21 Feb Dios es igual a verdad

Para nosotros, la verdad se tiene que alinear a quién es Dios. No es una verdad relativa a mí, sino que se tiene que alinear al carácter de Dios, a cómo Dios funciona, a cómo Dios reacciona, a cómo Dios piensa, a cómo Dios habla, a lo que muestra su gloria. Eso yo lo puedo tomar como verdad. Si se aparta del carácter de Dios, de la voluntad de Dios, del deseo de Dios, hermanos, eso no es verdad. Y esto tiene implicaciones bien poderosas. Oiga bien, en el día de hoy, para nosotros los creyentes tenemos que saber que la verdad tiene implicaciones eternas.

¿Por qué es tan importante esto que te estoy predicando en el día de hoy? Porque la verdad tiene implicaciones eternas, implicaciones de salvación. Cuando tú conoces la verdad y conoces a Jesús como la verdad, entonces recibes salvación. O también, cuando miramos la palabra del Señor, dice en el libro de Juan, capítulo 8, el verso 31 al 32, la última parte: «Qué dice que si conocieras la verdad, la verdad te va a hacer libre». Yo necesito conocer la verdad, porque la verdad es la que trae verdadera libertad a mi vida. Lo que yo creo como verdad me ata, lo que yo creo que es verdad me paraliza, me detiene. Lo que fue verdad para ti en el mundo te ató, te paralizó, te trajo tragedia, te trajo dolor. Pero el día que alineaste tu vida a la verdad de quién es Dios, de cómo él opera, de cómo él funciona, comenzaste a caminar en la libertad para la que tú y yo fuimos creados. Por eso, para el creyente no existe otra verdad lejos de dos cosas: del estudio de la palabra de Dios y de una relación con Jesús a través del Espíritu Santo. Esa es mi verdad. La palabra de Dios es la verdad. Lo que dice aquí es la verdad. Lo que Dios habla aquí es la verdad. Lo que él dice aquí es la verdad. Lo que él habla aquí es la verdad. Y yo vivo por la palabra, lo que dice aquí.

Pero no es tan fácil. No es tan fácil vivir por la verdad de la palabra, y más en los tiempos complejos. No es tan fácil. No porque no se pueda, es porque este escrito que está aquí, la Biblia, cuando se escribe, se escribe miles de años atrás. Y hay situaciones que vemos en el día de hoy que no están aquí plasmadas de forma directa. Por ejemplo, esta semana me hicieron una pregunta en la radio: que si un cristiano, y perdone, verdad, que yo sé que hay niños, pero que si un cristiano puede vender óvulos o esperma. ¿Y dónde yo busco eso en la Biblia? Como también cuando me preguntan si los tatuajes son buenos o malos, esa pregunta clásica: los tatuajes, pastor, ¿son de cristianos? ¿Se pueden o no se pueden? ¿Qué dice la Biblia? Es que la Biblia no dice nada exactamente de los tatuajes. Es más, las dos cosas que dice una de ellas dice en un contexto que no necesariamente son los tatuajes que la gente usa en el día de hoy. Que es cuando Dios prohíbe que tú te sajes, es como los que pensaban que eso quería decir que no se saquen las cejas, porque dice la Biblia: «No os sajaréis». Entonces la gente lo interpretaba como que era: «No os cejaréis», de sacarte la ceja. Pero no es «no cejar», es «no sajar». No es lo mismo. Y nos regimos por eso. Cuando sajar era cortarte para derramar sangre a un dios. Dios no quiere que tú te cortes para derramar sangre. La única sangre que vale es la sangre de Cristo, que fue derramada por ti en la cruz del Calvario. Y la última palabra positiva que hay de los tatuajes es que la Biblia dice en el libro de Isaías, me parece, que Dios se tatuó tu nombre y el mío en su mano. Entonces, si Dios se tatúa, ¿ahora eso quiere decir que yo me puedo tatuar? Eso no da ni para un lado ni para otro. Lo que pasa es que usted tiene que conocer cuál es el carácter de Dios, qué es lo que Dios quiere para su vida. Usted toma su decisión.