30 May Lo que Dios te puede dar
Uno de los grandes problemas de los cristianos es que se enamoran del pan que Dios les ha dado, en vez de entender que eso solo Dios lo ha usado para llevarlos a entender algo más grande. Seguimos a Jesús de un lado a otro solo buscando el pan de los milagros y no la revelación que deberíamos recibir a través de cada milagro en nuestra vida. Hoy quiero que hablemos de esa parte: ayudemos al pobre, pero hablemos de cómo llenar el alma, cómo llenar el espíritu.
Para eso, quiero llevarte a una declaración que hizo nuestro Señor Jesucristo en el libro de Juan, que es la primera declaración donde Él dice: “Yo soy el pan de vida”. Hoy quiero leerte varias escrituras, así que te voy a pedir paciencia. Voy a tratar, como estamos a principio de año, de leer un montón de versos. Casi nunca leo tantos versos, pero hoy, como los tengo atentos, voy a tratar de cumplir la cuota de todo el año para algunos de ustedes. Así que vamos a leer todos los versos que probablemente algunos de ustedes van a leer por el resto del año. Espero que no.
Es bien importante que leamos esta historia. Tampoco voy a leer el capítulo completo; dentro de un momento vas a tener que confiar en que yo te voy a decir lo que dice ahí y ciertas cosas que pasaron que no voy a leer. Luego, en tu casa, revísalo. Julio, discúlpame, hay un poquito de feedback aquí.
Me gustaría que fueras conmigo al libro de Juan, capítulo 6. En el verso 25, dice la palabra del Señor: “Y hallándole al otro lado del río, le dijeron: ‘Rabí, ¿cuándo llegaste acá?'”. Y el verso 26 dice: “Respondió Jesús y les dijo: ‘De cierto, de cierto os digo que me buscáis no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis’. Y dice Él: ‘Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que la vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará, porque a éste señaló Dios, el Padre'”.
Dejémoslo ahí por un momento para ponerlo en contexto. ¿Qué está pasando? Jesús acaba de alimentar a 5000 personas multiplicando los panes y los peces. Después de ahí, se monta en un barco con sus discípulos y cruzan al otro lado. La gente que se alimentaron de los panes y los peces salieron caminando al otro lado de la ribera para buscar a Jesús. Cuando llegan allá, comienzan a cuestionarle y Jesús les dice, como un regaño: “Ustedes vienen a buscar los panes en vez de haberse dado cuenta de que aquello era una señal. Los panes eran una señal para algo más grande”. Pero al fin y al cabo, ellos fueron a buscar el pan.
Déjame poner una analogía: si tú vas de camino aquí a Caguas por el Expreso y ves la señal que dice “Caguas 20 millas”, te bajas y abrazas la señal, abrazas el letrero. ¿Llegaste a Caguas? Abrazaste el letrero que dice para dónde está Caguas, ¿llegaste a Caguas? No. Si tomas ese letrero y lo montas en tu carro, ¿llegaste a Caguas? No, porque el letrero y la señal están solo para una cosa: indicarte dónde está el destino. Jesús está diciendo: “El pan yo te lo di como una señal, y hoy me vienes a buscar por el pan, por la señal, sin darte cuenta de que había algo más grande que tenías que aprender con esa señal”.
Desde ahora te digo que ese es uno de los grandes problemas de los cristianos: se enamoran del pan que Dios les ha dado en vez de entender que eso solo Dios lo ha usado para llevarlos a entender algo más grande. Seguimos a Jesús de un lado a otro solo buscando el pan de los milagros y no la revelación que deberíamos recibir a través de cada milagro que tenemos en nuestra vida. Por eso tenemos un montón de gente hambrienta en todo el sentido de la palabra y que no viven en plenitud.
Wiliam Antonio Chacón Vargas
Posted at 14:00h, 30 MayAmén y gracias por esta palabra bendiciones
marttha
Posted at 19:16h, 03 JuneAmén
sadela jose latuff pineda
Posted at 19:41h, 04 JuneDESDE VENEZUELA MIS SALUDOS Y MIS RESPETOS PARA USTED PASTOR FONT….