¿Cómo manejar la frustración?
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¿Cómo manejar la frustración?

Hay muchas personas en el mundo, grandes personas, que han pasado por la frustración y muchas veces la frustración nos detiene, nos hace sentir como fracasados, como incompetentes, pero, ¿Qué podemos aprender de la frustración, qué podemos aprender de estas personas?
Descubre de quiénes  estoy hablando y qué hicieron para lidiar con la frustración

Creo que una de las experiencias más frustrantes que puede experimentar una persona es encontrarse en un punto de su vida donde tiene que volver a comenzar de cero, luego de haber trabajado en muchas cosas, haber logrado y alcanzado ciertas metas y ciertos logros. Tener que volver a empezar es algo que puede complicar la mente de una persona.

Es bien interesante porque me parece que es frustrante en la vida tener que creer por lo mismo en más de una ocasión. Esta iglesia es testimonio de eso. Hemos tenido que creer en un templo toda nuestra vida. Hace 5 años atrás, cuando ya pensamos que teníamos nuestro templo, lo teníamos saldado, no se lo debíamos a nadie, lo salvamos, viene el huracán María y lo destruye. Y hay que volver a creer en otro edificio. Es como que desconcertante. Usted sabe cuántas ofrendas hemos dado aquí para construir templo. Un montón. Y sabes cuánto vamos a tener que dar ahora. Un montón más. Es algo interesantísimo. Es algo impresionante. Pero esa es la vida. Y puede ser un momento frustrante tener que llegar a esa situación.

La realidad es que, como iglesia, colectivamente lo hemos experimentado. Lo vivimos. Lo que es concertante es que se perdiera el edificio. Tener que comenzar desde cero. De tener un edificio donde cabían unas 4 o 5000 personas a tener que comenzar a reunirnos en pequeños lugares. Tener que tener múltiples servicios. Etcétera. Fue algo que uno decía: ¿para dónde vamos? ¿Qué vamos a hacer? Mucha gente se fue de Puerto Rico. Bueno. Y todo lo que usted sabe qué pasó.

Pero individualmente estoy seguro que también usted ha experimentado momentos como ese. Y la historia está llena de gente de éxito que han experimentado momentos de esa misma manera. Te menciono muy brevemente cuatro de ellos que han tenido una experiencia como esa. Todos ustedes conocen de este grupo de personas.

Por ejemplo, todo el mundo aquí conoce The Milton Hershey. Hershey comenzó su chocolatería muchos años atrás y comienza a prosperar. Lamentablemente, comete el error de tomar muchas deudas más de las que debía. El negocio no le va tan bien al principio. No podía pagar los gastos. Así que lo pierde. Y eventualmente se muda otra vez al lugar donde él había nacido, que era Lancaster, Pennsylvania. Allí comienza a vender desde su casa nuevamente, ahora pequeños caramelos. Y al día de hoy, toda esa ciudad es construida alrededor de Hershey. Se atrevió a volver a comenzar otra vez.

Soichiro Honda pasó lo mismo. Soichiro Honda, el presidente en un momento dado, el dueño de Honda, tuvo la misma experiencia. Comienza a construir su empresa, termina en la bancarrota y vuelve y decide otra vez hasta construir lo que hoy conocemos como esa fábrica de Honda. No tan solo él, sino que también conocemos la historia de Steve Jobs.

