La nueva naturaleza
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La nueva naturaleza

La nueva naturaleza hay que mantenerla, es entender que una vez que tenemos a Dios en nuestro corazón, hay mil formas y maneras de ver y de hacer las cosas en el mundo, cuando antes, solo teníamos algunas pocas opciones. La nueva naturaleza es una transformación constante.

Vamos a la Palabra del Señor. Los miércoles hemos estado en nuestro estudio bíblico hablando acerca del tema: “Hola, soy el Espíritu Santo”. Y tengo que hacer hoy una aclaración, porque hoy no vamos, aunque vamos a ir a varios versos bíblicos, vamos a leer bastante en el día de hoy, la realidad es que no es un estudio bíblico. 

Hoy me voy a salir un poquito del formato. Hoy, de alguna manera u otra, quisiera inspirar tu fe. Me gustaría de alguna forma predicarte un poco la Palabra, porque hay un punto en particular que quiero que te lleves en lo profundo de tu corazón, algo muy profundo, basado en lo que hemos estado hablando en los días pasados.

¿Por qué esta serie de mensajes? ¿Por qué hablar del Espíritu Santo? ¿Por qué este título y decir “Hola, soy el Espíritu Santo”? Nuestra premisa ha sido que, como pastor, yo entiendo a través de los tiempos que la gente no quiere una relación con el Espíritu Santo. 

Simplemente, porque la primera impresión que han recibido de Él, cuando han llegado a una iglesia, no es la que causa quizás la mejor primera impresión. Por lo general, la gente llega a una iglesia y ve a alguien hablando en lenguas, ve a alguien temblando, ve a alguien que se cae, ve a un pastor haciendo algo que la persona no entiende por alguna razón u otra, y esa es la impresión. Y tú le dices: “¿quieres recibir el Espíritu?” Y la gente dice: “yo no quiero eso”, porque no necesariamente la gente lo entiende. De ninguna manera criticamos ni condenamos ninguna de esas manifestaciones, lo que estamos diciendo es que a veces esa es la impresión, o la primera y única impresión, que algunas personas tienen del Espíritu Santo, y vencer esa primera impresión es un poquito complicado.

Cuando nosotros miramos la obra del Espíritu Santo, tenemos que verlo mucho más allá de sus manifestaciones y tenemos que verlo mucho más allá de su poder. Tenemos que verlo como una persona y eso fue lo primero que vimos. 

Comenzamos a verlo como una persona y comenzamos a ver su obra desde el Antiguo Testamento, comenzamos a ver ciertas cosas de cómo él operó en el Antiguo Testamento que nos dan una muestra a nuestras vidas de lo que él vino a hacer y lo que hace en nosotros.

No tan solo eso, el poder entender la obra del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento nos deja saber que él existe desde antes de Hechos capítulo 2. Algunas personas piensan que el Espíritu Santo comenzó en Hechos capítulo 2, pero no es así. Lo vemos desde el libro de Génesis, en el capítulo 1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, y el espíritu de Jehová se movía sobre la faz de las aguas”. Y vemos la obra de Cristo, a través del Espíritu Santo, a través de todo el Antiguo y, por supuesto, en el Nuevo Testamento.

Ahora, cruzamos a la obra del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento, a una de las cosas que me parece que es de las cosas más importantes, y es la relación del Espíritu Santo en el aspecto de lo que es la nueva criatura que cada uno de nosotros somos en el momento que le damos nuestra vida al Señor. 

Y si pudiera repasar los últimos dos miércoles en unas pocas palabras, sería recordarte el hecho de aprender a vivir realmente en el espíritu, es aprender a vivir desde la nueva naturaleza que ha sido formada por causa de tu salvación. 

La Biblia dice en el libro de Segunda de Corintios que “de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, y aquí todas son hechas nuevas”. Tú no puedes tratar de vivir hoy en día basado en tu vieja naturaleza. La frustración de nosotros es que muchas veces, siendo renovados en Cristo, siendo gente transformada, volvemos a vivir bajo nuestro viejo estado, bajo la vieja naturaleza. Tratamos de resolver los problemas de la vieja manera, de la forma anterior, y no dependemos de la nueva creación que está dirigida por el Espíritu Santo.

Tan pronto tú y yo nos enfrentamos a muchas cosas en nuestra vida en el día de hoy, no podemos volver a nuestra vieja manera de pensar, a nuestra vieja manera de vivir. Yo te di un ejemplo muy práctico y te comentaba, y lo mencionamos aún cuando fuimos a tomar la ofrenda los otros días y es que el Señor Jesús le dice a los discípulos: “Oigan, sienten a toda esta gente y denles de comer”. Dígale a todo el mundo que se queden, que ellos van a comer en este momento. 

Lo primero que los discípulos dijeron fue: “¿Dónde compramos tanto pan?”. Pero Jesús no les dijo: “vayan y compren pan”. Él les dijo: “denles de comer”. Pero la mente natural, normal, ellos piensan: “para dar de comer, tengo que comprar el pan”. No piensan en multiplicación del pan, porque la mente carnal va automáticamente a las cosas que conoce, cómo es que funciona el mundo natural. 

Pero ya no vives bajo esa mente. Tú debes vivir bajo la mente del Espíritu Santo, tú debes vivir bajo la mente de Cristo, tú debes vivir bajo una nueva dimensión. Si vuelves a tu vieja naturaleza, comienzan todos los límites. Si Dios te dice que te va a dar una casa, ¿por qué automáticamente piensas y dices: “no la puedo tener hasta que mi crédito se mejore, el banco no me lo va a dar, no lo voy a poder hacer”? Bueno, porque estás pensando que para Dios darte una casa tiene que hacerlo a través del método convencional que lo hace todo el mundo y no puedes pensar de esa manera. Si piensas de esa forma, te estás limitando a este mundo y tú no eres de este mundo, como tampoco tú debes vivir desde tu vieja naturaleza, que está muerta por causa de la obra del Espíritu Santo en tu vida.

2 Comments
  • Oswaldo Monier
    Posted at 10:49h, 19 December Reply

    Gracias Precioso Espíritu Santo por alejar de mi vida, la vieja naturaleza de pecado
    AMÉN 🙏🙏🙏🙏

  • Martha
    Posted at 20:33h, 20 December Reply

    Amén Aleluya

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