, es distinto. Tú pasas a veces más tiempo con los hermanos en la iglesia que con tu familia.
Por lo tanto, el amor entre nosotros es diferente. Y ya que tenemos la nueva naturaleza en nosotros, es que tenemos esa capacidad de amar. Y todos los que estamos aquí hemos sido frustrados por muchas personas cuando hemos expresado nuestro amor. Y muchas veces tomamos la decisión de no volver a amar, solo para no recibir el repudio de aquellos a los que en un momento dado hemos amado. Pero los momentos más poderosos de tu vida siempre han sido cuando el amor de Dios fluye a través de ti.
Y, óyeme bien, qué maravilloso cuando tú le puedes dar a un necesitado y el amor de Dios fluye a través de ti, pero no se compara con el amor que fluye cuando tienes que darle ese amor a uno de los que está aquí.
marttha
Posted at 17:20h, 11 OctoberAmén. Amar a tú prójimo es un mandamiento qué debemos cumplir