15 Aug  Aceptar el llamado a ser un discípulo

Nuestra calidad de mentores determinará parte de nuestro futuro. Será de donde nosotros vamos a recibir la influencia, y nosotros como creyentes tenemos que saber que no existe mejor modelo y el único modelo que tenemos que seguir es nuestro Señor Jesucristo. Hoy quiero comenzar con una serie nueva de mensajes que va a durar unas cuantas semanas. Se titula “Soy discípulo” y la aspiración de este servidor es que cada uno de nosotros deseemos cada vez más ser como Jesús y convertirnos verdaderamente en discípulos de Jesús y todo lo que esto implica para nuestras vidas y lo que implica para el plan de Dios.

Cuando nosotros miramos grandes hombres y mujeres en la historia, siempre se tiene que reconocer de quiénes aprendieron, de quiénes modelaron, de quiénes ellos fueron sus mentores. Por ejemplo, uno de los psicólogos o filósofos, debo decir, más famosos con uno de los más grandes impactos en el pensamiento aún moderno es el gran conocido Platón. Platón fue una de las personas que más impactó al mundo con sus pensamientos, con su filosofía, con sus ideas. Pero este hombre en realidad era discípulo de Sócrates. Este hombre aprendió desde otro filósofo y lo que hizo fue modelar el pensamiento y simplemente lo llevó a otra dimensión.

Mucha gente, por ejemplo, conoce a Alejandro Magno. Alejandro Magno fue un gran conquistador, fue un hombre que alcanzó grandes victorias y este hombre tiene unas historias impresionantes que cuando usted estudia su estilo de vida y las cosas que él hizo, es digno de admirar. Pero poca gente conoce que su maestro fue Aristóteles, también un gran filósofo griego. Todo su concepto de conquista lo recibió de sentarse y estudiar y mirar los pensamientos de este gran pensador.

Este hombre que está aquí ahora, probablemente usted no lo conoce. Este hombre que está aquí se llama Ip Man. ¿Alguien aquí lo conoce? ¿Alguien sabe quién es este hombre? Aquí hay uno, gloria al Señor, aquí hay otro que lo conoce, aquí hay otro que lo conoce, Ip Man. ¡Qué bueno, aquí hay otro más que lo conoce! No mucha gente lo conoce. Ip Man fue uno de los karatecas, podemos decir, ¿verdad? Sabemos que hay diferentes artes marciales, pero una de las personas más influyentes en las artes marciales. Esta persona fue creador de montón de cosas dentro de este renglón y sus enseñanzas trascienden al punto tal que usted no lo conoce a él, pero usted conoce a este otro que fue el mejor discípulo que él tuvo, que fue Bruce Lee.

Entonces, es bien interesante que hoy nos sorprende Bruce Lee. Hoy nos sorprende, muchos de los ochentosos que están aquí lo conocen, nuestros hijos no saben quién es Bruce Lee, pero mi abuelita amaba a Bruce Lee, mi abuelita amaba a Chuck Norris y a “The A-Team”. ¡Qué muchos viejos tengo en esta iglesia, señor! Es verdad que necesitamos urgentemente todos los jóvenes que vengan para acá. Pero este hombre sabemos quién es y sabemos que se hizo famoso por las películas y todo el asunto y fue mentoreado específicamente por Ip Man.

¿Y por qué es tan importante todo esto? Nuestra calidad de mentores determinará parte de nuestro futuro. Será de donde nosotros vamos a recibir la influencia y nosotros como creyentes tenemos que saber que no existe mejor modelo y el único modelo que tenemos que seguir es nuestro Señor Jesucristo. Él dijo claramente: “Mayores cosas de las que yo hice harán ustedes aquí en la tierra”. Y todo aquel que acepte el llamado de ser discípulo puede esperar una vida transformada, renovada por el poder de Dios y puede ser parte de la transformación de nuestra tierra y de nuestro mundo. Por eso, yo quiero invitarte a que te inscribas en el día de hoy en la academia de Jesús y que te vuelvas el mejor discípulo de Jesús, que la gente cuando te vea, vea a un discípulo de Cristo.

Y todo esto comienza con un llamado. Por ejemplo, en el libro de Mateo, capítulo 4, el verso 18 en adelante, se nos dice cómo el Señor llamó a un par de sus discípulos: “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón llamado Pedro y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar porque eran pescadores. Él les dijo: ‘Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres’. Entonces ellos, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes, y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”.

Luego de Jesús orar en el desierto, luego de vencer al enemigo, su primera tarea fue comenzar a reclutar posibles y futuros discípulos. Y lo hizo simplemente con un llamado: “Sígueme, te voy a hacer pescador de hombres. Sígueme y te voy a transformar tu vida”.