Todo el que depende de la Palabra
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Todo el que depende de la Palabra

¿Sabías que todo en tu vida depende de la Palabra? Quizás no eres consciente de ello y justo es lo que quiero explicarte en el día de hoy, y es que a partir de la Palabra todo lo demás está resuelto

La tristeza del Señor surge cuando lo sigues solo donde hay pan, y no te das cuenta de que el pan era solo una señal para llevarte a quien Él era, que era el fin de toda palabra que Él predicaba. Nunca cambies el pan por la palabra; la palabra debe ser lo primero en tu vida.

Ahora, cuando miramos estos versos, tenemos que verlos en el contexto de todo lo que está pasando. Miren, hermanos, hubo dos cosas que ocurrieron antes de estas declaraciones de Jesús que demuestran la compasión de Jesús por la gente. 

Número uno: la gente comienza a seguir a Jesús, y él comienza a predicarles. La gente se encantó tanto con el mensaje que pasaron horas y horas oyendo a Jesús. Nadie se quejó de hambre; en ninguna parte de la Biblia dice que él multiplicó los panes y los peces porque la gente se quejaba de hambre. Lo que dice es que cuando él se dio cuenta de que toda esa gente se había quedado allí para oírlo, le dio compasión y dijo: “Aquí hay que darle de comer a toda esta gente”. Así que la escasez de pan que hubo fue producto de haber tenido hambre por la palabra; la gente estaba hambrienta por escuchar lo que Jesús tenía que decir. 

Llegaron allí con un montón de necesidades, y Jesús predica y predica, y se llena el corazón de esta gente, y la gente se queda escuchando y escuchando. Como yo sé que a ustedes les gustaría quedarse aquí escuchándome 4 horas, 5 horas. Yo sé que ustedes no tendrían problema; al final, se arrepienten todos los pecadores que, por hacerme sentir bien, mienten. Oigan bien, es impresionante: la gente comenzó a oír a Jesús y todo lo que él decía les sorprendía, y la gente se quedó allí, se quedó allí.

Ahora hay hambre, así que la escasez que él suple fue la escasez producida por el hambre de la palabra. ¿Cuál fue la tristeza de Jesús? Que cambiaron el hambre de la palabra por el hambre física, y eso es lo que hace mucha gente en la iglesia en el día de hoy. Cuando tú vienes a la casa del Señor, y más a una iglesia como esta, cuando tú llegas a este lugar, tú comienzas a oír la palabra, tú comienzas a escuchar la palabra, y la palabra llama tu atención y captura tu corazón porque es la palabra de Dios, y comienzas a sentir paz. No necesariamente de primera intención comienzas a ver los milagros, no necesariamente de primera intención comienzas a ver, pero algo dentro de ti comienza a llenarte. Es la palabra y comienzas a tener hambre por la palabra, y a recibir hambre por la palabra, y por causa de la palabra que recibes, entonces cosas comienzan a ocurrir en tu vida, entonces comienza a multiplicarse los panes y los peces.

¿Dónde es que llega la tristeza del Señor? Cuando ahora lo sigues donde quiera que hay pan y no te das cuenta de que el pan era solo una señal para llevarte a quien Él era, que era el fin de toda palabra que Él predicaba. Nunca cambies el pan por la palabra; la palabra debe ser lo primero en tu vida. Amén. Y usted debe celebrar esta iglesia porque nuestro énfasis es la palabra. Hay gente, yo creo que nuestra iglesia es bastante simple, trato de no hacer la vida complicada a nadie, pero hay iglesias que todo lo que necesitan es congreso, actividad, concierto aquí, para allá, esto, hay que emocionar a todo el mundo, y todo es y tiene que venir la palabra profética, tiene que venir aquel que te diga, tiene que venir aquello, tiene que venir lo otro, y todo porque a la gente le gusta el pan. Pero el pan es solo una señal de quién es Él. Pero todo aquel que depende de la palabra de Dios puede saber algo: que la palabra de Dios, por la cual tú tienes hambre y persigues, va a multiplicar los panes y los peces cuando tú lo necesites. 

Y Dios va a suplir lo que tú necesitas en el momento que sea necesario. Lo importante es que no cambies el pan por la palabra, sino que entiendas que el pan es resultado de tu hambre por la Palabra de Dios.

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