Steve Jobs es una persona que comienza a levantar la empresa famosa de Apple y eventualmente, luego de haberla levantado, lo despiden. La junta decide que tú no eres suficientemente bueno para que lleves esta empresa a la otra dimensión. Años después, de haber luchado por levantar otras empresas, Apple decide que tiene que regresar para llevar esta empresa a Otro nivel y él decide que no va a permitir que el resentimiento y la frustración de haber recibido el despido lo detengan. Regresa y Apple es Apple y lo que soy porque alguien se atrevió a volver a comenzar otra vez. Hay uno que a todos los puertorriqueños les fascina también porque todos los puertorriqueños quieren viajar a Disney World y mucha gente no conoce toda la historia, pero hay algo muy peculiar de esta historia, muy interesante. Este hombre, Disney, comienza su vida como caricaturista. Crea su primer muñequito que no era un ratón, sino que era un conejo. Se vuelve muy famoso, se llama Oswald y se vuelve muy famoso en su tiempo, en su época. Y eventualmente, por algunos problemas, pierde todos los derechos de todos los dibujos animados que él había hecho y, luego de haber creado un pequeño imperio, literalmente lo pierde absolutamente todo. Ciertas compañías se quedaron con todos los derechos de todo lo que él había hecho. Resignado, cuenta la historia que él se va para su casa y, cabizbajo, le dice a su esposa: ‘Fracasé, lo perdí todo, no tengo nada que hacer’. Y cuenta la historia que ella lo miró a los ojos y le dijo: ‘Si lo hiciste una vez, lo puedes hacer otra vez’. Esa pequeña frase le dio a él el deseo de comenzar a dibujar otra vez y ahí es donde él dibuja a lo que es hoy Mickey Mouse. En aquel momento, él le quería llamar Mortimer. Usted se imagina que usted fuera a ir hoy a ver a Disney a Mortimer. Ese era el nombre que él quería, estaba empeñado en ese nombre, pero ella le dijo: ‘Sabes qué, no suena tan bonito, mejor ponle Mickey’. Y le puso entonces Mickey porque su esposa se lo dijo y usted conoce en el día de hoy la historia de lo que han logrado. Hoy Disney es dueño de ABC, quien fue la que le quitó el contrato la primera vez y lo hizo fracasar.

Tres cosas podemos aprender de esta historia específicamente: número uno, si lo hiciste una vez, lo puedes volver a hacer; número dos, tu final siempre será más grande que tu principio si así lo decides; y número tres, escucha y hazle caso a tu esposa. No son bromas, esa no vale, esa no. Esa no, esa no es buena, esa no es buena. Pero oiga, nos movemos, nos movemos adelante. No, el único hombre en la Biblia que escuchó a su mujer terminó fuera del paraíso. Así que compare eso: Mickey o fuera del huerto. Así que haga el balance. Oiga, el punto de esta historia es muy sencillo: la realidad es que todos tenemos la capacidad de volver a levantarnos desde cero. La pregunta es si tenemos la resiliencia para, luego de haber pasado por ciertas temporadas, volver a creer y establecer en nuestra vida que tenemos seguridad de que nuestro final será mayor que nuestro principio. Y la realidad es que, si yo pudiera dejar un mensaje en tu corazón en el día de hoy, es que tienes que recordar que la gloria postrera siempre será mayor que la primera. Que tú y yo podemos tener la fe suficiente y la esperanza de que nuestro mañana es mucho mejor que nuestro pasado, que nuestro ayer, y que tenemos todo lo que necesitamos para poder lograrlo, hacerlo y alcanzarlo. Pero necesitamos creer, entre muchas cosas, en prosperidad. Creer que Dios te quiere próspero, creer que Dios te quiere bendecido y saber que esa fe te va a llevar a ti a producir todo lo que Dios ha prometido para tu vida. Hace un par de días comenzamos a estudiar esta serie de mensajes que le hemos llamado ‘Yo creo en prosperidad’. Mira al que está a tu lado y dile: ‘Yo creo’. Dile: ‘Yo creo en prosperidad’. Nosotros creemos en prosperidad. No importa lo que la gente piense, lo que la gente opine, nosotros creemos en prosperidad. La semana pasada, en particular, todo nuestro mensaje giró en una pequeña idea, una pequeña revelación. Mis mensajes no son muy complicados y yo no vengo aquí a predicarte 500 cosas. 

Yo lo que quiero es poner un solo pensamiento en tu vida. 

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